Jan Taminiau, el modisto que viste a las grandes reinas, desembarca en Espa?a
El dise?ador holand¨¦s favorito de M¨¢xima de Holanda o Lady Gaga abre en Madrid su primera tienda de ¡®pret a porter¡¯ fuera de su pa¨ªs en lo que considera ¡°un sue?o surrealista¡±
Jan Taminiau tiene much¨ªsimo que hacer. Pero no lo aparenta. Este holand¨¦s rubio y espigado sonr¨ªe sin parar y charla sin prisa sentado en un sof¨¢ verde tan bonito como evidentemente corto para sus largas piernas. Mientras, a su alrededor, hay objetos que aparecen (chaquetas, perchas) y otros que desaparecen (?ah¨ª no hab¨ªa hace un minuto un vestido blanco de encaje?). El frenes¨ª que le rodea forma parte de la inminente apertura de su tienda de Madrid. Una inauguraci¨®n especial para ¨¦l: es la primera vez que lanza una colecci¨®n de moda de calle ¡ªel llamado pr¨ºt-¨¤-porter o listo para llevar; hasta ahora solo hac¨ªa alta costura, modelos a medida¡ª y que abre una tienda para ello fuera de su pa¨ªs. Es la segunda; la primera se abri¨® en ?msterdam hace apenas dos semanas.
Taminiau est¨¢ feliz y lo demuestra. ¡°Sue?o¡± es una de las palabras m¨¢s repetidas de su discurso. A su 43 a?os, aquel chiquillo que esbozaba ¡°vestidos para princesas y reinas¡± ahora los crea para ellas: es el dise?ador de cabecera de la reina M¨¢xima de Holanda, favorito de Matilde de B¨¦lgica, querido por Lady Gaga, cuyos alt¨ªsimos e imposibles zapatos de corcho o cuadrados de cristales se exponen en la tienda. Pero ahora tambi¨¦n imagina para mujeres ¡ª¡°que dejan a los ni?os en el colegio y que tendr¨¢n una cena despu¨¦s, que viajan, que tienen agenda¡±¡ª gracias a esta colecci¨®n que no se guiar¨¢ por los dictados de la pasarela ni se presentar¨¢ en ninguna. ¡°Seguir la moda significa que, al final, dejar¨¢s de estar de moda. Y no quiero dejar de estarlo, quiero que mis chaquetas puedan volver a ponerse dentro de 10 a?os¡±, conf¨ªa. ¡°No quiero hacer todo rosa porque el mercado diga que hay que hacer rosa¡±.
Se le ocurri¨® abrir en este pa¨ªs hace 14 meses. Aquella idea ha fraguado en una colecci¨®n que ya se puede encontrar online y en una tienda en pleno barrio de Salamanca y en un constante trasiego: los lunes por la noche viaja a ?msterdam, donde atiende sus encargos y visita su tienda los martes y mi¨¦rcoles, y los jueves regresa a Madrid. ¡°Me encanta Espa?a. Vine hace cuatro a?os y me enamor¨¦¡ y me enamor¨¦ del pa¨ªs¡±, dice mirando a su pareja, el coleccionista y empresario Juan Varez, que da ¨®rdenes para colocar vinilos y retirar cajas.
¡°Abrir para mis mujeres espa?olas me resulta un sue?o surrealista¡±, relata, especialmente entusiasmado por su trabajo aqu¨ª. ¡°Lo que tienen las espa?olas no lo he visto en muchas partes. A partir de los 40 a?os muchas mujeres tienden a mirarse de forma negativa ante el espejo. Pero aqu¨ª no: amas lo que ves. Os quer¨¦is mucho m¨¢s a vosotras mismas¡±, confiesa entusiasmado. A ¨¦l lo que le gusta es vestir a mujeres, a todas, con distintos cuerpos, edades y condiciones. De ah¨ª su ya s¨®lida cartera de clientas cuyos nombres, con una media sonrisa, prefiere no desvelar.
La mejor de todas las que ha tenido ¡ªy probablemente tendr¨¢¡ª es M¨¢xima de Holanda. En Espa?a, los modistos y las marcas que visten a la familia real y en especial a la reina Letizia se mantienen herm¨¦ticos respecto a las prendas que les encargan. En cambio, Taminiau no tiene reparos en confesar que M¨¢xima, gracias a su bendici¨®n, le ha otorgado repercusi¨®n y un nombre en la Historia. ¡°Me encanta estar asociado a esas mujeres¡±, explica, sorprendido ante la duda de si sacar a relucir los nombres de las reinas que conf¨ªan en ¨¦l puede molestarle, perjudicarle o imponerle una etiqueta. Lo ¨²nico que exige a sus clientas, sean quienes sean, es confianza.
Asegura que estar implicado en todo el proceso de creaci¨®n, desde?los bocetos a las pruebas, es su mayor garant¨ªa para el ¨¦xito, y tambi¨¦n es lo que m¨¢s gusta a sus compradoras: ¡°Para sacar todo lo mejor de m¨ª lo ¨²nico que les pido es que me dejen ser yo. Que me den libertad, que conf¨ªen en m¨ª. Entonces har¨¦ todo lo humanamente posible por ellas¡±, explica. Eso le hace sentirse honrado, pero tambi¨¦n mostrar un talento que le ha llevado a tener?una retrospectiva en el Museo Central de Utrecht?por las piezas que ha creado en sus 15 a?os de carrera. ¡°Cada mujer es distinta, pero solo ellas saben entrar en una habitaci¨®n y apropiarse de ella. Es algo que no ocurre con los hombres¡±, opina.
Eso ocurri¨® cuando dise?¨® el modelo azul con abrigo-capa que llev¨® la?reina M¨¢xima de Holanda para su coronaci¨®n, en abril de 2013. La reina apareci¨® y su entrada dej¨® con la boca abierta a todo un pa¨ªs. ¡°Jam¨¢s habr¨ªa imaginado algo as¨ª. Me di cuenta de lo que significaba ese momento y siempre estar¨¦ agradecido. Me paraban y felicitaban por la calle. Formar parte de eso y convertirme en inspiraci¨®n para otros, estar en los libros de Historia...¡±, explica a¨²n asombrado. ¡°Esas mujeres han permitido cumplir un sue?o, pero tambi¨¦n tener un equipo trabajando. Y seguir so?ando¡±.
De vaqueros a novias
En su tienda de Claudio Coello, 14, Taminiau expondr¨¢ algunas de sus piezas hechas a medida (de las que prefiere no dar precios) y vender¨¢ las nuevas, ya disponibles en su web y que se actualizar¨¢n cada mes y medio. Por ahora lanzar¨¢ tres tallas, que denomina simplemente 1, 2 y 3. Los precios van desde los 200 de un brazalete o un cintur¨®n hasta los 1.500 euros de un vestido o una chaqueta bordada.
Para ¨¦l, la clave de una pieza de pr¨ºt-¨¤-porter es sencilla: " Si a una prenda, cualquiera, puedes ponerle unos vaqueros, est¨¢ bien". De ah¨ª que crear este tipo de pantalones sea su "pr¨®xima misi¨®n". Tampoco reniega de cualquier otra l¨ªnea de negocio, de accesorios a dise?o nupcial. Lo ¨²nico que quiere es seguir manejando su destino, sin estar detr¨¢s de grandes conglomerados de moda que le marquen el paso.
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