Silvia de Suecia vivi¨® en un campo de refugiados durante su infancia
Su hermano, Ralf Sommerlath, desvela ahora uno de los momentos m¨¢s duros de los primeros a?os de vida de la esposa de Carlos Gustavo de Suecia, marcada por el pasado nazi de su padre
Ralf Sommerlath, hermano de la reina Silvia de Suecia, ha desvelado que parte de la infancia de su hermana transcurri¨® en un campo de refugiados instalado en lo que antes hab¨ªa sido un centro psiqui¨¢trico. Este detalle desconocido de la vida de la esposa de Carlos Gustavo de Suecia ha salido a la luz durante una entrevista concedida por su hermano a la revista sueca Svensk Dam a finales de abril, que ha tenido una amplia repercusi¨®n en otros medios del pa¨ªs.
Sommerlath ha contado que su familia viv¨ªa en Heidelberg, Alemania, durante la II Guerra Mundial aunque su padre en esa ¨¦poca ten¨ªa establecida su residencia en Berl¨ªn, donde estaba al frente de una f¨¢brica que fue bombardeada. Su madre, Alice, era brasile?a y el matrimonio hab¨ªa residido en su pa¨ªs de origen donde nacieron sus hijos mayores, el propio Rafl, Walter y Hans, lo que motiv¨® que todos ellos tuvieran la doble nacionalidad.
Ralf era el mayor de los hermanos y seg¨²n su relato cuando la guerra empez¨® a complicarse para el bando alem¨¢n fue evacuado primero a Austria y despu¨¦s a Dinamarca. Era 1943. Cuando el conflicto acab¨® el joven intent¨® reencontrarse con su familia. Ten¨ªa 15 a?os y llevaba cinco sin ver a los suyos. El intento lo malogr¨® la resistencia danesa que le detuvo y le confin¨® en un campo de donde fue liberado tiempo despu¨¦s.
Cuando por fin consigui¨® volver a Alemania Ralf Sommerlath supo que ten¨ªa una hermana de tres a?os, Silvia, la actual reina de los suecos, y se enter¨® de su tragedia: toda su familia se encontraba en un campo de refugiados que se hab¨ªa instalado en un antiguo centro psiqui¨¢trico. Seg¨²n sus declaraciones la vida all¨ª era todo desesperaci¨®n: ¡°Hab¨ªa muchas familias que esperaban ser liberadas cuando la guerra acab¨®, pero los brit¨¢nicos no quer¨ªan. Exist¨ªan sospechas de que hab¨ªa nazis entre los refugiados, un hecho que termin¨® por resultar cierto¡±. Ralf se implic¨® directamente para intentar solucionar la situaci¨®n de su familia y para conseguirlo viaj¨® a Berl¨ªn para ponerse en contacto con la resistencia brasile?a y comunicarle c¨®mo se encontraban sus ciudadanos. No pudo hacerlo porque en esta ocasi¨®n fue el ej¨¦rcito sovi¨¦tico quien le detuvo.
Volvi¨® a tener que esperar a ser liberado para que por fin pudiera reunirse definitivamente con su familia y juntos viajar en barco hasta Brasil donde seg¨²n Sommerlath ¡°comenz¨® su nueva vida¡±. Estas declaraciones, que han despertado curiosidad y cierto revuelo en Suecia porque descubren una faceta hasta ahora desconocida de su reina, han sido verificadas por la propia casa real. Margareta Thorgen, la jefa de prensa de la instituci¨®n, ha manifestado que ¡°los hermanos Sommerlath conoc¨ªan esta historia pero que Ralf no hab¨ªa querido hablar sobre este tema con sus hijos y nietos. La reina me dijo que su hermano ya le hab¨ªa contado estos hechos anteriormente y que no quer¨ªa recordarla, que la ha enterrado¡±.
Thorgen ha continuado sus declaraciones diciendo: ¡°Tambi¨¦n entiendo de d¨®nde proviene el fuerte compromiso de la Reina con los refugiados. Ella siempre dice que solo hay una manera de avanzar: ayudar. Pero ahora entiendo que su actitud proviene del hecho de que ella misma ha experimentado una huida".
La reina Silvia de Suecia descubri¨® que su padre,fallecido en octubre de 1990, hab¨ªa tenido v¨ªnculos con el partido nazi. Y no se escondi¨®. Decidi¨® investigar el pasado de su familia a pesar de haber admitido que enterarse de estas relaciones le hab¨ªa causado un fuerte impacto emocional. Cuando la reina se cas¨® con Carlos Gustavo de Suecia en 1976, su padre, Walter Sommerlath, de origen alem¨¢n, neg¨® que hubiera sido miembro del partido que encabezaba Adolf Hitler. No fue hasta 2002 cuando su hija, ya convertida en reina de Suecia, descubri¨® sus implicaciones nazis a trav¨¦s de un reportaje publicado en una revista sueca.
Al principio se neg¨® a admitir la veracidad de los hechos pero finalmente tuvo que aceptarlos. En un documental emitido con motivo de su 75 cumplea?os, Silvia de Suecia, reconoci¨® finalmente la veracidad de unos hechos que durante a?os le hab¨ªan costado admitir pero de alguna manera trat¨® de comprender a su progenitor: ¡°No trato de restar importancia al hecho de que se convirtiera en miembro del partido nazi, pero quiz¨¢s habr¨ªa que pensar ?por qu¨¦ lo hizo? ?l y muchos otros no sab¨ªan qu¨¦ pasar¨ªa despu¨¦s. Si lo hubiera sabido no creo que lo hubiera hecho¡±. De hecho en las investigaciones que la reina sueca llev¨® a cabo sobre los negocios de su padre, director de una empresa confiscada a un jud¨ªo berlin¨¦s, se descubri¨® que Walter Sommerlath nunca hab¨ªa sido soldado ni hab¨ªa sido activo pol¨ªticamente, e incluso aparecieron documentos que probaban que hab¨ªa ayudado a un empresario jud¨ªo, Ernst Wechsler, a huir de Alemania intercambiando la propiedad que ¨¦l ten¨ªa en Brasil por la empresa que Wechsler tuvo que abandonar en Alemania.
Suficiente para que su hija manifestara con motivo de su septuag¨¦simo quinto cumplea?os: ¡°Han pasado 30 a?os desde que mi padre muri¨®, creo que es suficiente. Quiero decir a los suecos que estoy satisfecha, s¨¦ que mi padre no es la persona que la gente ha dicho que era¡±.
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