La responsabilidad social punt¨²a
Rebajar los contenidos t¨¦cnicos y potenciar los ¨¦ticos es la nueva m¨¢xima a la hora de dise?ar los curr¨ªculos acad¨¦micos
Seg¨²n la especialidad que se elija, econom¨ªa, finanzas, marketing y comunicaci¨®n siguen siendo ¡ªentre otras muchas¡ª los pesos pesados de los programas de estudios de la educaci¨®n superior. Pero ya no son las ¨²nicas. Se complementan con materias espec¨ªficas de responsabilidad social corporativa (RSC) y desarrollo sostenible. O bien, reestructuran sus propios temarios para impregnarlos de estos nuevos valores que deben presidir la praxis directiva. No hay negocio que se precie (y el tama?o no importa) que no est¨¦ dise?ando su senda de crecimiento con un ajuste de su impacto medioambiental y un mayor estrechamiento de lazos con el medio social. Sale cara la factura de crecer a cualquier precio; la crisis a¨²n habla en presente.
La necesaria revisi¨®n del papel y plan docente de las escuelas de negocios y de sus m¨¢steres en gesti¨®n empresarial (MBA) no se ha hecho esperar. Eso s¨ª, cada centro a su ritmo y a su manera. ?Asignaturas espec¨ªficas o transversales? Este es el dilema, que se resuelve, de momento, claramente a favor de la segunda opci¨®n. Urge formar l¨ªderes acordes a estas demandas, porque, adem¨¢s, la legislaci¨®n avanza muy deprisa. En el caso, los bufetes de abogados m¨¢s especializados suelen tener su propio centro de formaci¨®n, como indican en Garrigues.
En For¨¦tica, la asociaci¨®n de empresas y profesionales de la responsabilidad social corporativa y la sostenibilidad, son conscientes del gran cambio que se est¨¢ experimentando al respecto. "La cantidad de reportes que, de temas no financieros, han tenido que ir haciendo las compa?¨ªas, les pill¨® en un principio bastante desprevenidos", considera Julia Moreno, coordinadora de CSR Academy, la plataforma de formaci¨®n de For¨¦tica. "Casi fueron improvisando este reparto de responsabilidades y los empleados sobre los que reca¨ªa lo ve¨ªan como un reto dif¨ªcil. Ahora, al pasar a ser algo estrat¨¦gico, la realidad es muy diferente. Se requieren conocimientos especializados sobre estos temas, y por eso, la oferta acad¨¦mica relacionada cada vez es m¨¢s completa y amplia".
"La b¨²squeda de la excelencia empresarial m¨¢s all¨¢ de lo econ¨®mico plantea una reflexi¨®n sobre qu¨¦ tipo de cualidades deben reunir quienes encabecen este nuevo modelo de negocio", comenta Cristina S¨¢nchez, directora ejecutiva en funciones de la plataforma nacional del Pacto Mundial de Naciones Unidas. "Por eso lo hemos planteado como tema central de 2019 y estamos haciendo un llamamiento a los l¨ªderes empresariales interesados en ello. Por supuesto, abogamos por una preparaci¨®n curricular que abarque, si no todas, s¨ª el mayor n¨²mero de asignaturas. Aunque luego, a la par, haya propuestas de m¨¢ster m¨¢s concretas".
Un inter¨¦s creciente
Y si descendemos al terreno de juego, una prueba de este momento de adaptaci¨®n la encontramos en ESIC, donde Bel¨¦n L¨®pez es la coordinadora de RSC, un cargo creado y estrenado este mismo a?o, "aunque como materia llevo imparti¨¦ndolo ya 10 cursos, puesto que siempre ha ido muy vinculado a la visi¨®n de la escuela y, por tanto, ha estado presente en distintos grados y m¨®dulos. Pero, sin duda, desde hace unos dos a?os el inter¨¦s es creciente. Esto ir¨¢ a m¨¢s y acabar¨¢ generaliz¨¢ndose m¨¢s all¨¢ de programas puntuales como tambi¨¦n est¨¢n haciendo las universidades, incluso teniendo menos flexibilidad para renovar sus contenidos".
Para Joan Fontrodona, director de ?tica Empresarial en IESE Business School, "se habla de estos temas como algo novedoso cuando siempre han estado ah¨ª. Primero, lo hemos llamado ¨¦tica; luego, a principios de siglo, RSC; hoy m¨¢s sostenibilidad, tambi¨¦n cambio clim¨¢tico, y ahora ESG, variaciones que dependen del enfoque. Eso s¨ª, la sensibilidad hacia estos aspectos ha aumentado, por fin, y toca ponerlo en perspectiva a partir de unos contenidos ya existentes. En IESE no es algo forzado porque viene de muy atr¨¢s". Para Fontrodona, el modo de ense?arlo puede ser muy variado, y el debate entre si especializado o transversal "no tiene sentido, porque son complementarios. No obstante, lo ideal es que en todas las materias haya esa sustancia para que luego, en la empresa, se transmita a toda la cadena de valor".
"Es necesario implantar una nueva forma de ense?ar a las nuevas generaciones de empresarios y directivos. No es una elecci¨®n. En EE UU, las mejores escuelas de negocio llevan la RSC en su ADN. Si lo social y lo econ¨®mico no van unidos, la competitividad no es posible", as¨ª lo cree Juan Verde, quien dentro de su amplia carrera empresarial y pol¨ªtica, como asesor y consultor, ha impulsado iniciativas sociales (Fundaci¨®n Biosfera, The Climate Project Spain) y ahora, desde su fundaci¨®n Advanced Leadership, identifica a j¨®venes con potencial de liderazgo para capacitarles de acuerdo con tales principios.
Parece que en Espa?a "queda mucho por hacer, porque la demanda, aunque va a m¨¢s, sigue siendo muy exigua por parte de los estudiantes. Conozco propuestas concretas que est¨¢n afinando y actualizando contenidos porque no acaban de cuajar", considera Jorge Ruiz, secretario de la Asociaci¨®n Espa?ola de Escuelas de Negocios (AEEN).
"Las escuelas de negocios espa?olas intentan ponerse las pilas, pero su error es proponerlo como una materia aislada, puntual, no como el eje de toda su oferta", piensa Rafael Garc¨ªa, presidente fundador de CMI Business School, "primera escuela especializada que, adem¨¢s de Instituto de Investigaci¨®n en RSC, presta asesor¨ªa y consultor¨ªa a las peque?as empresas que quieren dar el salto hacia este otro concepto de empresa".
Algo se mueve en los campus
Aunque las universidades suelen tener menos agilidad que las escuelas de negocios a la hora de adaptar sus curr¨ªculos a las nuevas circunstancias, algo tambi¨¦n se mueve en los campus universitarios, muchas veces de la mano con el mundo empresarial. El acuerdo entre Iberdrola y la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid para crear una c¨¢tedra especializada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (cuya ¨²ltima versi¨®n fue adoptada en R¨ªo de Janeiro, en 2012) es un ejemplo. "Ello encamina todas las investigaciones que se lleven a cabo hacia el cumplimiento de los ODS. No puede ser de otra manera cuando el plazo finaliza en 2030. Hay que cambiar el chip ya", explica Agust¨ªn Delgado, director de Innovaci¨®n, Sostenibilidad y Calidad de la Energ¨¦tica.
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