Jean Paul Gaultier: ¡°El sistema de la moda hoy es destructivo¡±

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Sentarse a hablar con Jean Paul Gaultier es exactamente eso: sentarse a hablar. Al franc¨¦s no se le pregunta, ni se le entrevista, solo se charla con ¨¦l, se r¨ªe a la par que ¨¦l y se interviene lo justo en una conversaci¨®n que, si no tuviera un tiempo pautado y un par de asistentes pululando alrededor, podr¨ªa durar varias horas y caf¨¦s. A menudo, el dise?ador se mete tan a fondo en el coloquio ¡ªen el que mezcla espa?ol e italiano, toques de franc¨¦s y alg¨²n verbo en ingl¨¦s¡ª que olvida el origen de todo: "?Qu¨¦ hab¨ªa preguntado? ?De qu¨¦ est¨¢bamos hablando?". Y, despu¨¦s, r¨ªe.

Con 67 a?os y a punto de cumplir?medio siglo entre telas, el modisto franc¨¦s sigue con ganas de m¨¢s. De crear vestidos, de contar an¨¦cdotas de sus creaciones, sus pasiones y sus amigos, de implicarse en el mundo de la moda y ense?ar a los que vienen detr¨¢s. Pasa por Espa?a como miembro de honor del jurado del premio Who's On Next, que desde hace ocho a?os organiza la revista Vogue?para poner en valor el joven talento espa?ol, al que considera "muy profesional".?"La moda joven debe ser creativa, que est¨¦ bien pensada, pero con la mirada en la calle. Que venda. Es un equilibrio dif¨ªcil", explica Gaultier.?

Es una de las actuales obsesiones del maestro: la viabilidad comercial. El de la moda no deja de ser un negocio, ?c¨®mo sostenerlo sin ingresos? "Es un sistema destructivo, debo decir. Esto no solamente es un show. Hay que hacer ropa para que se venda", defiende. ?l mismo est¨¢ inmerso, lo reconoce, en un modelo complicado de mantener. "Se muestran las prendas sobre las estrellas, que tienen el dinero para pagarlas, pero que no las pagan porque tienen contratos para llevarlas. Hay un desequilibrio total. Ellos tienen el tiempo y las situaciones para vestirlas, y el dinero, ?pero no pagan! ?No es normal!", argumenta.

Cuando ¨¦l empez¨® a hacer ropa, en los a?os setenta, y cuando se consagr¨®, en los ochenta y noventa, el modelo no era ese. ?l mismo vend¨ªa las prendas a Madonna o Boy George, que eran clientes y, m¨¢s tarde, amigos. "Para m¨ª era una recompensa ver mis prendas en sus videoclips. Ten¨ªamos una relaci¨®n normal, que no contractual. Ahora hay un intermediario, un estilista, muchas personas por medio", opina. La diva del pop le ayud¨® a alcanzar la fama gracias a sus ya m¨ªticos cors¨¦s de pechos c¨®nicos. Su relaci¨®n se ha consolidado a trav¨¦s de los a?os y las giras: ¨¦l la ha vestido para el ¨²ltimo?Festival de Eurovisi¨®n con un dise?o que rememoraba a aquellos.?Estuvo en Tel Aviv para dar los retoques finales?a un traje que, reconoce, sufri¨® bastantes cambios en el proceso.?"La admiro, tenemos una relaci¨®n especial", afirma sobre la cantante.?

El cansancio por tantas terceras personas le ha hecho decantarse por otro modelo de creaci¨®n. Hace cinco a?os decidi¨® cerrar su l¨ªnea de pr¨ºt-¨¤-porter,?la ropa que se encontraba en webs y almacenes, y centrarse en la alta costura. Una decisi¨®n a la que tambi¨¦n le llev¨® el hast¨ªo. "Tenemos demasiado de todo. Demasiada ropa, demasiadas colecciones, ?demasiadas pel¨ªculas! En Francia se estrenan cada semana 25. ?Es imposible!". ?l ha limitado sus apariciones y hasta sus materiales: ha dejado de trabajar con pieles, una decisi¨®n que PETA (Personas por el Trato ?tico de los Animales) aplaudi¨®. Ni hablar ya de la cuesti¨®n de la quema de excedentes en la moda: "Es escandaloso. Absolutamente escandaloso".

Ahora solo realiza modelos a clientas espec¨ªficas y por encargo. Es decir, vuelve a sus or¨ªgenes. "El 24 de abril [de 2020] celebrar¨¦ 50 a?os en la moda. ?El mismo d¨ªa de mi cumplea?os!", adelanta, con los ojos brillantes de ilusi¨®n. "Lo que yo hac¨ªa era algo cerca de lo artesanal. No fui a la escuela. Mi primera colecci¨®n la hice sin dinero, y no vend¨ª nada. En la cuarta hab¨ªa a¨²n menos dinero, porque ten¨ªa muchas deudas. Consegu¨ª llevarla a una tienda de Saint Germain des Pr¨¦s", recuerda sobre sus inicios en Par¨ªs, antes de ponerse a trabajar para Pierre Cardin. "Luego llegaron licencias con Jap¨®n, con Italia... Solo en Francia no s¨¦ si habr¨ªa salido adelante", reconoce.

"Con Espa?a tengo una relaci¨®n particular" reconoce. Su firma pertenece al grupo catal¨¢n Puig desde 2011. "Adem¨¢s de por estar en Puig, est¨¢n Pedro Almod¨®var o Rossy de Palma. Pas¨¦ mis vacaciones de la infancia en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s, luego baj¨¦ a Castilla, luego a Madrid, a Andaluc¨ªa...". Parte de su iconograf¨ªa est¨¢ inspirada en los s¨ªmbolos m¨¢s cl¨¢sicamente asociados a la cultura espa?ola, como los toros, los lunares, las v¨ªrgenes o los volantes. "Me acuerdo de mi primer traje de luces, lo vi en Dax. Luego recuerdo mi primera corrida, en Sevilla. ?Indultaron al primer toro! Tuve mucha suerte", relata entusiasmado.

Los recuerdos no le ciegan. Tampoco cruzar la l¨ªnea del medio siglo trabajando. Adem¨¢s del cabar¨¦ autobiogr¨¢fico que cre¨® el pasado invierno?para el Folies Berg¨¨re y que, espera, llegue a Espa?a el pr¨®ximo a?o, ya est¨¢ ideando un nuevo espect¨¢culo para las celebraciones. "?Un gran show! ?Una gran fiesta! Es enorme, 50 a?os".?Y retirarse, ?no? "?No, no, no! ?Nunca! Jamais!", dice, en la mezcla de sus mil idiomas con la eterna carcajada.?