Gestos in¨²tiles

Algunos creen que situar en las presidencias del Congreso y del Senado a dos catalanes constituye un gesto amistoso hacia el nacionalismo separatista ¡ªy hacia los catalanes en general¡ª que contribuir¨¢ a relajar las tensiones de los ¨²ltimos a?os. Una larga experiencia nos demuestra que estos gestos, vistos desde Madrid como muestras de acercamiento y buena voluntad, no sirven para los fines que se pretenden e, incluso, en ocasiones, sirven para todo lo contrario, son considerados como limosnas indignas y ofensivas: ¡°?Qu¨¦ se han cre¨ªdo, que somos tontos, que nos comprar¨¢n con caramelos? ?Nos tratan como si fu¨¦ramos ni?os!¡±. Como ahora Pablo Iglesias con las donaciones de Amancio Ortega.

Que se preparen mis queridos amigos Meritxell Batet y Manuel Cruz para las trampas y enredos que los nacionalistas catalanes ¡ªayudados por sus c¨®mplices vascos y por Podemos¡ª les tender¨¢n en los a?os que restan de legislatura. Empezar¨¢n ya mismo, no carecen de imaginaci¨®n.

Antes he dicho que una larga experiencia nos lleva a estas conclusiones. Nos falta espacio para se?alar todos los hitos de la misma, pero empez¨® ya con los mismos inicios de la autonom¨ªa catalana. En el programa pol¨ªtico de la primera investidura de Jordi Pujol, en 1980, el Estatuto que se acababa de aprobar ya era considerado insuficiente: ¡°No es el que se merece Catalu?a¡±, dec¨ªan. Era el programa m¨ªnimo para un trayecto que deber¨ªa culminar con la independencia. Comenzaba la ¨¦poca en la que el astuto Pujol ped¨ªa paciencia a los suyos. Con el tiempo, y una adecuada pol¨ªtica de ¡°construcci¨®n nacional¡±, ya llegar¨ªa la independencia.

A estos preocupantes inicios siguieron m¨²ltiples intentos de contentar a los Gobiernos nacionalistas catalanes, ¡°a los catalanes¡±, como se suele decir de manera impropia. Hubo innumerables cesiones en los acuerdos de transferencias, en la financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas, en traspasos en materias de polic¨ªa auton¨®mica y carcelaria por v¨ªas extraordinarias, en la supresi¨®n de los gobernadores civiles, en pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica. Innumerables actuaciones para apaciguar a los nacionalistas sin efecto alguno.

Incluso Gonz¨¢lez y Aznar ofrecieron ocupar carteras ministeriales a destacados miembros de la hoy extinta CiU, con el rechazo constante de Pujol. Narc¨ªs Serra lleg¨® a ser vicepresidente del Gobierno, algo much¨ªsimo m¨¢s importante que presidir las C¨¢maras. Ahora mismo, Josep Borrell es ministro de Asuntos Exteriores y, sin embargo, es el m¨¢s atacado por los nacionalistas catalanes y su corte medi¨¢tica¡­

No seamos ingenuos. La fuerza del independentismo no disminuye con gestos in¨²tiles, y, mientras en Madrid se entretienen con adornos est¨¦ticos, en Barcelona los separatistas de la Asamblea Nacional han asaltado la direcci¨®n de la C¨¢mara de Comercio en un audaz golpe de mano. Ellos s¨ª que saben de pol¨ªtica.

Francesc de Carreras es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional y fundador de Ciudadanos.