Guatemala: al borde de una oportunidad perdida
La forma en que se decida el futuro de una fiscal¨ªa internacional contra la corrupci¨®n e impunidad, tendr¨¢ efectos por d¨¦cadas y fuera de sus fronteras
Quienes conocen Guatemala saben que no le son ajenas las crisis. Es dif¨ªcil identificar un periodo extendido de su historia en la cual haya gozado de razonable paz y prosperidad. Hoy vive una nueva. Una que se ha desarrollado en c¨¢mara lenta durante los ¨²ltimos a?os y ha llegado ahora a su c¨²spide. Hoy enfrenta directamente al presidente Morales con una comisi¨®n internacional y la Corte de Constitucionalidad.
En un Estado de derecho nadie est¨¢ por encima de la ley y son quienes gobiernan los primeros llamados a cumplirla. Pero este no ha sido siempre el caso. La corrupci¨®n e impunidad afectan a gran parte de las entidades p¨²blicas e incluso a las instituciones de justicia encargadas de aplicar las leyes. Como consecuencia, es imposible implementar pol¨ªticas efectivas de desarrollo que ayuden a elevar el nivel de vida de todos sus habitantes, y no solo de quienes integran la clase pol¨ªtica. En Guatemala, seg¨²n Unicef, el 48,8% de los ni?os sufren desnutrici¨®n cr¨®nica. La peor tasa del continente americano. Junto con su vecino El Salvador, se disputan algunas de las tasas de violencia homicida contra j¨®venes m¨¢s altas del mundo. Esto no se cambia con simple buena voluntad o ayuda extranjera, requiere de transformaciones que sacudan los cimientos de un sistema que no funciona para quienes m¨¢s lo necesitan. Imposible cuando existen figuras m¨¢s poderosas que el Estado mismo.
Corrupci¨®n e impunidad hay en muchos pa¨ªses. Guatemala no es ¨²nica en este campo. La diferencia es la creaci¨®n de una fiscal¨ªa internacional integrada por expertos extranjeros para combatirla. En 2007 se estableci¨®, por solicitud de Guatemala a Naciones Unidas, una comisi¨®n como fiscal¨ªa internacional independiente con el objetivo de investigar y presentar ante los tribunales nacionales a personas con poder e influencia para abstraerse de la justicia. No existe otra igual. Sirvi¨® de antecedente para la Misi¨®n de Apoyo Contra la Corrupci¨®n y la Impunidad en Honduras (MACCIH) y la esperanza es que se replicara y adaptara en otros pa¨ªses con similares problemas. En Ecuador y El Salvador ya se ha anunciado la creaci¨®n de comisiones internacionales. La Comisi¨®n Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), aunque novel y experimental, es un esfuerzo de Guatemala junto con la comunidad internacional para enfrentar una de las m¨¢s grandes amenazas a la paz: la impunidad. Constituye un esfuerzo pr¨¢ctico y temporal de usar las mismas Cortes nacionales para aplicar la ley a quienes gozan de inmenso poder.
En sus esfuerzos por descubrir la corrupci¨®n la CICIG ha sido exitosa. Como resultado de sus investigaciones se encuentra la m¨¢xima c¨²pula del Gobierno del 2015 detenida. Son numerosos los anteriores diputados, ministros, secretarios de Gobierno y dem¨¢s funcionarios que han sido condenados o que hoy deben enfrentar un juez y no lo habr¨ªan hecho sin CICIG.
No todo ha sido positivo, pero en la balanza esta Comisi¨®n demostr¨® que ni el poder pol¨ªtico ni el econ¨®mico ser¨ªan obst¨¢culo para enfrentar cargos ante un tribunal. Adem¨¢s, ha resaltado debilidades end¨¦micas del sistema de justicia y penitenciario que son injustificables. La Comisi¨®n tiene un importante campo para mejorar y lamentablemente no ha aprovechado muchas oportunidades para hacerlo. Ha cometido errores. Resulta indispensable que exista un mecanismo interno que sea eficaz para evaluar sus propias conductas. Que pueda y deba mejorarse no justifica las intenciones de eliminarla.
Este esfuerzo, hoy se encuentra en riesgo y sin alternativa viable que nos permita entender razonablemente que las decisiones p¨²blicas se toman con base en el inter¨¦s general. El presidente ha declarado persona non grata y expulsado al comisionado, quien desde hace meses dirige la instituci¨®n desde una especie de exilio. Ha evitado el ingreso al pa¨ªs del personal de la Comisi¨®n. Le ha retirado el personal de protecci¨®n y ha declarado terminado anticipadamente el acuerdo que la crea. Todas estas decisiones han sido declaradas inconstitucionales por la Corte de Constitucionalidad. El Ejecutivo ha hecho poco caso a esos pronunciamientos y el tribunal hasta ahora ha sido t¨ªmido para hacer cumplir sus resoluciones.
Se encuentra entonces Guatemala, y la comunidad internacional, al borde de perder la oportunidad de marcar un cambio positivo y prolongado cuya experiencia pueda ser replicada y mejorada por otros pa¨ªses con problemas similares. En algunos pa¨ªses ser¨¢ imposible retornar al Estado de derecho cuando las cortes han sido cooptadas, la CICIG ofrec¨ªa una herramienta. Pero sobre todo, ofrec¨ªa la oportunidad de promover el ideal de que nadie est¨¢ por encima de la ley y que no aplica solamente al d¨¦bil.
Este lento desmantelamiento es producto de una decisi¨®n pol¨ªtica sin aparente respaldo popular. Tampoco resulta amparado por derecho constitucional ni internacional. Si contin¨²a, en pocos meses, se habr¨¢ perdido una oportunidad para ir construyendo las bases de un pa¨ªs m¨¢s justo. Quiz¨¢s dentro del contexto de otras crisis en Am¨¦rica Latina no se aprecie que la forma en que se decida el futuro de la Comisi¨®n Internacional contra la Impunidad, tendr¨¢ efectos por d¨¦cadas y fuera de sus fronteras. La Comisi¨®n es una herramienta m¨¢s para reconstruir sistemas de justicia en democracias heridas y agobiadas por la corrupci¨®n, Guatemala es tan solo el primero de ellos. Este esfuerzo debe de ser promovido y defendido.
Alexander Aizenstatd es abogado guatemalteco especialista en derecho internacional graduado de la Universidad de Yale.
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