Rubalcaba, la LOGSE y la educaci¨®n
La negociaci¨®n de la ley con la comunidad educativa primero y en el Parlamento despu¨¦s fue tambi¨¦n tarea casi exclusiva de Alfredo
Tuve la enorme suerte de trabajar con Alfredo P¨¦rez Rubalcaba en el Ministerio de Educaci¨®n. Cuando ¨¦l ocupaba el puesto de secretario de Estado, fui director general de Renovaci¨®n Pedag¨®gica, una direcci¨®n cuyo objetivo era elaborar un modelo integral sobre la reforma educativa. M¨¢s tarde le sustitu¨ª cuando fue nombrado ministro de Educaci¨®n. Durante estos seis a?os, de 1986 a 1992, se dise?¨®, se aprob¨® y empez¨® la aplicaci¨®n de la LOGSE, por lo que pude conocer bien sus ideales, sus habilidades y su forma de trabajar
La LOGSE no se improvis¨®. Primero se present¨® un Libro Blanco sobre la reforma educativa en 1989. En ¨¦l se inclu¨ªan el sentido de las nuevas etapas educativas, los nuevos institutos en cada una de las Comunidades Aut¨®nomas que depend¨ªan del Ministerio, las medidas para mejorar la calidad de la ense?anza y el coste de todo ello (1,3 billones de pesetas). La negociaci¨®n con el Ministerio de Hacienda para conseguir el aval a una propuesta tan ambiciosa y tan costosa fue obra de Alfredo, aunque hay que reconocer que el apoyo del ministro Solana y del presidente Gonz¨¢lez fueron factores decisivos.
La negociaci¨®n de la LOGSE con la comunidad educativa primero y en el Parlamento despu¨¦s fue tambi¨¦n tarea casi exclusiva de Alfredo. La consecuencia de su habilidad y esfuerzo fue el respaldo final de todos los partidos excepto del Partido Popular.
A lo largo de estos a?os vivimos juntos un esfuerzo enorme para acertar en el dise?o de la LOGSE y para convencer a la sociedad y a la comunidad educativa de que las reformas propuestas merec¨ªan la pena. Solo destacar¨¦ en estas l¨ªneas los cambios m¨¢s importantes para que pueda visualizarse su profundidad y su dificultad: un nuevo nivel de educaci¨®n infantil hasta los 6 a?os con el objetivo de escolarizar a todos los ni?os de los 3 a los 6; una etapa de Educaci¨®n Secundaria Obligatoria de los 12 a los 16 a?os en los antiguos Institutos de Ense?anzas Medias, lo que supon¨ªa que los maestros de 7? y 8? de la antigua EGB pasaran a dar clase en los Institutos; la construcci¨®n de centenares de nuevos Institutos de Secundaria en muchas ciudades y pueblos que solo ten¨ªa EGB para acercar la ense?anza obligatoria hasta los 16 a?os a todos los alumnos; un nuevo modelo de Formaci¨®n Profesional con una oferta al t¨¦rmino de la ESO y otra de Formaci¨®n Profesional Superior al finalizar el Bachillerato; una apuesta por mejorar la calidad y la equidad educativa reduciendo el n¨²mero de alumnos por aula, incorporando equipos y departamentos de orientaci¨®n en los centros y ampliando la formaci¨®n continua del profesorado; un nuevo curr¨ªculo que incluyera no solo la ense?anza de conocimientos, sino tambi¨¦n la educaci¨®n en las estrategias de aprendizaje y en los valores.
La aprobaci¨®n de la LOGSE impuso una tarea ingente, pues su desarrollo exig¨ªa cambios en los contenidos de la ense?anza, nuevas tareas de los docentes, traslado de alumnos y de profesores, reformas en la formaci¨®n inicial y permanente de los profesores y nuevos modelos de organizaci¨®n de los centros. Cada uno de estos temas abr¨ªa en cascada otros muchos. Por ejemplo, si ya no iba a continuar el 7? y 8? de EGB, hab¨ªa que cambiar la especialidades de las escuelas de Magisterio. Pero, ?qu¨¦ perspectivas laborales se pod¨ªan ofrecer a los estudiantes que se estaban preparando para dar clase en estos cursos?
