La distop¨ªa se ha hecho realidad en Nicaragua
La literatura latinoamericana est¨¢ pintando verazmente los territorios m¨¢s terror¨ªficos del continente
En las novelas dist¨®picas nos asustaba que pudieran gobernarnos cerdos (Rebeli¨®n en la granja), seres que decid¨ªan por nosotros mientras nos envolv¨ªan de una carcasa de realidad inventada (1984) o capataces que nos obligaban a engendrar hijos para los elegidos (El cuento de la criada). Quemar libros, negar la comida o renunciar a los sentimientos han sido pesadillas recurrentes en el g¨¦nero por la intromisi¨®n que suponen en lo m¨¢s ¨ªntimo. Parec¨ªa una ficci¨®n.
Pero algo no muy lejano est¨¢ ocurriendo en algunos pa¨ªses americanos donde la distop¨ªa va tomando cuerpo de realidad sin que los d¨¦biles puedan hacer gran cosa. El r¨¦gimen de Ortega en Nicaragua ha ido creando un mundo propio de delaciones, acusaciones inventadas y represi¨®n que en un a?o se ha cobrado m¨¢s de 300 muertos, cientos de presos pol¨ªticos y miles de exiliados. Solemos hablar mucho de Venezuela y poco de Nicaragua. El festival Centroam¨¦rica Cuenta, exiliado en Costa Rica ante la represi¨®n en Nicaragua, nos recuerda estos d¨ªas que, muerta la utop¨ªa que supuso Ortega, se extiende la distop¨ªa en su forma m¨¢s atemorizante.
El presente se ha convertido, as¨ª, en una invitaci¨®n a saltar de esa representaci¨®n imaginaria de lo deseable a una realidad indeseable; a traspasar las fronteras de la ficci¨®n y a encontrar a nuestro alrededor acontecimientos que parec¨ªan solo literarios. Por fortuna, la nueva literatura est¨¢ haciendo el camino inverso: nos sirve en buenos libros (deseables) esa realidad indeseable. ?O no son las andanzas de los salvadore?os para sobrevivir a las maras que narra D'Aubuisson un infierno dist¨®pico? ?O no contienen las caravanas de migrantes de Emiliano Monge pesadillas m¨¢s graves que las de los humanos sometidos a los cerdos orwellianos? ?O la ideolog¨ªa como artilugio maleable para alimentar a las masas que pinta Claudia Pi?eiro?
Y nadie se libra. De la mano del narco, la migraci¨®n y la represi¨®n, la distop¨ªa va tomando otras formas. Moronga, extraordinaria novela de Horacio Castellanos Moya, nos describe el aire opresivo en un Estados Unidos donde se extiende el escrutinio de la intimidad y la sospecha aciaga sobre todo el diferente. Y a¨²n est¨¢ por escribir la novela de una Argentina donde las ni?as violadas son obligadas a parir. Y esas son las buenas noticias: la literatura latinoamericana sigue brillando por necesidad.
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