Minas en Ucrania
Putin y Poroshenko siembran de dificultades la llegada del nuevo presidente, Volod¨ªmir Zelenski
![Volodimir Zelenski, el nuevo presidente de Ucrania.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QPLQYFRFOEJ3ZQS34E6HU2QBEY.jpg?auth=ab625ed173d4adc6a4712a388391e58871c0120be8d7b02cfc78c86d45b80723&width=414)
Volod¨ªmir Zelenski llega por un campo minado a la presidencia de Ucrania. Las dos ¨²ltimas cargas explosivas vienen del presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, y de su colega ucranio, Petro Poroshenko. El primero ha firmado un decreto facilitando la obtenci¨®n de la ciudadan¨ªa rusa en tres meses a los habitantes de las zonas separatistas de Donetsk y Lugansk, y el segundo ha dicho que firmar¨¢ la ley de lenguas aprobada esta semana por la Rada Suprema (el Parlamento).
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Ambos gestos presagian tormenta. Putin alega razones ¡°humanitarias¡± para el reparto de pasaportes. Es un argumento hip¨®crita porque hubiera podido repartirlos mucho antes, cuando la situaci¨®n material y econ¨®mica en aquellos territorios era peor y m¨¢s sangrienta. La decisi¨®n viola la letra y el esp¨ªritu de los acuerdos de Minsk (la reintegraci¨®n en Ucrania) y afianza los instrumentos del Kremlin para utilizar a los ucranios frente a sus dirigentes en Kiev, ya que los receptores de pasaportes no deben renunciar a su ciudadan¨ªa ucrania y podr¨¢n combinar las ventajas de los dos pa¨ªses (viajar sin visado por Europa y acogerse a prestaciones sociales rusas). Los solicitantes pueden llegar a varios millones ¡ªen la zona residen m¨¢s de tres millones y medio de personas (casi un mill¨®n, jubilados)¡ª. La provocaci¨®n de Putin indica que no parar¨¢ hasta someter a Ucrania o, de lo contrario, propiciar el caos y la fragmentaci¨®n. La decisi¨®n es arriesgada en el terreno interno ruso. Los ¡°nuevos¡± ciudadanos gravar¨¢n el presupuesto (la pensi¨®n media rusa es de 14.100 rublos, es decir, 195 euros) y ya hay se?ales de irritaci¨®n: los precedentes (en Osetia del Sur y Abjazia, las exautonom¨ªas de Georgia donde Rusia reparti¨® pasaportes y paga prestaciones) muestran que los beneficiados intentar¨¢n cobrar de todos, de Ucrania, de los secesionistas y de Rusia.
En cuanto a la ley de lenguas, esta consagra al ucranio como ¨²nica lengua oficial y condena a la marginalidad a otras lenguas ¡°minoritarias¡±, entre ellas ruso, h¨²ngaro y rumano, ya que los medios de comunicaci¨®n en estos idiomas estar¨¢n obligados a traducir sus contenidos al idioma oficial. La consecuencia m¨¢s significativa es que el ruso pr¨¢cticamente se elimina de la esfera p¨²blica, incluso en la anexionada Crimea, donde, al rebajar el rango que pose¨ªa este idioma antes de la anexi¨®n, reduce los atractivos que Kiev podr¨ªa ofrecer a los rusohablantes (mayoritarios) en la pen¨ªnsula para repensar sus decisiones. Criticada desde el Consejo de Europa, la nueva ley contempla tambi¨¦n un ¨®rgano administrativo que impondr¨¢ multas por las infracciones. Zelenski ha prometido estudiar el documento. La oportunista firma de la ley puede servir a Poroshenko en la oposici¨®n, pero tambi¨¦n puede socavar la fr¨¢gil consolidaci¨®n de los ucranios en torno al futuro del Estado. Putin sin duda lo aprovechar¨¢.
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