Entenderse en Catalu?a
Las urnas han premiado el 28-A a quienes buscan un di¨¢logo constructivo
Las urnas derrotaron el pasado domingo los discursos extremistas sobre la cuesti¨®n territorial que amenazaban con provocar una nueva crisis constitucional no solo en Catalu?a, sino tambi¨¦n en el Pa¨ªs Vasco y en el resto de Espa?a. Los defensores de las tesis independentistas unilaterales, agrupados en torno a Junts per Catalunya, el partido del expresidente Carles Puigdemont, registraron una severa derrota en favor de la v¨ªa pactada por la que ahora dice apostar Esquerra Republicana. En el otro extremo, los partidarios de una recentralizaci¨®n amparada en una aplicaci¨®n inconstitucional del art¨ªculo 155 tampoco obtuvieron los resultados deseados. Vox, PP y Ciudadanos no lograron un solo esca?o en el Pa¨ªs Vasco y en Catalu?a solo obtuvieron 7 de los 48 diputados en juego. Y entre los tres no alcanzaron el apoyo requerido para articular una f¨®rmula para el Gobierno central similar a la de Andaluc¨ªa.
Editoriales anteriores
En el caso catal¨¢n los principales beneficiarios de la derrota del extremismo fueron, adem¨¢s de ERC, los socialistas, mientras que en el Pa¨ªs Vasco el PNV fue el gran vencedor. Se impusieron, pues, fuerzas que apuestan, cada una desde su ¨®ptica, por una f¨®rmula para resolver las diferencias que nada tienen que ver con las v¨ªas de hecho por las que discurri¨® el proc¨¦s. Adem¨¢s, qued¨® claro que en Catalu?a el independentismo no cuenta con la supuesta ¡°mayor¨ªa social¡± que suelen atribuirse sus l¨ªderes. Pese a la victoria por primera vez en unas generales de un partido secesionista ¡ªERC¡ª, solo el 39% de los catalanes optaron por opciones independentistas, quedando claro, una vez m¨¢s ¡ªcon urnas de por medio¡ª, que quienes quieren romper con Espa?a son minor¨ªa en Catalu?a.
Estos resultados no pueden interpretarse, sin embargo, como una invitaci¨®n al olvido del problema territorial ni de la necesidad de adoptar iniciativas pol¨ªticas dentro de la Constituci¨®n y de un imprescindible consenso entre las fuerzas parlamentarias. El hecho de que hasta ahora no se haya intentado no exime al nuevo Parlamento de perseguirlo. La composici¨®n del nuevo Congreso representa la voluntad de los ciudadanos, incluida la de quienes suscriben el programa de la secesi¨®n, y es deber de los diferentes grupos con representaci¨®n en la C¨¢mara articular una mayor¨ªa de legislatura para investir a un candidato a la presidencia del Gobierno. Ning¨²n diputado electo puede ser excluido por principio de los acuerdos, de la misma forma que no todo programa es aceptable.
La victoria electoral de Esquerra Republicana en Catalu?a la confronta con la inexorable necesidad de aclarar si abandona la tentaci¨®n unilateralista y se desmarca de las proclamas irredentistas que siguen llegando desde B¨¦lgica. No sirve de nada pedir di¨¢logo si lo ¨²nico que se proponen son proclamas vac¨ªas y exigencias inasumibles para la otra parte. Agotada la v¨ªa unilateral ha llegado la hora de pasar p¨¢gina y buscar un nuevo entendimiento.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.