Ampliar el ¡°nosotros¡±
Mientras el bloque sovi¨¦tico implosionaba, Europa occidental se un¨ªa y fortalec¨ªa. Hoy asistimos a lo contrario
La historia reciente de los dos bloques ha estado marcada por dos caminos opuestos: mientras el ¨¢rea antes comunista implosionaba y se iba atomizando en multitud de pa¨ªses, el ¨¢rea occidental se iba uniendo en alianzas primero econ¨®micas, luego pol¨ªticas, a las que se fueron sumando nuevos socios. Tras la quiebra sovi¨¦tica nacieron 15 rep¨²blicas, las que conformaban la URSS, pero en varias de ellas estallaron guerras, insurgencias de pueblos que hab¨ªan sido aplastados y que aspiraban a su propia independencia. El C¨¢ucaso fue escenario de batallas cruentas con decenas de miles de muertos; y la anexi¨®n de Crimea a Rusia en 2014 ha sido el ¨²ltimo zarpazo que ha movido esas fronteras. En Europa del Este, la propia implosi¨®n de Yugoslavia y la divisi¨®n, en este caso pac¨ªfica, de Chequia y Eslovaquia tambi¨¦n cambiaron las fronteras. Kosovo a¨²n espera su turno.
Mientras, y en abierto contraste, la UE se fue convirtiendo en un territorio de crecimiento y desarrollo democr¨¢tico que sigue siendo im¨¢n para el resto del mundo y que ha ido sumando socios desde los 6 de 1957 a los 28 que a¨²n tiene en 2019. En este tiempo, unirse (en circulaci¨®n de personas, mercanc¨ªas, defensa, seguridad, espacio universitario) ha sido el impulso, y no desunirse. El acuerdo que sell¨® la paz en Irlanda del Norte en 1998 enterr¨® uno de los ¨²ltimos conflictos que lat¨ªan en nuestras fronteras, como recordaban ayer Tony Blair y Bertie Ahern en EL PA?S. Ampliar el ¡°nosotros¡± y encoger el ¡°ellos¡± fue la f¨®rmula. Pero las tornas han cambiado y, dentro del tsunami de desafecci¨®n que desat¨® la crisis, el impulso por romper pone en riesgo ese progreso. Algunos ya trabajan en el proyecto de una Irlanda unida, contaban los dos ex primeros ministros de la ¨¦poca, con el consiguiente conflicto que eso generar¨¢. Y Escocia levanta el dedo en potentes campa?as sobre su ambici¨®n europe¨ªsta. Independizarse de un Londres antieuropeo ser¨¢ m¨¢s que una tentaci¨®n. El bloque comunista implosion¨® porque era resultado de la tiran¨ªa y porque adem¨¢s fracas¨®. Disuelto el pegamento totalitario, las viejas cuentas pendientes pasaron facturas de sangre. Los conatos de ruptura en la Europa democr¨¢tica (desde el Brexit hasta el independentismo catal¨¢n) asustan porque no son resultado de la tiran¨ªa, sino de una gesti¨®n populista de la desafecci¨®n. Y, en la historia, tambi¨¦n esta v¨ªa siempre acaba fatal.
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