Compitamos por la gloria y por la crema depilatoria

Una de las cosas que suceden en este oficio del periodismo es que uno se topa a menudo con noticias curiosas, a veces con otras bastante raras y en ocasiones ¡ªcada vez m¨¢s frecuentemente, todo hay que decirlo¡ª con hechos simplemente alucinantes.

Informaba este peri¨®dico de que las ganadoras del campeonato de Asturias de squash, adem¨¢s del trofeo merecidamente conquistado, fueron obsequiadas por la organizaci¨®n con dos cajas de cera depilatoria, una lima el¨¦ctrica ¡°para eliminar las durezas de los pies¡±... y un vibrador. Relataba una de las premiadas, que ha sido n¨²mero uno del mundo y siete veces campeona de Espa?a, la sorpresa e indignaci¨®n que sinti¨® al ver el lote. La expresi¨®n con la que aparece en la fotograf¨ªa que acompa?aba al texto no es precisamente la de una campeona celebrando el triunfo. Ha habido peticiones de disculpas por parte de la organizaci¨®n y hasta dimisiones, hecho este ¨²ltimo que, trat¨¢ndose de Espa?a, refuerza el car¨¢cter alucinante de la noticia.

Vayamos por partes. Lo de dar regalos con los trofeos se nos est¨¢ yendo de las manos. A la corona de laurel para el vencedor se le a?adi¨®, hace no demasiado tiempo en la historia, una medalla. Despu¨¦s vino el ramo de flores para ellas y luego tambi¨¦n para ellos. M¨¢s tarde, una mascota, normalmente de peluche, para todos. Y a esto se suman en ocasiones regalos de los patrocinadores. El resultado es que el p¨®dium de algunas competiciones parece una tienda de chinos por donde asoman como pueden los esforzados atletas.

En segundo lugar, muchas veces el resultado escandaloso tapa lo verdaderamente interesante que es el proceso de toma de decisiones. Busc¨¢ndole las vueltas, lo de las durezas puede hasta justificarse por lo que sufren los pies en competici¨®n, pero ser¨ªa francamente ¨²til saber qu¨¦ les pasaba por la cabeza a quienes les pareci¨® bien lo de la crema depilatoria y el vibrador. No se sabe qu¨¦ es m¨¢s preocupante, si fue consciente, algo hecho sin pensar, o confundieron una competici¨®n deportiva con un dirty weekend. Tal vez deber¨ªa repetirse el experimento y junto a la pr¨®xima copa o ensaladera que gane Rafa Nadal se podr¨ªan a?adir una pastilla de jab¨®n y una caja de condones. A ver qu¨¦ pasa.

Puede que las ofendidas, en su generosidad, perdonen la ofensa. Es m¨¢s dif¨ªcil que lo hagan con la chabacaner¨ªa.