Debate de bloques sin Vox pero con Vox

En un debate hay muchos debates. En el formato a seis, estaba el debate de los bloques, que la derecha quiso enfatizar con la ventaja de no tener all¨ª al aliado inc¨®modo de la foto de Col¨®n; el debate entre las propias derechas, en el que Ciudadanos parece asumir ya definitivamente una posici¨®n subsidiaria, como en Andaluc¨ªa; el debate de la izquierda, donde Podemos ha perdido el factor sorpresa de a?os atr¨¢s, sin una agenda con la que hacer mella en el discurso socialista; y el debate territorial, entre el pragmatismo del PNV y la ret¨®rica indepe de ERC con la p¨®lvora muy mojada. Despu¨¦s del primer debate a cara de perro, hay conclusiones claras: se acent¨²a la batalla de bloques; el PP asume el liderazgo de la derecha sin complejos y sin temor a ocupar el espacio de Vox; el PSOE va a rehuir la campa?a y las preguntas inc¨®modas, persuadido de que va a ganar en ese espacio de moderaci¨®n; y el nacionalismo sabe que ¡°la rep¨²blica no existe, idiota¡± de modo que hay que operar en la l¨®gica de bloques.

Aunque no era un debate de l¨ªderes, el perfil de los contendientes delataba la estrategia de cada partido que se ver¨¢ en el debate a cuatro: Cayetana ?lvarez de Toledo, notable polemista, busc¨® un cara a cara imposible y acab¨® atacando a todos con cierto perfil d¨®berman que al final ¨Cy qu¨¦ extra?o mal minuto final¨C le pas¨® factura; la brillante In¨¦s Arrimadas de los v¨ªdeos del Parlament casi nunca apareci¨®, como si estuviera programada unidireccionalmente, y s¨®lo se elev¨® en el minuto final; Mar¨ªa Jes¨²s Montero, una buena parlamentaria de tribuna pareci¨® rehuir el cuerpo a cuerpo, aunque siempre se podr¨¢ dudar si flaqueaba o s¨®lo manten¨ªa la consigna ivanredondista de resistir sin golpear para dar la imagen institucional de moderaci¨®n; e Irene Montero demostr¨® que contra Rajoy se viv¨ªa mejor, pero en la l¨®gica de bloques su rol es complementario con el PSOE por m¨¢s que levante la tapa de las cloacas con indignaci¨®n pasionaria. A todo esto, Rufi¨¢n tampoco pareci¨® Rufi¨¢n, salvo al referirse a ¡°los chavales de Alsasua¡±, evidenciando que ERC est¨¢ entre el frente indepe y el frente de izquierda; y Aitor Esteban s¨ª mantuvo el empaque del PNV.

El tablero en la campa?a est¨¢ definido, como esos gr¨¢ficos que publican los analistas de ajedrez para analizar posiciones conflictivas y posibles desenlaces. Hasta el 28-A se admiten hip¨®tesis. Sin embargo, aunque Podemos y los indepes act¨²en contra la sombra del pacto PSOE-Cs, esto parece cada vez m¨¢s inveros¨ªmil salvo milagros de la aritm¨¦tica. Se dir¨ªa que ese pacto s¨®lo fue un gui?o h¨¢bil del PSOE para descolocar a los dem¨¢s y asentarse en el centro con un discurso moderado. De hecho, se imponen los bloques y adem¨¢s con m¨¢xima beligerancia. En la derecha, tras unos d¨ªas de retorno demasiado artificial a ETA, vuelven a Catalu?a como leitmotiv y el ataque a destajo contra S¨¢nchez: traidor, cobarde, peligro para Espa?a, indecente¡­ Hipotecan su plan a eso y la unidad de Espa?a bajo la invocaci¨®n del 155. Ciertamente los socios de la moci¨®n son el flanco d¨¦bil del PSOE, y por eso sus l¨ªderes, tambi¨¦n Montero en el debate, marcan distancia con ellos y con el refer¨¦ndum. Entretanto, la econom¨ªa pierde fuelle frente a ese debate con mucho de m¨ªtico. Aunque Arrimadas tratara de asustar con la amenaza de las recetas comunistas, su problema es que la gente ya ha visto a Podemos en las instituciones y el lobo no es lo que era. Asustar con ?que vienen los comunistas! ha perdido la vieja potencia legendaria, para desgracia tambi¨¦n del propio Podemos. Probablemente una mayor¨ªa de PSOE, Podemos y PNV en las encuestas ya no se vea como una amenaza, sino incluso como una soluci¨®n razonable.

La inc¨®gnita al analizar el tablero es Vox, ausente en los debates ¨Cayer, ya puestos, hubiera sido interesante ver a Ortega Smith en ese barrizal¨C y sin buenos asideros demosc¨®picos para prever su resultado en las urnas. Ser¨¢ mejor de lo previsto. Seguramente los indepes han hecho un favor a la derecha al sacar a Vox del debate a cinco ¨Cpara PP y Cs, sobre todo para los segundos, es inc¨®moda esa foto que deseaba S¨¢nchez¨C pero sobre todo benefician a Vox, con m¨¢s que perder que ganar all¨ª. Abascal parece m¨¢s de consignas y dogmas que de argumentos y dial¨¦ctica. A Vox le conviene el victimismo de su exclusi¨®n del debate a cinco, que podr¨¢n explotar en su territorio natural de las redes, rentabilizando ese protagonismo ausente. Por dem¨¢s, a pesar de su ausencia, Vox est¨¢ y estar¨¢ muy presente. El PSOE se ha quedado sin la imagen de las tres derechas pero en el minuto final dej¨® claro que el 28-A son ellos o la foto de Col¨®n, que quiz¨¢ S¨¢nchez exhiba ante las c¨¢maras como un gr¨¢fico de paro. Esto va de bloques y marcos mentales.