Teatralidad pol¨ªtica
La inquina y el odio que cultivaron Buckley y Vidal tiene poco que ver con el buen ambiente que reina entre algunos l¨ªderes espa?oles fuera de los plat¨®s
Los intelectuales estadounidenses William F. Buckley y Gore Vidal protagonizaron en 1968 los que han pasado a ser considerados como los m¨¢s broncos debates de la historia moderna. Sus encendidas diatribas durante sus enfrentamientos ante las c¨¢maras de la cadena estadounidense ABC derivaron en el odio visceral que se profesaron durante toda su vida. Las constantes puyas y los elaborados insultos adobaron una tensi¨®n dial¨¦ctica que transform¨® el discurso p¨²blico en un showtelevisivo. El m¨¢ximo nivel de crispaci¨®n ¡ªy quiz¨¢ tambi¨¦n de audiencia¡ª se alcanz¨® cuando Vidal llam¨® a Buckley ¡°criptonazi¡± y este respondi¨® sin morderse la lengua: ¡°Escucha, marica, no me llames criptonazi o te dar¨¦ un guantazo en la cara y quedar¨¢s enyesado¡±.
Buckley y Vidal no eran pol¨ªticos, pero representaban dos visiones ideol¨®gicas antit¨¦ticas, uno del lado de los republicanos y el otro de los dem¨®cratas. Comparados con estos afilados careos, aderezados con crueles ataques personales y sofisticados argumentos clarividentes, los encuentros de los principales candidatos a La Moncloa, Pedro S¨¢nchez, Pablo Casado, Pablo Iglesias y Albert Rivera, podr¨ªan haberse emitido en un canal infantil. La inquina y el odio que cultivaron fuera de los plat¨®s Buckley y Vidal tiene poco que ver con el buen ambiente que reina entre algunos l¨ªderes espa?oles y sus equipos de campa?a cuando se apagan las c¨¢maras. La l¨®gica rivalidad partidista da paso a un clima de confidencias, y la ret¨®rica parlamentaria y mitinera se traduce en una cierta complicidad personal.
La pol¨ªtica tiene mucho de teatralidad. En esta campa?a, los candidatos se han manifestado en forma de holograma, han desfilado de nazarenos en las procesiones y regalado a sus contrincantes banderas rojigualdas o libros de dudosa calidad literaria. Incluso se han atrevido a redactarle la carta de dimisi¨®n al anfitri¨®n de un debate televisivo. Los efectos especiales han te?ido una campa?a donde han asomado rifirrafes, descalificaciones y desafortunadas declaraciones, como la de la periodista-candidata que dice a?orar los atascos de Madrid. Ha habido espacio para las provocaciones vistiendo de amarillo indepe en el plat¨® de TV3. Los episodios de transfuguismo han embarrado el ambiente en el ¨²ltimo tramo. Y aqu¨ª, algunos pol¨ªticos y sus asesores han sacado lo peor de s¨ª mismos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.