M¨¢xima de Holanda, la reina que puede con todo
La esposa de Guillermo de Orange ha bailado, cantado y representado a la corona con llamativos estilismos, situaciones que solo ella supera con ¨¦xito gracias al cari?o ganado con su simpat¨ªa
M¨¢xima de Holanda ha viajado esta semana a Etiop¨ªa en su calidad de enviada especial de la ONU para la Inclusi¨®n Financiera y el Desarrollo, en una de las citas de trabajo de su agenda oficial. Estaba programada, aunque la reina consorte acababa de regresar de Espa?a, donde el pasado viernes hab¨ªa disfrutado por todo lo alto de la Feria de Sevilla, por donde hab¨ªa paseado vestida de flamenca junto a su esposo, el rey? Guillermo, y sus tres hijas, las princesas Amalia, Alexia y Ariane. La estancia sevillana ha dejado atr¨¢s un cierto alboroto medi¨¢tico en Holanda, entre otras razones por las connotaciones sentimentales de la visita, ya que fue en ese mismo lugar donde la pareja se conoci¨® hace dos d¨¦cadas cuando ¨¦l era el pr¨ªncipe heredero de Orange. Pero tampoco ha pasado inadvertido en su pa¨ªs de adopci¨®n un v¨ªdeo en el que los holandeses, y el resto del mundo, pueden ver bailar a su soberana con cierta gracia y dej¨¢ndose agarrar por la cintura por uno de los anfitriones de la fiesta.
Este segundo caso es una escena poco frecuente entre la realeza europea, aunque muchos a¨²n recordar¨¢n el famoso y controvertido baile entre Diana de Gales y John Travolta durante una visita oficial a la Casa Blanco cuando Ronald Reagan era el presidente de Estados Unidos. En el caso de M¨¢xima de Holanda su baile ha reavivado dos debates: los l¨ªmites de la privacidad de una pareja que considera su labor como una tarea a tiempo completo, y la soltura con la que M¨¢xima, nacida en Argentina en una familia de clase media, se maneja en una posici¨®n que no entraba en sus planes.?
El v¨ªdeo donde M¨¢xima danza encantada ha generado todo tipo de comentarios sobre ¡°su pasi¨®n por el baile¡±, y ¡°su desenvoltura¡±. A pesar de los a?os que lleva en Holanda, ¡°mantiene su alma latina¡±, es la conclusi¨®n a la que han llegado los medios holandeses. El servicio de informaci¨®n de la Casa Real (RVD) considera ¡°un asunto privado¡± la segunda filmaci¨®n, ¡°pero M¨¢xima bail¨® en p¨²blico, y Guillermo se presenta como un monarca de jornada completa en un pa¨ªs con libertad de expresi¨®n¡±, ha se?alado Marc van der Linden, uno de los comentaristas de la realeza m¨¢s conocidos del pa¨ªs. A pesar de la diferencia de opiniones, en su tierra de adopci¨®n, M¨¢xima ha recibido una vez m¨¢s cumplidos por su espontaneidad. Lo mismo ocurri¨® en 2018, durante una visita oficial a Cura?ao, hoy un territorio aut¨®nomo del reino y antigua colonia en el Caribe. Vestida de gasa turquesa y con pamela de paja, no pod¨ªa levantarse de la silla por cuestiones de protocolo, pero ¡°bail¨®¡± sentada mientras el resto de la comitiva daba palmas.
En abril de 2018, la revista femenina Margriet elabor¨® una lista con ¡°las siete cosas que m¨¢s nos gustan de M¨¢xima¡±, y la primera era su acento latino. ¡°Le queda un deje argentino al hablar neerland¨¦s y eso es ex¨®tico y encantador¡±, era la primera. ¡°Compra tambi¨¦n en Zara, y en Hema [un popular almac¨¦n]¡±; ¡°repite la ropa cara que lleva¡±; ¡°se le ven las ra¨ªces de las mechas del pelo, no oculta sus arrugas y calza un 42, y todo ello la hace m¨¢s cercana¡±; ¡°pasa del glamour de Meghan Markle, duquesa de Sussex, a la solvencia de su suegra, la hoy princesa Beatriz¡±; ¡°es una de las madres que lleva a otros ni?os en el coche, a la escuela primaria, si es necesario¡±, y ¡°le gusta comer bien¡±. En resumen, seg¨²n la publicaci¨®n ¡°una amiga estupenda¡±.
