La dura lucha contra la crisis demogr¨¢fica
La regi¨®n afronta el desaf¨ªo de revertir la mayor amenaza para su futuro, la despoblaci¨®n
Al contrario de lo que dice el t¨®pico, el paisaje en Castilla y Le¨®n es muy variado. Desde los Arribes del Duero hasta las parameras sorianas, pasando por las monta?as del sistema Central y la cordillera Cant¨¢brica, los pinares y casta?ares infinitos de las sierras abulenses, los regad¨ªos del antiguo p¨¢ramo leon¨¦s y las cuencas del Porma y del Esla, los vi?edos de Toro, Pe?afiel y Rueda y (c¨®mo no) los anchos campos de cebada, trigo de invierno y remolacha, la comunidad aut¨®noma m¨¢s grande del pa¨ªs (y, con m¨¢s de 94.000 kil¨®metros cuadrados, la subdivisi¨®n administrativa m¨¢s grande de la Uni¨®n Europea, mayor que 16 Estados soberanos del bloque continental) re¨²ne todas las vertientes de la Espa?a interior. Pero todas ellas tienen algo en com¨²n: falta gente.
La despoblaci¨®n ha marcado y marca los rumbos de esta tierra y su soluci¨®n se ha convertido en un desaf¨ªo pol¨ªtico de primer orden. Y para verlo no hay sino que comparar con las cifras de hace un siglo. El a?o del censo de 1920, Espa?a acababa de salir de la mayor epidemia de gripe de la historia. En estos casi 100 a?os, la poblaci¨®n espa?ola se ha m¨¢s que duplicado, de una estimaci¨®n de 21,2 millones de habitantes hasta un padr¨®n de 46,7 millones en 2018. En ese tiempo, la poblaci¨®n de las nueve provincias castellanoleonesas se ha reducido en algo m¨¢s de 1.100 personas y no llega a los 2,4 millones de habitantes. Algunas provincias est¨¢n m¨¢s afectadas que otras. En 100 a?os, Soria ha perdido un 42% de su poblaci¨®n; Zamora, un 36%.
"Desde 1988 ha habido m¨¢s defunciones que nacimientos", apunta Alberto del Rey, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Salamanca. "A principios de este siglo, hubo una oleada de inmigraci¨®n que compens¨® un poco, pero la crisis econ¨®mica ha revertido la tendencia". Las cifras absolutas no cuentan toda la historia. "Si quitas las capitales de provincia, puedes ver que, antes que nada, lo que se ha producido es un trasvase de las zonas rurales a las urbanas", contin¨²a Del Rey.
Cuatro de cada diez castellanoleoneses viven en las capitales provinciales, especialmente en Valladolid, con diferencia la mayor ciudad de la regi¨®n. El peso de la capital como polo industrial (especialmente por su sector del autom¨®vil) y como el centro de las actividades de la Junta han multiplicado su importancia y, en consecuencia, su poblaci¨®n. Si en 1920 un 3% de los habitantes de la regi¨®n viv¨ªa en Valladolid, ahora es uno de cada ocho.
El resultado es que uno de cada dos espa?oles que vive en un pueblo de menos de 101 habitantes reside en Castilla y Le¨®n; sobre todo, por la gran fragmentaci¨®n del mapa municipal. Hay 2.248 Ayuntamientos en la comunidad aut¨®noma; uno de cada cuatro que hay en Espa?a. En Soria, el tama?o medio del municipio es de 484 habitantes. Son pueblos diminutos, donde el transporte p¨²blico llega poco y mal, con escasa conectividad de banda ancha y donde el m¨¦dico, el maestro y hasta el cura trabajan a tiempo parcial. "Siempre tuvieron una supervivencia dif¨ªcil, pues de lo contrario habr¨ªan crecido m¨¢s de lo que lo hicieron", cuenta un art¨ªculo en la revista Democracia y Gobierno Local. "Hasta que colapsaron con la mal llamada modernizaci¨®n tecnocr¨¢tica de los a?os cincuenta y sesenta".
"En el pueblo no se puede vivir", sentencia por tel¨¦fono Jes¨²s Hern¨¢ndez, alcalde de San Pedro Manrique, el mayor pueblo (el ¨²nico con m¨¢s de 200 habitantes) de las Tierras Altas de Soria. "Pero esta es una decisi¨®n pol¨ªtica que tiene m¨¢s de 40 a?os; no es de ahora. Sencillamente, se han ido quitando servicios y se han ido los j¨®venes. Y esta es una comarca agr¨ªcola y ganadera; no hay m¨¢s".
Asignaci¨®n irregular
El problema de esta atomizaci¨®n no es tanto los costes de gesti¨®n ¡ªen la mayor parte de los micromunicipios la pol¨ªtica se ejerce a tiempo parcial y sin remuneraci¨®n¡ª, sino lo que implica a la hora de asignar fondos. "Las transferencias de la administraci¨®n del Estado a los municipios est¨¢n directamente vinculadas a la poblaci¨®n", explica un informe de Ignacio Molina de la Torre para la Universidad de Valladolid. "De tal forma que, por causa de la despoblaci¨®n, los Ayuntamientos est¨¢n recibiendo una cantidad de dinero significativamente inferior a la que recibir¨ªan de haber conseguido mantener su poblaci¨®n en la ¨²ltima d¨¦cada". "Los municipios peque?os, en realidad, son administrados por personas que lo hacen por amor al arte", defiende Ram¨®n Sobremonte, director general de Cajavivacajarural y de las Cajas Rurales de Castilla y Le¨®n. "Y esos pueblos peque?os se oponen a perder esa administraci¨®n porque no es costosa y sin ella pierden capacidad de decisi¨®n".
