El narco explicado a los j¨®venes
'Fari?a' describe con ¨¦xito acontecimientos sociales e hist¨®ricos vividos por unos y conocidos de o¨ªdas por otros en la Galicia de los ochenta
"Cuando ven¨ªa de Santiago a Vigo, el taxista me hablaba de Fari?a. Me iba a cortar el pelo, y me hablaba el peluquero, en los bares¡ Es cuando te das cuenta de que algo es un fen¨®meno". Antonio Dur¨¢n, Morris, era ya un actor muy popular en Galicia antes de ser Manuel Charl¨ªn en Fari?a, por eso lo que dice es m¨¢s relevante sobre el ¨¦xito de la serie de Antena 3 en el territorio y la sociedad donde transcurre que los datos sobre los que se arrojan los ejecutivos televisivos a primera hora del d¨ªa, que aseguran que casi una de cada dos personas que se sentaban delante de la tele en la comunidad era para ver la serie.
Independientemente de los indudables m¨¦ritos narrativos de Fari?a (y de la ayuda involuntaria de ese par de demandas judiciales disparatas presentadas por parte de sendos narcotraficantes, contra el libro original y contra la serie), hay otros elementos objetivos sobre los que se construy¨® el ¨¦xito en Galicia. Uno, el excelente casting, compuesto por esos actores y actrices que deslumbran a la cr¨ªtica cuando aparecen como secundarios en un filme de ¨¦xito, pero que tienen una s¨®lida trayectoria en el teatro ¡ªManuel Lourenzo es premio Nacional¡ª o en el audiovisual gallego. Otra es que se haya optado por la fon¨¦tica local, en lugar en echar mano de ese est¨¢ndar habitual en las series que es el acento neutro/madrile?o m¨¢s o menos culto. Hasta tal punto que Javier Rey (Sito Mi?anco) ha necesitado asesorar¨ªa ling¨¹¨ªstica para poder pasar por cambad¨¦s, a pesar de ser de Noia, a sesenta kil¨®metros de distancia. Una tercera es la ambientaci¨®n ochentera, banda sonora incluida. Ver lucir a otros unos pantalones acampanados y unos cuellos de camisa aerodin¨¢micos siempre reconforta el ¨¢nimo.
El ¨¦xito de Fari?a no est¨¢ tan relacionado con Narcos (la historia de un criminal sanguinario que se desarrolla en un Estado fallido) o con Breaking Bad (el proceso de inmersi¨®n en el mal), sino con Cu¨¦ntame: la descripci¨®n de unos acontecimientos sociales e hist¨®ricos para mucha gente que los ha vivido y tiene curiosidad para ver si est¨¢n bien reflejados, pero sobre todo ¨Cen el caso de Fari?a- para aquellos que por razones geogr¨¢ficas o de edad solo los conoce de o¨ªdas. El narcotr¨¢fico en Galicia ya hab¨ªa sido desmenuzado con solvencia en libros y documentales, hechos por coet¨¢neos. Los creadores de Fari?a, Ram¨®n Campos (fundador de Bamb¨² Producciones, Noia, A Coru?a, 1975); Carlos Sedes (el director, A Coru?a, 1973); Nacho Carretero (autor del libro, A Coru?a, 1981) ten¨ªan 10 o 15 a?os cuando posiblemente vieron en la tele la imagen de los helic¨®pteros de la polic¨ªa sobrevolar el Pazo Bai¨®n como si Cambados (Pontevedra) fuese la playa de Apocalypse Now y quiz¨¢ les qued¨® el ansia de entender aquello y contarlo.
