M¨¢s ciudades contra la Espa?a vac¨ªa
Una Espa?a con una decena de ¨¢reas metropolitanas exitosas ser¨ªa un pa¨ªs m¨¢s igualitario territorialmente, y m¨¢s sostenible pol¨ªticamente

La concentraci¨®n de la actividad econ¨®mica en unas pocas grandes ciudades no es fen¨®meno ¨²nicamente espa?ol. Tenemos buenos argumentos para explicar por qu¨¦ unas pocas ciudades crecen y el resto del pa¨ªs se vac¨ªa. En la econom¨ªa del conocimiento, los trabajadores m¨¢s cualificados son m¨¢s valiosos no cuando son m¨¢s escasos, sino cuando est¨¢n rodeados de otros trabajadores cualificados, lo que hace que los salarios y las oportunidades laborales se concentren en unos pocos lugares donde estos trabajadores interact¨²an. Desde el punto de vista de estos individuos, tiene todo el sentido del mundo dirigirse hacia estos nodos de actividad econ¨®mica, especialmente en un mundo en el que las carreras laborales y las ocupaciones son m¨¢s inestables y el estar cerca de las nuevas oportunidades es a¨²n m¨¢s importante.
?Es esto algo necesariamente malo? Las ciudades nos permiten entrar en contacto con m¨¢s individuos e ideas, ser m¨¢s productivos y explotar muchas econom¨ªas de escala en la provisi¨®n de bienes p¨²blicos (?imaginan c¨®mo de costoso ser¨ªa recoger la basura a seis millones de madrile?os si vivieran dispersos por toda la meseta?). Pero la concentraci¨®n de la actividad econ¨®mica en muy pocos sitios tiene tambi¨¦n evidentes costes sociales y econ¨®micos. Genera desigualdad de oportunidades en funci¨®n del lugar de nacimiento, provoca problemas de congesti¨®n y es pol¨ªticamente explosiva.
En todo caso, la realidad es que no sabemos muy bien c¨®mo frenar o contener estos procesos. Podemos mejorar los servicios p¨²blicos en las zonas rurales, concederles privilegios fiscales o mejorar sus infraestructuras. Pero estas soluciones no atacan la ra¨ªz de los problemas, pues la raz¨®n por la cual los j¨®venes se van de estos lugares no son los altos impuestos o las malas escuelas, sino las complementariedades y oportunidades de las que habl¨¢bamos m¨¢s arriba, algo que m¨¢s AVE y autov¨ªas tampoco van a lograr corregir.
Un camino m¨¢s prometedor es replicar en m¨¢s lugares las condiciones que permiten a Madrid y Barcelona crecer. Inevitablemente, ello implica apostar por entornos urbanos. Tenemos ciudades internacionalmente atractivas, con buenos servicios p¨²blicos, y Espa?a es demasiado grande y diversa como para que el dinamismo, la innovaci¨®n y las oportunidades se concentren en dos de ellas. Una Espa?a con una decena de ¨¢reas metropolitanas exitosas ser¨ªa un pa¨ªs m¨¢s igualitario territorialmente y m¨¢s sostenible pol¨ªticamente.
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