China y Estados Unidos concluyen una nueva ronda de di¨¢logo comercial sin se?ales de avance

China y Estados Unidos concluyeron este viernes una nueva ronda de negociaciones con el objetivo de frenar la guerra comercial sin avances significativos. Una semana de conversaciones en Pek¨ªn ha mostrado que las posturas est¨¢n a¨²n muy alejadas para alcanzar un acuerdo que satisfaga a ambas partes. Los equipos negociadores volver¨¢n a reunirse la pr¨®xima semana en Washington en un intento de lograr m¨¢s consenso antes del 2 de marzo, momento en el que finaliza la tregua acordada entre Donald Trump y Xi Jinping y cuando, en ausencia de acuerdo, Estados Unidos tiene previsto redoblar su escalada arancelaria contra China.

Los negociadores de China y Estados Unidos se reunieron en Pek¨ªn durante toda esta semana con el plato fuerte reservado para el jueves y viernes. A las conversaciones de los equipos de trabajo se incorporaron estos dos ¨²ltimos d¨ªas el vice primer ministro y mano derecha del presidente en materia econ¨®mica, Liu He, por la parte china; y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, junto al representante de Comercio, Robert Lighthizer, por la estadounidense.

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Pese al buen tono entre ambas delegaciones, los equipos negociadores no han logrado el consenso suficiente como para presentar un marco de acuerdo a sus l¨ªderes. Ninguna de las partes hizo declaraciones p¨²blicas una vez terminadas las conversaciones, con lo que los avances son inciertos. Sin embargo, cuando este viernes los altos cargos de la Administraci¨®n de Trump fueron recibidos por el presidente chino, Xi Jinping, Lighthizer asegur¨® que los dos pa¨ªses tienen que avanzar ¡°en temas que son muy, muy importantes y muy dif¨ªciles¡±. Xi, seg¨²n la agencia oficial Xinhua, afirm¨® que se han hecho "grandes progresos" y que su pa¨ªs ¡°est¨¢ dispuesto a resolver las disputas econ¨®micas con Estados Unidos a trav¨¦s de la cooperaci¨®n¡± e inst¨® a las partes a ¡°seguir trabajando duro¡± para lograr el pacto. Xinhua inform¨® de que ambas partes "alcanzaron un consenso de principios sobre algunas cuestiones clave", sin detallar cu¨¢les.

Las negociaciones entre China y Estados Unidos por su conflicto comercial se alargan ya pr¨¢cticamente un a?o, en el que la Administraci¨®n de Trump ha apostado por la l¨ªnea dura ante lo que considera pr¨¢cticas desleales por parte de Pek¨ªn. En varias tandas, Washington ha impuesto aranceles a productos chinos por valor de unos 255.000 millones de d¨®lares. China ha contraatacado con la misma moneda y grava, desde hace varios meses, bienes procedentes de EE UU cuyo intercambio supera los 110.000 millones de d¨®lares. Es decir, en pocos meses m¨¢s de la mitad del valor total del comercio entre ambos pa¨ªses se ha visto sujeto a un incremento de aranceles.

Si no se llega a un acuerdo antes del 2 de marzo, la Administraci¨®n estadounidense aumentar¨¢ del 10% al 25% los grav¨¢menes que aplica a productos chinos valorados en 200.000 millones de d¨®lares. Aunque el plazo podr¨ªa alargarse: Donald Trump se ha mostrado abierto esta semana a posponer esta nueva escalada si las conversaciones van por buen camino y un pacto a corto plazo es posible.

Trump busca en estas negociaciones un compromiso por la parte china que contribuya a reducir el enorme d¨¦ficit comercial, la diferencia entre lo que Estados Unidos vende a China y lo que compra de este pa¨ªs. Pero m¨¢s all¨¢ de este desequilibrio, Washington presiona para lograr cambios m¨¢s profundos en el modo de operar de Pek¨ªn con sus socios comerciales, unas pr¨¢cticas que tambi¨¦n han sido se?aladas por la Uni¨®n Europea y Jap¨®n. El objetivo es un mayor acceso al mercado chino para las empresas extranjeras, un aumento de la protecci¨®n de la propiedad intelectual, el fin de las transferencias forzadas de tecnolog¨ªa entre compa?¨ªas locales y for¨¢neas o una mayor transparencia en la asignaci¨®n de subsidios estatales y la pol¨ªtica industrial, entre otros asuntos.

China se ha mostrado dispuesta a aumentar sus compras de bienes estadounidenses, particularmente energ¨ªa y productos agr¨ªcolas, pero es reticente a modificar asuntos estructurales que considera inherentes de su modelo de desarrollo, basado en una econom¨ªa controlada por el Estado. El propio Trump ya tumb¨® el a?o pasado un acuerdo con el pa¨ªs asi¨¢tico, aunque poco espec¨ªfico, basado simplemente en el compromiso de Pek¨ªn de adquirir m¨¢s productos de EE UU, al no parecerle lo suficientemente bueno para los intereses de su pa¨ªs.

La visi¨®n en Pek¨ªn es que la Administraci¨®n en Washington busca con este ¨®rdago dificultar la emergencia de China como potencia econ¨®mica y tecnol¨®gica mundial. Pero, por otro lado, China quiere un acuerdo porque el conflicto arancelario con Estados Unidos genera una gran incertidumbre en un momento en el que su econom¨ªa se ralentiza de por s¨ª. Las autoridades buscan tener este frente bajo control para el ¨²ltimo trimestre de este a?o, cuando se celebrar¨¢ el 70 aniversario de la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Popular, una efem¨¦ride que conf¨ªan festejar sin tormentas procedentes del otro lado del Pac¨ªfico.