M¨¢s de lo mismo
Los ciudadanos de la Uni¨®n esperan discusiones ¨²tiles y centradas en la profundizaci¨®n de la democracia en Europa y no un mero reparto de puestos
Nuevamente una cumbre europea ha resultado decepcionante. Es signo de la par¨¢lisis que atenaza a las instituciones de la Uni¨®n en un momento particularmente delicado: no solo est¨¢ en juego el futuro del proyecto, sino que adem¨¢s la ciudadan¨ªa se dispone a acudir a las urnas en las que constituyen, hasta la fecha, las elecciones m¨¢s trascendentales al Parlamento Europeo.
La reuni¨®n que ha congregado a los 27 jefes de Gobierno de la UE en la localidad rumana de Sibiu ha sido una muestra m¨¢s de lo mismo: el encuentro se zanj¨® con una solemne pero hueca declaraci¨®n de buenas intenciones, seguida de un espect¨¢culo de mercadeo sobre el reparto de poder que tendr¨¢ lugar tras los comicios del 26 de mayo. En lugar de ofrecer al electorado una propuesta ilusionante y realista frente a un discurso destructivo que est¨¢n sabiendo articular las fuerzas ultras en alza en todo el continente, lo que los l¨ªderes europeos proporcionaron como respuesta fue una bronca por la c¨²pula que dirigir¨¢ la UE durante los pr¨®ximos cinco a?os.
La refriega afecta a puestos tan esenciales como la presidencia de la Comisi¨®n, del Consejo, del Banco Central Europeo, de la Euroc¨¢mara y de la Representaci¨®n Exterior de la Uni¨®n. La contienda se centr¨®, sobre todo, en la futura presidencia de la Comisi¨®n, cuya designaci¨®n seg¨²n el Tratado de la UE obliga a tener en cuenta el resultado de las elecciones europeas a trav¨¦s de los candidatos que las familias pol¨ªticas designen para aspirar al cargo, haci¨¦ndolo depender de la aritm¨¦tica parlamentaria resultante de las urnas.
La vinculaci¨®n del presidente de la Comisi¨®n con el resultado de las elecciones permite que haya una participaci¨®n m¨¢s clara del Parlamento Europeo y, por tanto, que su perfil sea m¨¢s pol¨ªtico. La designaci¨®n de las candidaturas de los partidos antes de las elecciones dota a esta figura de mayor legitimidad, pues la instituci¨®n a la que se ligan es un Parlamento elegido directamente por la ciudadan¨ªa europea. El otro elemento que juega a favor de este mecanismo de selecci¨®n es que confiere una mayor visibilidad a las elecciones europeas, pues ayuda a que las mismas vengan precedidas de una campa?a fuera del ¨¢ngulo nacional. Los candidatos aspirantes a presidir la Comisi¨®n tienen que hablar de Europa desde un foco estrictamente comunitario, creando una narrativa paneuropea que no existir¨ªa si el proceso de selecci¨®n se dejara en manos del Consejo, como pretenden hacer algunos mandatarios entre los que destaca el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
Los ciudadanos esperan discusiones centradas en la profundizaci¨®n de la democracia en Europa y no un mero reparto de puestos. Esta actitud da alas al discurso eur¨®fobo porque aleja a los europeos de sus instituciones.
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