Biocombustibles por tierra, mar y aire
Los carburantes producidos a partir de los desechos org¨¢nicos ganan peso como alternativa a los f¨®siles para impulsar el transporte
Lodos de depuradoras, purines de cerdos y excrementos animales, desechos agr¨ªcolas y comida caducada, grasas y aceites usados, biomasa forestal... En un planeta atenazado por el calentamiento global y el peligro que suponen los gases de efecto invernadero, parte de la soluci¨®n a este drama puede pasar por los millones de toneladas de basura org¨¢nica que genera la actividad humana en todos los rincones del mundo. Hace ya tiempo que la industria ha comenzado a apostar por el uso de sustancias de origen org¨¢nico para obtener energ¨ªa. Los biocombustibles han comenzado a hacerse un hueco en el mercado y los expertos coinciden en que, ante la amenaza del cambio clim¨¢tico, estas nuevas fuentes de energ¨ªa ganar¨¢n mayor protagonismo en poco tiempo.
"En este momento, los biocarburantes son la alternativa que puede tener mayor peso en la reducci¨®n de?CO2?en el sector de los transportes a gran escala, como el de mercanc¨ªas por carretera, el mar¨ªtimo y el a¨¦reo. Es la soluci¨®n m¨¢s pr¨¢ctica y econ¨®mica, y sin duda puede ayudar a rebajar el nivel de contaminaci¨®n en todo el planeta", apunta el profesor y titular de la C¨¢tedra Fuel Freedom de Energ¨ªa y Desarrollo Social del IESE, ?Ahmad ?Rahnema.
Uno de los objetivos acordados hace cuatro a?os en la Cumbre del Clima de Par¨ªs fue el de mantener el calentamiento de la Tierra por debajo del l¨ªmite de los dos grados cent¨ªgrados con respecto a los niveles preindustriales. Y eso implica una transici¨®n energ¨¦tica hacia fuentes menos contaminantes en detrimento de la energ¨ªa de origen f¨®sil como el carb¨®n, el petr¨®leo y el gas. "La poblaci¨®n mundial cada vez es m¨¢s consciente de que deben adoptarse medidas a favor de la sostenibilidad y el medio ambiente", prosigue el profesor Rahnema.
El director general de la Asociaci¨®n Espa?ola de Bioempresas (Asebio), Ion Arocena, deja claro que los biocombustibles se consideran un tipo de energ¨ªa renovable puesto que est¨¢n producidos a partir de la biomasa de la materia vegetal, que, "a diferencia del petr¨®leo, no tarda millones de a?os en producirse, sino que lo hace a una escala controlable por el ser humano". Pero no todo es tan sencillo. La demanda de cultivos agr¨ªcolas para la producci¨®n de biocombustibles est¨¢ provocando una creciente preocupaci¨®n sobre el efecto negativo que esto puede tener para la seguridad y disponibilidad alimentaria de millones de personas en el mundo y sobre la superficie verde del planeta, ya que se ampl¨ªan los campos de cultivo en detrimento de las zonas v¨ªrgenes.
Los biocombustibles de primera generaci¨®n (aquellos que se obtienen de plantas susceptibles para el consumo humano como la soja, el ma¨ªz o la palma) son los que quiere prohibir la UE, reduciendo su porcentaje. Desde agrupaciones ecologistas como Greenpeace advierten de que esta primera generaci¨®n ¡ª"mal llamados bio, deber¨ªan denominarse agrocarburantes", inciden desde la ONG¡ª tienen que eliminarse de los objetivos de la UE al no cumplir los requerimientos para ser considerados sostenibles. "Est¨¢ demostrada la relaci¨®n entre la demanda de aceite de palma con los cambios de uso del suelo [deforestaci¨®n] en regiones tropicales, as¨ª como problemas asociados al acaparamiento de tierras, p¨¦rdida de biodiversidad...", denuncia Miguel ?ngel Soto, responsable de la campa?a de bosques en Greenpeace.
