Memoria y verdad
La b¨²squeda de memoria puede ser un proceso en el que destruimos naciones e ideolog¨ªas a cambio de construir verdad
Durante treinta y siete a?os solo hubo una manera oficial de recordar el primero de abril en Espa?a: como el fin de una guerra. Despu¨¦s, cuando ya se pudo hablar p¨²blicamente de la fecha como la del comienzo de una dictadura, quien se atrev¨ªa a recordar en voz alta deb¨ªa enfrentarse a un dilema entre el uso de la memoria y el riesgo de resucitar fantasmas del pasado. Con la consolidaci¨®n de la democracia, ese peligro ha desaparecido. Algunos, sin embargo, siguieron advirtiendo de que recordar demasiado podr¨ªa alentar las divisiones, la polarizaci¨®n. Por un lado, la memoria subvierte patrones establecidos, con lo que un cierto grado de conflicto es inevitable, incluso deseable. No hay recuerdo conjunto sin tensi¨®n. Por otro, es cierto que la cuerda puede romperse, pero solo si as¨ª lo decide quien de ella estira.
Cuando la memoria se emplea para ganar elecciones, una porci¨®n de la historia queda silenciada para servir a objetivos de parte. Es lo que intenta el actual Gobierno conservador en Colombia, filtrando las voces de los que no est¨¢n de su parte en el proceso de paz con las FARC. Tambi¨¦n es lo que se adivina en la petici¨®n de disculpas de AMLO hacia Espa?a: el enardecimiento de un sentimiento nacional m¨¢s que un cuestionamiento com¨²n del pasado colonial.
Como individuos hacemos lo mismo. Muchas veces recordamos nuestro pasado para justificar nuestro presente. Editamos los recuerdos de manera que nos den la raz¨®n. La manera en que construimos mitos nacionales, o ideol¨®gicos, y aquella en la que nos construimos a nosotros mismos es, en ese sentido, la misma. Pero en ocasiones alguien nos sacude el pasado. Nos muestra que su perspectiva sobre tal o cual cosa es radicalmente distinta. Con ello nos abre la oportunidad para entablar un di¨¢logo para replantearnos esa parte de nuestra vida.
La memoria colectiva tambi¨¦n puede funcionar como fuente de reconocimiento sincero de nuestra complejidad. Aceptando la tensi¨®n antes de que se produzca para descontar su efecto en las batallas actuales. Una reconsideraci¨®n del pasado conjunto en la que no intentamos ganar puntos para nuestro equipo, sino entender c¨®mo fue el partido. Sobre todo para quienes perdieron entonces, y quiz¨¢s ahora siguen perdiendo. Como hizo Fernando Aramburu en su Patria, la b¨²squeda de memoria puede ser un proceso en el que destruimos naciones e ideolog¨ªas a cambio de construir verdad. @jorgegalindo
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