"Yo he observado reacciones distintas, seg¨²n edades. Hay gente mayor a la que le trae malos recuerdos y no la quiso ver. A otros le atra¨ªa el morbo de ¡®a ver que hac¨ªa el hijo de menganita¡¯. A muchos, comprobar si retrataban la ¨¦poca o no". Carmen Dur¨¢n ahora trabaja con la Fundaci¨®n Baltasar Garz¨®n, pero en aquella ¨¦poca presid¨ªa la asociaci¨®n antidroga Desperta Cambados y era profesora de ESO. "Algunos de los chavales entonces ten¨ªan que soportar que compa?eros se rieran de ellos porque estudiaban, cuando ellos sacaban dinero con una descarga [de alg¨²n alijo]. Ahora son profesores y se encuentran con alumnos que vuelven a decir ¡®meu pai, eu quero ser contrabandista¡¯, y que para qu¨¦ estudiar si van a acabar de camareros o emigrando. Fari?a muestra lo bien que viv¨ªan aquellos narcos, porque ahora son mucho m¨¢s discretos".
Si Narcos lograba que se empatizara con un Pablo Escobar que hu¨ªa por la selva, a pesar de haberlo visto hacer explotar un avi¨®n o matar a amigos con sus propias manos, c¨®mo no simpatizar con un Sito Mi?anco que es la viva estampa del p¨ªcaro. "El riesgo de mitificarlos es cierto", admite Morris, "pero en el haber hay que poner que tambi¨¦n queda claro que fue muy grave aquello que pens¨¢bamos que no era para tanto cuando se trataba de tabaco". Un fot¨®grafo que trat¨® a todos los protagonistas (a los reales) recuerda c¨®mo una vez lleg¨® tarde a una regata y se encontr¨® con un amigo marinero. "Yo te llevo', me dijo, y de pronto me veo volando en medio de la r¨ªa en una planeadora de seis motores, no como esas que salen en la serie que parecen las de ir a las almejas. ¡®No pasa nada¡¯, me contest¨® cuando le dije que estaba loco y que diese la vuelta". Eso, la losa de la aceptaci¨®n social del contrabando y despu¨¦s del narcotr¨¢fico sigue pesando. "Claro que hab¨ªa mucha gente que los defend¨ªa, porque viv¨ªa de ellos, y las instituciones no daban soluciones, solo recortes. En la serie se habla de quien estaba metido, pero no de los que lograron mantener la honestidad y rechazar el dinero", se encrespa Carmen Dur¨¢n.
La aceptaci¨®n, o la vista gorda, no era exclusiva de los asalariados del contrabando, o de los que ve¨ªan a tipos como Mi?anco como un benefactor. Aparte de las conexiones de los capos con Alianza Popular (uno de los aspectos que m¨¢s llama la atenci¨®n a los espectadores j¨®venes), o de las vacaciones de Alberto N¨²?ez Feij¨®o con Marcial Dorado, a las veladas veraniegas en el Pazo Bai¨®n de Oubi?a asist¨ªan fuerzas vivas de todo tipo, incluido alg¨²n fiscal jefe de una audiencia mesetaria. Y Sito Mi?anco no solo ten¨ªa un guion de Fari?a antes de su emisi¨®n cuando fue detenido el pasado febrero, sino que en su momento lleg¨® a supervisar en Torrespa?a el montaje del Informe semanal que el periodista ¡ªy c¨®mplice¡ª Pedro Galindo hizo sobre una descarga de tabaco.
El temor actual de cambadeses como Dur¨¢n es que se desarrolle un narcoturismo. "Hay gente que viene preguntando d¨®nde est¨¢ la casa de este o aquel".
El pasado jueves, d¨ªa 2, el Ayuntamiento retir¨® en la Festa do Albari?o un puesto en el que Laureano Oubi?a vend¨ªa su libro y camisetas. Nadie se imagina a Pablo Escobar defendiendo ante unos municipales con amenazas vagas ¡ª"si hay que volver a las andadas, se vuelve"¡ª un tenderete de recuerdos. Ni poni¨¦ndolo, desde luego. Tampoco nadie en Cambados se imagina que Sito Mi?anco vaya a dejar el negocio. Son las consecuencias de todo aquello. Ya lo dec¨ªa la abuela de Dur¨¢n: Fari?a do demo v¨®lvese rel¨®n ("La harina del diablo se convierte en salvado, en cascarilla").
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