Tebeos
Tengo m¨¢s en com¨²n con los frikis adolescentes del manga que con los sesudos coet¨¢neos que comparten mis opiniones sobre el Brexit o el 'proc¨¦s'
Pas¨¦ por el Sal¨®n del C¨®mic que por tercer a?o estuvo en San Sebasti¨¢n. Debo ser el aficionado de m¨¢s edad que acude a esa muestra, donde se acumula la mayor oferta de c¨®mics, videojuegos, mu?ecos de todos los tama?os y muecas, anillos, varitas m¨¢gicas, espadas y disfraces para convertirse en Batman o Saruman. Tambi¨¦n hay actividades complementarias, desde una jornada dedicada a los zombis (la de mayor ¨¦xito, a todo el mundo le gusta hacer de muerto viviente... porque nunca jugamos a otra cosa) hasta partidos de quidditch en la playa de la Zurriola, talleres de maquillaje, v¨ªdeos de mangas japoneses... A m¨ª son los c¨®mics lo que m¨¢s me gustan, aunque no les llame as¨ª ni mucho menos ¡°novelas gr¨¢ficas¡± sino tebeos, como toda la vida (mi vida). Ya no encuentro en ellos personajes familiares como el Capit¨¢n Trueno, el Jabato, Hopalong Cassidy o el Hombre Enmascarado, pero puedo acostumbrarme a sus herederos sin demasiados sobresaltos. A pesar de preferir lo imaginario siempre, tambi¨¦n disfruto con el minucioso hiperrealismo de El tesoro del Cisne Negro(editorial Astiberri) de Paco Roca y Guillermo Corral, una joyita de la l¨ªnea clara...
Tras el precipicio del tiempo, pertenezco a este mundo. A pesar de lo lejos que quedan mis tebeos, ya desaparecidos de los quioscos, tengo m¨¢s en com¨²n con los frikis adolescentes del manga y las consolas que con los sesudos coet¨¢neos que comparten mis opiniones sobre el Brexit o el proc¨¦s. Pulula por este Sal¨®n un simp¨¢tico desfile de disfraces imposibles, orcos, brujas, vampiros, soldados del Imperio, superwomen... Cada cual lleva la m¨¢scara de su ¨ªdolo como una penitencia indolora. Yo detesto mi disfraz pero s¨¦ que no hay ninguno m¨¢s impenetrable: transformado en viejo estoy seguro de enga?ar a cualquiera.
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