El retrato hecho en Margriet refleja que la naturalidad de M¨¢xima en el ejercicio de su labor resulta dif¨ªcil de impostar. Como su marido, acude con el mismo inter¨¦s a la inauguraci¨®n de una guarder¨ªa que viaja en nombre de Naciones Unidas para hablar de finanzas inclusivas y microcr¨¦ditos. Es el terreno que conoce, porque estudi¨® Econ¨®micas en Argentina y trabaj¨® en la banca. Por otra parte, las dos hijas mayores del matrimonio acuden a un colegio p¨²blico de secundaria, Sorghvliet, que elige al alumnado en funci¨®n de sus notas de primaria y pide una contribuci¨®n voluntaria a los padres. Dado que es un centro estatal y no puede exigir sumas desorbitadas, las familias de mayores ingresos pagan m¨¢s que el resto.
Su vestuario, en general tan vistoso como sus joyas ¨Clas suyas y las de la Casa Real, que figuran entre las m¨¢s llamativas de la realeza¨C es calificado de ¡°exuberante¡±, pero no de excesivo, por sus compatriotas adoptivos. Destaca en las bodas, y en actos de gala, sobre todo desde que Jan Taminiau, el dise?ador holand¨¦s, colabora con ella y la llena de bordados poco frecuentes en la ropa nacional. El vestido azul de la coronaci¨®n de Guillermo, en 2013, recibi¨® toda clase de halagos. Y el 27 de abril, durante el D¨ªa del Rey, comparece siempre conjuntada, enjoyada y con tacones, a pesar de que tiene que pasear durante horas. Si la cita es en un colegio o en un centro social, el atuendo se adapta, pero sigue siendo la m¨¢s llamativa del grupo. Y le encantan los sombreros, los turbantes y las cintas para el pelo, en un pa¨ªs donde nadie los lleva y donde diputadas y ministras se lo ponen por obligaci¨®n solo el d¨ªa de la apertura del Parlamento. Su simpat¨ªa parece absorber lo que lleva puesto, incluso el llamativo vestido fucsia de Oscar de la Renta que luci¨® en 2018 en Londres.
Tambi¨¦n cuenta con la suerte de que su esposo, el rey Guillermo dice que no es "un fetichista del protocolo¡±. Prefiere que los formalismos interfieran lo menos posible en su labor, criterio que su esposa aplica con fervor y que encontr¨® en sus risas la mejor forma de salir de sus tropiezos iniciales. Sonrisas que por muy sinceras que sean, no habr¨ªa convencido si no hubieran estado acompa?adas de la responsabilidad con que se ha propuesto representar a Holanda en el extranjero.
Su ¨¦xito y popularidad no siempre fue el mismo. Su padre, Jorge Zorreguieta, fallecido en 2017 en Buenos Aires, fue secretario de Estado de Agricultura durante la dictadura del general Videla, y ella tuvo que superar la censura general de sus futuros compatriotas antes de casarse con el pr¨ªncipe Guillermo. Hab¨ªa, sin embargo, dos cosas a su favor: nadie quer¨ªa castigar a la hija por el pasado paterno, y Wim Kok, el primer ministro, no par¨® hasta encontrar una soluci¨®n para la pareja. Cuando consigui¨® que la joven se quedara, mientras sus padres no eran bienvenidos en actos oficiales, M¨¢xima hizo una aparici¨®n estelar: habl¨® en neerland¨¦s en su primera entrevista televisada. Fue un golpe de efecto, pero sonaba tan sincero como su llanto durante su boda en la Iglesia Nueva de ?msterdam, en 2002, al escuchar Adi¨®s Nonino, el tango favorito de su progenitor.??
Es cierto que la familia reside ahora en un palacio, Huis ten Bosch (La Haya), que ha costado 4 a?os y 63 millones de euros de renovaciones. Tambi¨¦n lo es que las finanzas de la Casa Real, formada por los soberanos y la hoy princesa Beatriz, son motivo de discusi¨®n anual, en especial porque no pagan impuestos. Que su villa de veraneo en Grecia cost¨® 4,5 millones de euros en 2012, y los casi 1,5 millones de euros anuales reservados para la heredera, Amalia, a partir de los 18 a?os, se consideran excesivos. Pero todo ello no ha restado brillo a la imagen de M¨¢xima, el miembro m¨¢s popular de la Casa de Orange. Hace diecisiete a?os, Guillermo le pidi¨® a su madre que confiara en ¨¦l. El tiempo le ha dado la raz¨®n.
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