Gestionar el siglo XXI

En las elecciones del 26 de mayo los ciudadanos van a elegir a los alcaldes que gobernar¨¢n durante los pr¨®ximos a?os algunas de las grandes ciudades de Espa?a. Cuando se habla de manera general de Ayuntamientos, quedan habitualmente eclipsados los enormes problemas a los que se enfrentan las inmensas urbes del siglo XXI. La pol¨ªtica municipal est¨¢ asociada a la legendaria proximidad que existe entre el regidor y los habitantes de localidades relativamente manejables. Pero los alcaldes de ciudades como Barcelona y Madrid se enfrentan a desaf¨ªos y presupuestos que se acercan m¨¢s a los de algunos pa¨ªses y tienen, adem¨¢s, que dar respuesta inmediata a cuestiones que afectan a enormes poblaciones. En determinados casos, esas respuestas pasan por elaborar pol¨ªticas a largo plazo que, muchas veces, podr¨ªan no remar exactamente en la misma direcci¨®n que las establecidas por los Ejecutivos centrales.

A nadie se le escapa que las ¨²ltimas movilizaciones del sector del taxi, que reclamaban que se regulara con m¨¢s precisi¨®n el marco de competencia con las plataformas de servicio que operan a partir de las posibilidades que abren las nuevas tecnolog¨ªas, revelaron la intrincada complejidad que se esconde detr¨¢s de muchas de las propuestas que proceden de la econom¨ªa digital. El mundo se est¨¢ transformando a pasos agigantados, y las grandes ciudades tienen que adaptarse a profundas transformaciones, sobre las que tienen que dar respuesta urgente con propuestas que, con frecuencia, exigen proyectos que no se van a concluir en el plazo de una legislatura. Combatir los brutales ¨ªndices de contaminaci¨®n, dar respuesta al imponente crecimiento del n¨²mero de turistas que invaden los cascos hist¨®ricos, regular la competencia entre los sectores tradicionales y los vinculados a la llamada econom¨ªa colaborativa son, entre otros, algunos de los enormes trastornos que complican enormemente en la actualidad la gobernanza de las grandes ciudades.

La precarizaci¨®n del empleo, el encarecimiento del precio de la vivienda, la gentrificaci¨®n, la gesti¨®n de la seguridad ante las graves amenazas del terrorismo internacional: los desaf¨ªos son cada vez m¨¢s sofisticados y las respuestas exigen grandes dosis de consenso porque obligan a pol¨ªticas a largo plazo y, en determinadas circunstancias, a respuestas urgentes. Y, sin embargo, las fuerzas pol¨ªticas que est¨¢n compitiendo en la campa?a electoral para gobernar esas grandes metr¨®polis muchas veces no salen de proclamar un rosario de soluciones simplistas y demag¨®gicas. Para poder gestionar todos esos gigantescos problemas los partidos van a necesitar buscar grandes acuerdos para explorar salidas imaginativas y respuestas que seguramente van a exigir elaborar proyectos a largo plazo. Los acuerdos son imprescindibles.