El v¨ªnculo entre cet¨¢ceos y humanos beneficia a la ciencia
Los cuidadores de mam¨ªferos marinos desarrollan una relaci¨®n individualizada con los animales que allana la labor de los invetsigadores
?Es posible para un humano establecer un v¨ªnculo con un mam¨ªfero marino, como una morsa? Los cuidadores de mam¨ªferos marinos del Oceanogr¨¤fic desde luego creamos este v¨ªnculo, que es la base de nuestro trabajo. A trav¨¦s de ¨¦l logramos que cada miembro de nuestra gran familia de animales participe voluntariamente en proyectos de investigaci¨®n importantes para la conservaci¨®n de su especie. Lo que para los cient¨ªficos es conseguir informaci¨®n inaccesible en el h¨¢bitat natural, para los animales son juegos y momentos de relax y confianza con nosotros, sus cuidadores. Es una de las partes m¨¢s bonitas de nuestro trabajo, y sin embargo una de las m¨¢s desconocidas para el p¨²blico.
Los cuidadores de mam¨ªferos marinos compartimos el d¨ªa a d¨ªa con nuestros animales, y nos encargamos de labores muy variadas para proteger su bienestar. Por ejemplo cuidamos de su dieta y su alimentaci¨®n diaria, y creamos un entorno estimulante para los animales. Esto lo conseguimos creando ambientes donde suceden cosas nuevas e imprevisibles: lluvia, burbujas, sonidos, juguetes... Todo eso forma parte de nuestro programa de enriquecimiento ambiental.
Tambi¨¦n dise?amos y llevamos a cabo un programa de entrenamiento con cada miembro de la familia. Es aqu¨ª donde, a trav¨¦s de experiencias positivas, motivadoras e interesantes, conseguimos crear con ellos un v¨ªnculo fuerte. Esta relaci¨®n es la base para que los animales participen voluntariamente desde en procedimientos veterinarios necesarios para su salud, hasta en estudios que ayudar¨¢n a conservar la especie en el medio natural.
Cada programa de entrenamiento es espec¨ªfico para cada animal. Aunque pertenezcan a la misma especie los animales son todos diferentes, igual que nosotros. Su car¨¢cter, su edad, sus formas de aprender, su energ¨ªa, sus necesidades¡ son distintas.
Kylu, nuestra cr¨ªa de beluga, de solo dos a?os, es muy despierto, con mucha sed de est¨ªmulos e interacci¨®n, y en constante b¨²squeda de juego y cosas nuevas. Yulka, su madre, es m¨¢s sosegada. Es especialmente curiosa y cari?osa, y estas son dos caracter¨ªsticas clave que su equipo de entrenadores aprovecha para ense?arle comportamientos que servir¨¢n para la investigaci¨®n. As¨ª, Yulka ha aprendido estos meses a nadar con un dispositivo colocado en su zona dorsal, que hemos convertido en un elemento de masaje y rascado y con el que se siente tranquila y disfrutando de momentos c¨®mplices con su cuidador, Jose.
Para la investigaci¨®n de Audra Ames sobre el desarrollo vocal de una cr¨ªa de beluga -el segundo estudio de este tipo en todo el mundo-, tuvimos que ense?ar a Kylu a llevar unas ventosas en el mel¨®n. Pasamos un mont¨®n de tiempo jugando con ¨¦l poni¨¦ndonos las ventosas nosotros mismos, y convirti¨¦ndolas en elementos estimulantes de todo tipo de juegos con el peque de la familia. Poco a poco Kylu ha ido entendiendo estos elementos como algo divertido y con lo que se siente completamente c¨®modo.
Cuando llega ese momento podemos decir a los investigadores que el animal est¨¢ listo para que vengan a tomar datos, mientras nosotros seguimos interaccionando con ellos en estas sesiones voluntarias, positivas y estimulantes.
Tenemos muchos ejemplos como estos, con muchas de las especies en nuestro centro. El caso de las belugas y el de las morsas es de especial importancia, porque estas especies pertenecen a un h¨¢bitat tan ¨²nico y al mismo tiempo tan amenazado como es el ?rtico. Para los cuidadores, saber que con nuestros aprendizajes y juegos ayudamos a animales en poblaciones y entornos amenazados nos hace sentir completamente parte de la conservaci¨®n de nuestros oc¨¦anos.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.