Dar la batalla por Europa
La extrema derecha est¨¢ construyendo una coalici¨®n de radicales para ganar el partido, pero s¨®lo podr¨¢ modificar los l¨ªmites y las reglas del campo en la medida en que el resto de jugadores se lo permitan
La UE naci¨® con una motivaci¨®n expl¨ªcita: la de evitar otra guerra europea al incluir a todos los Estados del continente en una instituci¨®n com¨²n. Este objetivo tra¨ªa consigo una necesidad impl¨ªcita: los participantes deb¨ªan aceptar un m¨ªnimo com¨²n denominador ideol¨®gico. Durante d¨¦cadas, aquellos que no compart¨ªan ese conjunto b¨¢sico de valores escogieron las enmiendas a la totalidad. Pero despu¨¦s del Brexit, la estrategia de quienes no comparten las premisas de la UE ha virado de querer escapar de la instituci¨®n a cambiarla desde dentro.
Algunos leer¨¢n este cambio como una victoria europe¨ªsta. Pero, ?qu¨¦ sentido tendr¨ªa una UE vac¨ªa de democracia liberal, pluralismo y respecto por las libertades b¨¢sicas, pero llena de nacionalismo? ?No ser¨ªa esencialmente contraria a sus principios fundacionales? ?Qu¨¦ gana un edificio con que todos quieran entrar en ¨¦l si algunos lo hacen cargados de dinamita para demolerlo desde los cimientos?
Los l¨ªderes del contraproyecto, y particularmente el italiano Matteo Salvini, aspiran a presentarlo como una plataforma coherente que encaja con las opiniones de una mayor¨ªa de ciudadanos europeos. Sin embargo, el ariete de la extrema derecha es mucho m¨¢s precario: se reduce a coger un asunto espec¨ªfico, el de la inmigraci¨®n, y convencer a las suficientes personas para que gu¨ªen su voto por ¨¦l. Pero no han movido con ello la posici¨®n del europeo medio sobre cuestiones migratorias, que esencialmente se mantiene donde estaba hace una d¨¦cada. Tampoco en lo que respecta a libertades individuales, ni en la defensa de las mismas por parte del Estado. En el plano econ¨®mico, la ciudadan¨ªa demanda si acaso m¨¢s redistribuci¨®n, mientras el contraproyecto mantiene tensiones internas que van del proteccionismo lepeniano al ultraliberalismo austriaco.
La extrema derecha est¨¢ construyendo una coalici¨®n de radicales para ganar el partido, pero solo podr¨¢ modificar los l¨ªmites y las reglas del campo en la medida en que el resto de jugadores se lo permitan. La otra opci¨®n para ellos parece m¨¢s fruct¨ªfera: se trata de desnudar las contradicciones que el rival esconde detr¨¢s del fantasma migratorio, de comprender y hacer comprender que la virulencia aparente del ataque no esconde ninguna fortaleza estructural, que no justifica la puesta en cuesti¨®n de aquellos principios b¨¢sicos sin los cuales el proyecto europeo carecer¨ªa de sentido. @jorgegalindo
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