Rubalcaba ha sido un hombre que cre¨ªa en la capacidad de la educaci¨®n para mejorar a las personas y reducir las desigualdades
Es preciso recordar que la LOGSE fue aplicada en gran parte de las Comunidades Aut¨®nomas desde el propio Ministerio de Educaci¨®n, pues depend¨ªan de su gesti¨®n directa hasta su traspaso definitivo a?os despu¨¦s. Este hecho multiplicaba el esfuerzo del ministerio. Tal vez por ello se pudo asumir un liderazgo educativo en el conjunto de la educaci¨®n espa?ola.
En este proceso, Alfredo volvi¨® a demostrar unas habilidades estrat¨¦gicas y negociadoras extraordinarias. Analizaba cada problema y ve¨ªa sus implicaciones en otros posibles conflictivos. Hablaba entonces con sus interlocutores una y otra vez para buscar soluciones equilibradas, porque la cesi¨®n a un colectivo pod¨ªa suponer agravios a otro o abrir una cadena interminable de reivindicaciones. En el conflicto con las Escuelas de Magisterio, el punto de encuentro fue establecer en la LOGSE que para el ingreso en el cuerpo de Maestros era necesario estar en posesi¨®n del t¨ªtulo de Maestro, lo que anteriormente no era as¨ª.
Aprend¨ª de ¨¦l cuatro estrategias que he seguido fielmente. La primera, escribir el primer texto para la negociaci¨®n. Siempre me dec¨ªa: el primer texto marca el campo de juego y es fundamental. Y a?ad¨ªa: los pol¨ªticos hablan mucho, pero no escriben. La segunda, tener en cuenta la perspectiva humana y pol¨ªtica del negociador contrario. Entender qu¨¦ necesita. La tercera, no dar nunca por perdida una negociaci¨®n por imposible que parezca. A veces, cuando los sindicatos de profesores se levantaban de la mesa y dec¨ªan que no volver¨ªan a reunirse, ¨¦l me comentaba posteriormente que estaba dispuesto a llamarles de nuevo de forma individual para intentar alguna salida. Y la ¨²ltima, revisar de manera concienzuda todo lo que se escribe antes de su publicaci¨®n. Era un poco pesado en esto. El desarrollo de la LOGSE supuso decenas de decretos, ¨®rdenes y reglamentos. Por mucha confianza que tuviera en nosotros, y de hecho la ten¨ªa, los le¨ªa con rapidez y en voz alta y te indicaba no solo cambios de fondo, sino tambi¨¦n en las palabras para una mejor comprensi¨®n e incluso te advert¨ªa si una coma faltaba o estaba mal puesta. A esta tarea hemos dedicado todas las tardes de los s¨¢bados durante muchos a?os.
Hemos seguido conversando sobre educaci¨®n hasta pocas semanas antes de su muerte. Yo le enviaba mis informes sobre los futuros cambios educativos, el ¨²ltimo sobre la evaluaci¨®n del profesorado y su desarrollo profesional, y ¨¦l me comentaba sus impresiones y me abr¨ªa nuevas perspectivas. Se acordaba de todas las normas aprobadas. En esta ¨²ltima etapa hablaba mucho m¨¢s con los profesores y notaba una mayor valoraci¨®n de la LOGSE que en el pasado, lo que le produc¨ªa una ¨ªntima satisfacci¨®n.
Ha sido un hombre que cre¨ªa en la capacidad de la educaci¨®n para mejorar a las personas y reducir las desigualdades; un hombre inteligente, divertido, ir¨®nico, buen jefe y buen amigo, defensor de sus ideas, pero respetuoso con los que pensaban diferente. Un hombre leal y admirable.
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