Javier Rey: ¡°Yo me despeloto si el guion lo exige, para eso me pagan¡±
Entre descartar hacerse marinero o ciclista y mudarse a Madrid para ser actor sin idea de c¨®mo se hac¨ªa eso, a Javier Rey se le fue la posadolescencia. Hoy este nuevo fen¨®meno televisivo espa?ol recupera el tiempo perdido a toda velocidad
Empezar una entrevista hablando sobre otra entrevista puede resultar peliagudo, pero sin curiosidad no se llega a ning¨²n lado. As¨ª que all¨¢ va: ?qu¨¦ ocurri¨® para que Javier Rey respondiese con monos¨ªlabos cierta entrevista hace dos a?os? ¡°No s¨¦, me preguntar¨ªas algo que no me gust¨®¡±. No, no. Yo no era. Tras deshacer el error, toca pasar a otro tema y concluir que aquella vez fueron las preguntas ¨ªntimas, sobre su hijo y sobre su relaci¨®n sentimental de m¨¢s de 10 a?os con la tambi¨¦n actriz Iris D¨ªaz, lo que le llevaron a cerrarse en banda.
Primera lecci¨®n aprendida y ni siquiera ha comenzado la entrevista como tal. As¨ª que empecemos por el principio. Su padre, tras toda una vida pescando lejos de casa, le dio un ¨²nico consejo profesional: ¡°Ded¨ªcate a lo que quieras menos al mar¡±. En la Galicia de los noventa era mucho m¨¢s factible acabar de mari?eiro que de actor, tanto es as¨ª que Javier Rey (Noia, 1980) no descubri¨® hasta los 20 a?os que eso de la interpretaci¨®n era un oficio y que incluso requer¨ªa formaci¨®n. ¡°Yo era mal estudiante, as¨ª que durante mi adolescencia enfoqu¨¦ mi vida a prepararme como ciclista profesional. Pero es un deporte con una selecci¨®n natural brutal. Hasta el ¨²ltimo del pelot¨®n tiene que ser una m¨¢quina cardiovascular, y a m¨ª no me dio el cuerpo¡±, recuerda. Ese cuerpo, sin embargo, acabar¨ªa dando para muchas horas de televisi¨®n.
¡°Durante mis dos primeros a?os en Madrid decid¨ª no presentarme a ning¨²n casting porque quer¨ªa aprender. Me daba mucho apuro que vieran que estaba muy verde¡±, reconoce. En aquella primera etapa, recurri¨® a la publicidad para mantenerse econ¨®micamente, pero a partir de los 30 se convirti¨® en una de esas caras conocidas-pero-no-tanto gracias a series como Bandolera o Velvet. Y entonces lleg¨® Sito Mi?anco.
El protagonista de Fari?a ha calado en la cultura popular espa?ola como uno de los bastiones de la actual edad dorada de la televisi¨®n nacional. El actor se repliega en monos¨ªlabos para hablar sobre el verdadero Mi?anco. ?Le conoci¨® en persona? ¡°No¡±. ?Lo intent¨®? ¡°S¨ª¡±. ?Es cierto que ¨¦l tuvo acceso a los guiones? ¡°No lo s¨¦¡±. La detenci¨®n de Mi?anco por tr¨¢fico de coca¨ªna en febrero del a?o pasado ¨Cestaba en tercer grado penitenciario¨C coincidi¨® con el estreno de la serie. En el registro a su casa de Algeciras la polic¨ªa hall¨® una copia del guion.
Otra excelente promoci¨®n por accidente fue la orden de un juez de secuestrar el libro de Nacho Carretero en el que se basa la serie. ¡°Pens¨¦ que era una broma, no me imaginaba que algo as¨ª podr¨ªa ocurrir. Cuando me dijeron que era verdad me dio verg¨¹enza ajena y sent¨ª bastante asquete al pensar que se puede secuestrar cultura. Empec¨¦ a tener un poco de miedo porque vivimos en un pa¨ªs donde hay que tener mucho cuidado con lo que se dice, porque te metes en problemas¡±, lamenta.
Tambi¨¦n se enter¨® por la prensa de que su desnudo integral era el primero masculino de la televisi¨®n espa?ola y le sorprende lo mucho que le han preguntado sobre ello: ¡°Yo me despeloto si el guion lo exige, para eso me pagan. Y no me importar¨ªa si se hubiese visto m¨¢s, si est¨¢ justificado la gente ni siquiera ve un desnudo¡±.
"Me despeloto si el guion lo exige, para eso me pagan. Y no me importar¨ªa si se hubiese visto m¨¢s, si est¨¢ justificado la gente ni siquiera ve un desnudo"
Lo que el espectador tampoco ve, a tenor de las cifras, es demasiado cine espa?ol. Por eso las estrellas de la ficci¨®n nacional se forjan ahora en televisi¨®n: Rey ha pasado 13 a?os encadenando series hasta que le han llegado sus primeros protagonistas en cine. Sin fin, basada en un cortometraje que ¨¦l mismo rod¨® cuatro a?os atr¨¢s; El silencio de la ciudad blanca, adaptaci¨®n del bestseller de Eva Garc¨ªa S¨¢enz de Urturi que dirige Daniel Calparsoro; y ?Qu¨¦ te juegas?, su primera comedia pura, el ¨²nico g¨¦nero espa?ol infalible en la taquilla. ¡°Me apetec¨ªa mucho, hab¨ªa hecho sketches y teatro de comedia y la precisi¨®n japonesa con la que In¨¦s de Le¨®n dirige me provocaba mucha curiosidad. Me ha moldeado como plastilina¡±, asegura.
?Qu¨¦ te juegas? (estrenada el 29 de marzo), coprotagonizada por Amaia Salamanca y Leticia Dolera, propone un juego metanarrativo en el que los personajes se inspiran en comedias rom¨¢nticas para urdir una opa hostil empresarial y acaban¡ protagonizando una comedia rom¨¢ntica. Su personaje es un playboy, heredero de un imperio naviero, que irrumpe en la pel¨ªcula pilotando un helic¨®ptero y acaba en un viaje alucin¨®geno de ayahuasca para encontrarse a s¨ª mismo.
?Basado en hechos reales? ¡°No la he probado, aunque habl¨¦ con gente que la ha tomado para que me explicaran sus efectos y por lo visto a cada uno le lleva a un lugar distinto¡±. Por suerte, la pel¨ªcula acaba antes de los v¨®mitos con los que culmina la excursi¨®n (o eso dicen), ?pero acaso no es esa la clave de toda comedia rom¨¢ntica, contar solo la parte bonita del relato? ¡°S¨ª, terminan antes de que empiecen los problemas. Tendr¨ªamos que ver la segunda parte, que empezar¨ªa con una discusi¨®n de pareja, pero seguro que tambi¨¦n acabar¨ªa bien¡±. En contra del estigma prejuicioso de que los t¨ªos no reconocen disfrutar del g¨¦nero, Rey tiene varias favoritas. ¡°Probablemente mi preferida es ?Qu¨¦ te juegas?¡±. Vale. ?Y la segunda? ¡°Notting Hill me gust¨® bastante cuando al vi¡±.
Hace tres a?os Rey asegur¨® que el papel de su vida estaba por llegar y ahora que se enfrenta a su carrera post-Mi?anco sigue opinando igual. ¡°Sito es un personaje impresionante, pero si alguien viajase en el tiempo y me dijese que lo m¨¢s complicado art¨ªsticamente que voy a hacer ya lo he hecho me pondr¨ªa muy triste¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.