Para quien viaja por las carreteras secundarias de la comunidad, el paisaje parece estar ah¨ª desde siempre y ser eterno. Pero poco se sabe de lo dependiente que es de la acci¨®n del ser humano. "La despoblaci¨®n, para empezar, es un problema medioambiental muy negativo", explica Sobremonte. "Sin manos para cuidarlos, los campos se desertizan y los bosques se estropean. Y est¨¢ en juego la seguridad alimentaria del pa¨ªs. Ahora mismo, podemos importar mucha comida, pero ?y si no podemos?". No solo es naturaleza la que se pierde, tambi¨¦n la historia. Con 268 inscripciones, la comunidad es la que tiene m¨¢s monumentos inscritos en la Lista Roja del Patrimonio en peligro elaborada por la Fundaci¨®n Hispania Nostra. "La destrucci¨®n de estos h¨¢bitats supone la p¨¦rdida de un importante patrimonio arquitect¨®nico y art¨ªstico y la desaparici¨®n de manifestaciones culturales dif¨ªcilmente recuperables", alerta un informe del Consejo Econ¨®mico y Social publicado el a?o pasado.
Pero la mayor p¨¦rdida es la del capital humano. "La que se marcha es la gente m¨¢s preparada", explica Del Rey. "Eso, evidentemente, merma la capacidad econ¨®mica y la diversidad cultural y social. Ese trasvase se ha comido el bono demogr¨¢fico, es decir, el empuje econ¨®mico que se produce cuando la poblaci¨®n en edad de trabajar supera a los ni?os y ancianos. Al final, es una pescadilla que se muerde la cola y genera m¨¢s despoblaci¨®n, sin dejar nada de ese potencial de crecimiento".
Un capital humano muy bien formado. En el ¨²ltimo informe PISA de habilidades de estudiantes de secundaria, publicado en 2016, Castilla y Le¨®n qued¨® en cabeza de las comunidades aut¨®nomas en ciencia y comprensi¨®n lectora, y solo qued¨® por detr¨¢s de Navarra en matem¨¢ticas; en los tres casos por encima del promedio de la OCDE. "Gracias a los esfuerzos de los maestros y del resto del personal, la escuela rural es de muy alta calidad a pesar del aislamiento y otras situaciones complicadas", explica Christina Fulconis, portavoz del sindicato educativo STECyL.
Un problema que se acumula
Pero la calidad de la educaci¨®n no garantiza su atractivo. "No todas las familias est¨¢n dispuestas a que sus hijos den clase solo con otros tres ni?os", contin¨²a Fulconis. "En consecuencia, los peque?os no se asientan. Sobre todo se nota en educaci¨®n infantil, pero evidentemente arrastra a la secundaria. Es un problema que viene fragu¨¢ndose a?o tras a?o".
En lugares como en Cabrillanes (Le¨®n), en la hist¨®rica regi¨®n de Babia que proverbialmente hechizaba a los reyes leoneses, el problema de la despoblaci¨®n se hace evidente. "El colegio aqu¨ª tiene 32 cr¨ªos y atiende a tres Ayuntamientos", explica el teniente de alcalde Marcos ?lvarez. "Si cada municipio tiene unos 15 pueblos, imag¨ªnate". Del otro lado de la comunidad, en Navasfr¨ªas (Salamanca), junto a la frontera con C¨¢ceres, el problema es similar. "La escuela tiene 17 alumnos, y los vamos perdiendo a?o tras a?o", se?ala Esteban Alfonso, alcalde de la localidad. "?Qu¨¦ pasa con esta gente que formamos?", se pregunta Del Rey. "Pues que cuanto mejor los formamos, m¨¢s los empujamos a salir fuera".
?Qu¨¦ soluciones se pueden dar al problema? La Junta de Castilla y Le¨®n ha impulsado un plan decenal basado en cinco pilares: primero, incentivar la formaci¨®n de empleo; segundo, apoyar el aumento de la natalidad; tercero, apoyar la integraci¨®n de los inmigrantes extranjeros; cuarto, incentivar el retorno de los emigrantes a la regi¨®n, y, por ¨²ltimo, impulsar la imagen de la comunidad para atraer residentes de otras comunidades aut¨®nomas.
Las respuestas pol¨ªticas no bastan, sin embargo. "Cuando se habla con la gente que vive en los municipios peque?os, se puede ver que hay un descr¨¦dito enorme", se?ala Sobremonte. "Porque, por mucho que se hable, se hace poco. Si realmente se quiere abordar este problema, tiene que ser un pacto de Estado, como el pacto de Toledo. Y, como tal, debe tener un desarrollo l¨®gico, que contemple la solidaridad interterritorial que consagra la Constituci¨®n, y con una dotaci¨®n financiera como pilar b¨¢sico".