Esta organizaci¨®n recuerda, por ejemplo, que el 72,5% del biodi¨¦sel que hay en Espa?a se fabrica con aceite de palma. Y el 50% del consumo de este producto en la UE es para biodi¨¦sel, ya que las distribuidoras de combustible est¨¢n obligadas a mezclarlo junto con el gas¨®leo de origen f¨®sil. En Espa?a, el biodi¨¦sel y el bioetanol aportaron en 2017 al PIB nacional alrededor de 760 millones de euros y crearon 4.325 empleos directos e indirectos, seg¨²n datos suministrados por el sector. "Los agrocarburantes m¨¢s utilizados no se pueden considerar energ¨ªa limpia, ya que, si tenemos en cuenta todo el ciclo de vida de su fabricaci¨®n [conversi¨®n de bosques, transporte desde largas distancias, etc¨¦tera], la utilizaci¨®n de biodi¨¦sel produce m¨¢s gases de efecto invernadero", a?aden desde Greenpeace.
Un extremo que no comparten en la Asociaci¨®n de Empresas de Energ¨ªas Renovables (Appa). Su director de la secci¨®n de biocarburantes, Manuel Bustos, sostiene que los biocarburantes consumidos en Espa?a y en el resto de la UE "son una energ¨ªa limpia, renovable y sostenible". Bustos recuerda que todos los biocombustibles comercializados en territorio europeo deben reducir en al menos un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a los combustibles f¨®siles sustituidos. De acuerdo con los ¨²ltimos datos oficiales de la CNMC, prosigue el directivo de la Appa, en 2018 los biocarburantes comercializados redujeron dichas emisiones una media del 64%, lo que supuso un ahorro de 3,8 millones de toneladas de CO2. Bustos esgrime que los biocarburantes consumidos en la UE en 2016 requirieron tan solo el 3,1% de las tierras cultivadas en suelo europeo y menos del 0,5% de las tierras de los principales pa¨ªses extracomunitarios que suministran materias primas como son Ucrania, Brasil, Indonesia y Malasia. "Y todos los an¨¢lisis cient¨ªficos realizados hasta ahora han se?alado adicionalmente que su incidencia en los precios alimentarios es muy reducida", insisten desde la Appa.
Prioridad europea
En cualquier caso, el objetivo de la UE es sustituir los biocarburantes de primera generaci¨®n por los de segunda generaci¨®n. Esto es, los producidos principalmente a partir de residuos de biomasa, UCO (en espa?ol, aceite de cocina reciclado) y grasas animales. Y el futuro de estas ¨²ltimas fuentes de energ¨ªa es, en opini¨®n del presidente de la Asociaci¨®n Nacional de Fabricantes de Biocombustibles y Combustibles Renovables (Afabior), Santiago Verda, "muy alentador". El Parlamento Europeo aprob¨® en diciembre una directiva que fija para 2030 una cuota m¨ªnima del 14% de estos biocombustibles de segunda generaci¨®n en detrimento del petr¨®leo en aras del fomento de la econom¨ªa circular. "Pueden contribuir a la protecci¨®n del medio ambiente ya que utilizan residuos procedentes de vertederos", a?ade Verda. Lo mismo ocurre con los biocombustibles s¨®lidos (pellets, astillas, residuos forestales, huesos de aceituna o pi?a, c¨¢scaras...), que, en general, ganan cada a?o cuota de mercado tanto al gas como al gas¨®leo con un crecimiento en Espa?a por encima del 15% anual.
Arocena, de Asebio, confirma que las principales l¨ªneas de investigaci¨®n en biocombustibles est¨¢n dirigidas sobre todo a la obtenci¨®n de bioenerg¨ªa a trav¨¦s de residuos de las plantaciones agrarias o del cultivo de algas. La primera, sostiene Arocena, tendr¨ªa "un impacto nulo" sobre las explotaciones agrarias "puesto que est¨¢ basada en el empleo de sus residuos como materia prima". La segunda se fundamenta en el "alto contenido lip¨ªdico de ciertos tipos de algas" y en su capacidad para ser cultivadas en diferentes medios (salado, dulce, residual), adem¨¢s de su alto rendimiento por unidad de superficie.
En estos nuevos escenarios desempe?an un papel clave la innovaci¨®n y la investigaci¨®n. Y las biorrefiner¨ªas se convierten en un actor fundamental. Estas instalaciones permiten aprovechar de una forma m¨¢s sostenible los residuos, adem¨¢s de reducir la dependencia de energ¨ªas f¨®siles y abrir puertas al uso de materias primas renovables. En estas plantas se valorizan de manera eficiente los residuos agroindustriales y se crean nuevos productos bio, como biocombustibles, biopl¨¢sticos y biog¨¢s, todos ellos procedentes de los residuos org¨¢nicos y generados a trav¨¦s de diferentes procesos de fabricaci¨®n.
