?Comercio (en ca¨ªda) libre?
La crisis que atraviesa la OMC es tan grave que podr¨ªa llevarla a desaparecer
Con ese dominio de la puesta en escena que demuestran las autoridades chinas, el presidente Xi Jinping recorri¨® recientemente Italia en un paseo triunfal. El motivo no era menor: la firma del acuerdo por el que Roma se suma a la Ruta de la Seda. La econom¨ªa italiana aspira as¨ª a exportar m¨¢s al gigantesco mercado chino mientras que este busca desarrollar infraestructuras para llevar sus mercanc¨ªas a lo largo y ancho de todo el continente euroasi¨¢tico. Muchos en Europa lo vieron como una traici¨®n.
Aunque no era el primero (Grecia y Portugal lo hicieron antes), uno de los m¨¢s importantes pa¨ªses de la Uni¨®n Europea romp¨ªa el intento de unidad sobre una postura com¨²n. Poco despu¨¦s, la cumbre UE-China trat¨® de reconducir unas relaciones algo tensas en los ¨²ltimos tiempos. Por cierto, que no fue Xi, sino su primer ministro, Li Keqiang, quien acudi¨® a la cita con Bruselas. En la declaraci¨®n final dos de las tres principales potencias comerciales del mundo acordaron, entre otras cosas, impulsar la reforma de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC).
La OMC, la instituci¨®n que fija las normas para el comercio global, no pasa por su mejor momento. Atascada desde a?os en la Ronda de Doha, cuestionada por muchos de sus miembros, se enfrenta ahora ¡ªella tambi¨¦n¡ª a los embates del presidente estadounidense; un nuevo y frontal asalto al multilateralismo. La crisis es tan grave que podr¨ªa llevarla a desaparecer. Ser¨ªa una amenaza para el libre comercio base de la globalizaci¨®n. Por cierto, que el ingreso de China en la organizaci¨®n fue precisamente uno de los motores del reciente proceso globalizador.
Algunas voces han alertado ya de un freno en el comercio y los intercambios globales. Slowbalization, lo llam¨® hace unos meses The Economist. Y no es solo por la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Influyen tambi¨¦n factores como el incremento en los precios del transporte, el mayor peso de los servicios (muchos de car¨¢cter m¨¢s local) en la econom¨ªa global o la nueva normativa de la UE sobre inversiones extranjeras. La realidad es que las inversiones chinas en Europa y Estados Unidos descendieron un 73% en 2018.
En los pr¨®ximos meses la OMC deber¨ªa avanzar en la reforma de algunos temas cr¨ªticos, como la renovaci¨®n del ¨®rgano de apelaci¨®n, para seguir siendo relevante. El libre comercio y la globalizaci¨®n han proporcionado cotas de prosperidad desconocidas en muchos lugares del planeta, empezando por la propia China. Tambi¨¦n un pa¨ªs como Espa?a se ha beneficiado siempre que se ha abierto al exterior: la recuperaci¨®n de la crisis se bas¨®, en gran medida, en la exportaci¨®n. Pero sin instituciones globales fuertes, se corre el riesgo de una fragmentaci¨®n que vuelva a dar poder solo a los m¨¢s fuertes. ?Ser¨¢n capaces de convencer chinos y europeos a los americanos de seguir jugando con las mismas reglas?
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