Para Fernando Escobillas, presidente de las C¨¢maras de Comercio de Castilla y Le¨®n, lo fundamental es reducir las diferencias entre campo y ciudad a la hora de instalar un negocio. "Atajar la brecha tecnol¨®gica, potenciar las infraestructuras como ejes vertebradores y potenciar los incentivos fiscales a quien emprenda o se instale en el ¨¢mbito rural", enumera. "De lo contrario, las pocas empresas y emprendedores se fugar¨¢n a los n¨²cleos urbanos para abaratar sus costes". "Desde el punto de vista del gasto, creo que se deber¨ªan generar las condiciones para que se emprenda", apunta Sobremonte. "Esto implica dotar de infraestructuras adecuadas, y no solo son puentes y carreteras. Hoy en d¨ªa, si no tienes conexi¨®n a Internet, ?ad¨®nde vas a ir?".
"Yo creo que la prioridad es que la gente se mantenga", comenta Del Rey. "Porque se habla de traer gente cuando, creo, la prioridad es que los que est¨¢n no se vayan. Hay que dar a los j¨®venes condiciones para quedarse; primero el empleo, y luego, entre otras cosas, acceso a la vivienda".
Y solo se quedan los m¨¢s mayores. Con un 24% de la poblaci¨®n mayor de 65 a?os, Castilla y Le¨®n es la tercera comunidad m¨¢s envejecida de Espa?a, tras Asturias y Galicia. En Zamora, por cada ni?o menor de 10 a?os hay cinco personas mayores de 65; es la mayor proporci¨®n de todo el pa¨ªs. Y no solo envejecen los que reciben los servicios; tambi¨¦n quienes los prestan. "El m¨¦dico de aqu¨ª tiene 62 a?os", relata el teniente de alcalde de Cabrillanes. "Dentro de tres, a lo mejor tenemos un problema".
La 'econom¨ªa gris'
Pero donde hay un problema tambi¨¦n hay un negocio en ciernes. La econom¨ªa de la tercera edad (la econom¨ªa gris, como se ha dado en llamar) tiene un potencial poderoso. "Creo que es una mirada que no se est¨¢ dando; que por ah¨ª tambi¨¦n pasa el futuro", se?ala Del Rey. "Es gente que tiene recursos, consumen y atraen servicios. Si en un pueblo cierras el consultorio m¨¦dico, los hijos se llevan a sus padres de all¨ª. Y una persona que ya no est¨¢ en el pueblo, no compra pan, no compra cosas, y, lo que es m¨¢s importante, las personas mayores cada vez tienen m¨¢s poder adquisitivo y requieren servicios m¨¢s especializados". "Nosotros no tenemos ning¨²n servicio que se preste las 24 horas", explica el alcalde de Navasfr¨ªas. "Si creas una infraestructura en un pueblo como este para ayudar a la gente mayor, creas puestos de trabajo para gente joven, y es as¨ª como se mantiene el colegio".
Castilla y Le¨®n cuenta con una ventaja a la hora de atraer la atenci¨®n de los pol¨ªticos: el sistema electoral. Las nueve provincias de la comunidad suman 31 esca?os en el Congreso de los Diputados, solo uno menos que la provincia de Barcelona a pesar de tener menos de la mitad de la poblaci¨®n. Y, a pesar de que las movilizaciones que piden una soluci¨®n al problema llevan m¨¢s de una d¨¦cada, solo ha sido la fragmentaci¨®n del voto conservador ¡ªque ha hecho competitivas circunscripciones que tradicionalmente son bastiones del centroderecha¡ª la que ha despertado la atenci¨®n de los partidos en la pasada campa?a.
Los que huyen y los que se refugian
Durante la primera ¨¦poca de la recristianizaci¨®n de Espa?a, en la Alta Edad Media, se llam¨® "presura" a la instalaci¨®n de colonos cristianos en los escasamente poblados territorios del valle del Duero. M¨¢s de 10 siglos despu¨¦s, el mismo nombre se usa para la Feria Nacional contra la Despoblaci¨®n, que se celebr¨® en Soria el pasado mes de noviembre. "Existe un movimiento incipiente de personas del mundo urbano que quieren venir a vivir aqu¨ª", apunta Joaqu¨ªn Alcalde, director de la feria. "El mundo rural ofrece much¨ªsimas oportunidades y recursos por explotar. Lo que queremos trasladar es una visi¨®n optimista, porque ese discurso victimista ha hecho mucho da?o".
Pero el atractivo de la vida campestre no es suficiente para los urbanitas que buscan una segunda oportunidad en el campo. "En las zonas rurales no se va a vivir como se viv¨ªa en el siglo XX; no se puede seguir solo con la agricultura y ganader¨ªa", se?ala Alcalde. "En Finlandia, desde hace m¨¢s de 40 a?os, te encuentras empresas tecnol¨®gicas instaladas en el mundo rural, y esto es porque tienen las infraestructuras de banda ancha que necesitan para trabajar".
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