Este ¨²ltimo combustible, el biog¨¢s, ofrece numerosas posibilidades. Se produce a partir de la fermentaci¨®n de residuos org¨¢nicos, como restos agr¨ªcolas, deyecciones ganaderas (purines, esti¨¦rcol), restos vegetales procedentes de la industria agroalimentaria, alimentos que est¨¢n caducados o en malas condiciones, los restos org¨¢nicos que produce el hombre en las grandes ciudades, los lodos de las depuradoras de aguas residuales... Est¨¢ formado sobre todo por metano y por CO2, y desde hace dos o tres a?os las empresas gasistas han comenzado a interesarse por este "gas verde". En Europa hay alrededor de 18.000 plantas de biog¨¢s, 10.000 de ellas en Alemania. En Espa?a no se llega a 100, pese a que nuestro pa¨ªs es una potencia agroalimentaria de primer orden y generamos much¨ªsimos residuos en este sector.
Amplios beneficios
"Debemos ver este combustible no ¨²nicamente como una fuente de energ¨ªa limpia y renovable, que lo es, sino como una manera de ayudar a la sostenibilidad en la producci¨®n de alimentos y con numerosos beneficios ambientales para la agricultura y la ganader¨ªa. El biog¨¢s implica unos beneficios directos al reemplazar una energ¨ªa f¨®sil (carb¨®n, gas natural) por otra que genera menos emisiones. Y tiene una ventaja adicional: su origen son residuos org¨¢nicos que son tratados de manera adecuada y no se vierten incontroladamente", explica Andr¨¦s Pascual, responsable del ¨¢rea de medio ambiente y bioenerg¨ªa de Ainia, un centro tecnol¨®gico puntero en investigaci¨®n ubicado en Valencia.
Es en las biorrefiner¨ªas donde se produce el biog¨¢s, pero tambi¨¦n biopol¨ªmeros y compuestos qu¨ªmicos, fertilizantes, microalgas, etc¨¦tera. "El desarrollo de estas plantas es crucial para la correcta transici¨®n de Europa hacia una econom¨ªa m¨¢s sostenible", asegura Arocena. Lo mismo opina el presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Valorizaci¨®n Energ¨¦tica de la Biomasa (Avebiom), Javier D¨ªaz, quien destaca el "impacto positivo" que la biomasa tiene sobre la agricultura. "Gracias a ella se ponen en valor restos de cosecha o aprovechamientos que quedar¨ªan sin uso", cuenta.
En 2016, ¨²ltimo ejercicio del que existen datos, el sector de la biomasa super¨® los 56.100 millones de euros de facturaci¨®n. "Adem¨¢s, es importante para mantener los bosques en buenas condiciones, ya que ayuda en la prevenci¨®n de incendios", a?ade el responsable de Avebiom. Un punto que comparte Greenpeace, que admite que la gesti¨®n forestal destinada a la extracci¨®n de biomasa para uso energ¨¦tico puede ser una v¨ªa "para la prevenci¨®n de incendios forestales, para generar paisajes m¨¢s resilientes al fuego o para rentabilizar el uso de masas forestales".
Biojet a base de algas
La investigaci¨®n en los biocarburantes tambi¨¦n ha llegado a la industria aeron¨¢utica. Desde hace algunos a?os, algunas compa?¨ªas ?a¨¦reas han comenzado a llenar los dep¨®sitos de sus aviones con biojet. Este nuevo biocombustible sostenible puede ser una alternativa competitiva al queroseno, si prosiguen las investigaciones. Gigantes de la industria como Boeing comenzar¨¢n a ofrecer a aerol¨ªneas y operadores la posibilidad de que sus nuevos aviones comerciales utilicen estos biocarburantes, que reducen las emisiones hasta en un 80%. En Jap¨®n incluso ya se ha comenzado a producir biojet a escala industrial a partir de algas y aceites vegetales reciclados. "Las microalgas ser¨¢n las precursoras de los biocombustibles de cuarta generaci¨®n. Son un recurso limpio e inagotable para su producci¨®n", vaticina la directora t¨¦cnica y subdirectora general de AlgaEnergy, Mar¨ªa Segura Fornieles.
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