Lo evidente

Empezamos a sospecharlo cuando varios comentaristas progubernamentales advirtieron de que los indeseables intentar¨ªan convertir la ¡°unidad de Espa?a¡± en el centro de la campa?a electoral. Lo cual quer¨ªa decir que para no ser indeseable hab¨ªa que hablar de otra cosa. La confirmaci¨®n vino cuando Pedro S¨¢nchez expuso los puntos de su programa, sin dedicar una palabra al separatismo en Catalu?a. De lo que no puede hablarse m¨¢s vale callar, como recomendaba Wittgenstein. Pero de pronto habl¨® Iceta y nada menos que en Berria, que no es precisamente un medio imparcial. Lo que m¨¢s destaca de su profec¨ªa es creer que dentro de unos 15 a?os la mentalidad espa?ola habr¨¢ cambiado pero no porque se haya superado el separatismo disgregador sino al contrario, porque ya ser¨¢ visto como algo normal y leg¨ªtimo. Admirable confianza en las virtudes conjuntas de la educaci¨®n en Catalu?a, TV3, y la Sexta..., entre otras potencias espirituales. A Iceta yo le cantar¨ªa aquella burla zarzuelera de Jorge Llopis: ¡°?D¨®nde vas con chit¨®n de sibila, d¨®nde vas con vestido chipr¨¦s...?¡±.

Porque el principal problema de Espa?a no es meramente la unidad del pa¨ªs, como aseguran los caricaturistas, sino la plenitud de la ciudadan¨ªa y la integridad de su ejercicio. Si est¨¢ quebrada, todas las promesas ¡°sociales¡± que hagan los pol¨ªticos sin afrontar este reto no pasan de sobornos para que los ciudadanos mutilados no reclamen volver a serlo por entero. Evidentemente lo que est¨¢ en juego en las pr¨®ximas elecciones no es qui¨¦n va a gobernar, sino en qui¨¦n reside la soberan¨ªa. Si prospera la profec¨ªa de Iceta, dar¨¢ lo mismo que haya refer¨¦ndum o no porque los ciudadanos en cualquier caso lo ser¨¢n solo a media pensi¨®n. La opci¨®n es entre ser plenamente o ser lo que sobre.