El ¨²ltimo gran huerto de Barcelona
El agricultor Juan Ortu?o muri¨® en invierno y ahora La Ponderosa, que se riega con la acequia romana, est¨¢ cerrada a los vecinos
Con ¨¦l aprendimos a esquejar higueras. "Cortas una ramita tierna, ahora en febrero", nos dec¨ªa, "abres un poco el extremo y le pones una chinita en medio para que haga ra¨ªz y la plantas donde el agua est¨¦ cerca". Su sabidur¨ªa popular resonaba entre carreteras, autopistas, v¨ªas de tren y la gasolinera, all¨ª donde Juan Ortu?o ten¨ªa el huerto de la Ponderosa, tres hect¨¢reas de terreno agr¨ªcola en ciudad.
Hablamos de ¨¦l en nuestro libro La ciudad comestible. Apreciamos, sobre todo, esa posibilidad de comprar all¨ª mismo las frutas y verduras de su cultivo. Las zanahorias que limpiaba de tierra con el agua del Rec Comtal (acequia condal, en espa?ol) y el almac¨¦n de calabazas est¨¢n grabadas en nuestro recuerdo. Juan Ortu?o muri¨® en invierno y ahora La Ponderosa est¨¢ cerrada a los vecinos. Se sigue cultivando pero peligra su futuro. Un gran cartel de Solvia amenaza la entrada y se sabe que el terreno f¨¦rtil tiene tres propietarios particulares.
"Cuando no haya gasolina para que funcionen los camiones que transportan la fruta y la verdura, ?qu¨¦ vais a comer? ?Sus ruedas?"
La Ponderosa es la mayor extensi¨®n agraria de la ciudad de Barcelona, la ¨²nica que queda en la entrada norte de la ciudad. Est¨¢ cerca de la recuperada v¨ªa verde del r¨ªo Bes¨®s y cuenta en un extremo de su territorio con la Granja del Ritz, una antigua mas¨ªa que el Hotel Ritz de Barcelona explotaba para autoabastecerse de verduras, huevos y gallinas hasta los a?os ochenta, cuando el modelo alimentario se convirti¨® en industria la granja cerr¨® y liber¨® las gallinas, que desde entonces han sido cuidadas en libertad por los vecinos del barrio de Vallbona.
Pasear por sus alrededores, caminar desde Montcada hasta la puerta del huerto sintiendo la presi¨®n del asfalto y el cemento cada vez m¨¢s cerca, es un ejercicio de resistencia para entender que el ¨²nico futuro posible es el respeto y la recuperaci¨®n de la naturaleza, esa que expulsamos de la ciudad con la excusa de un progreso que no ha tomado su mejor camino.
Los dos ayuntamientos implicados en la zona, el de Montcada y el de Barcelona, coinciden en dise?ar un futuro parque agrario con gesti¨®n ecol¨®gica en el huerto que sirva como escuela agraria para futuros j¨®venes agricultores urbanos que por cierto cada vez hay m¨¢s. El pr¨®ximo a?o comienzan las obras para soterrar las v¨ªas del tren que la dividen: es una reivindicaci¨®n hist¨®rica. Las ciudades deben repensar su modelo alimentario, acercar de nuevo los cultivos a su vida urbana y caminar hacia una f¨®rmula de consumo m¨¢s local y menos dependiente de los peajes que impone la industria global.
Avanzar hacia una soberan¨ªa alimentaria desde el paradigma urbano significa devolver la dignidad a la agricultura y a quien la practica. Significa entender que la vida crecida de semillas que fueron planta cercana ha sido y ser¨¢ siempre la que mejor nos alimente, asegurar la vida es cuidar la tierra. Con Juan Ortu?o dibujamos un futuro apocal¨ªptico. Nos dijo: "Cuando no haya gasolina para que funcionen los camiones que transportan la fruta y la verdura ?qu¨¦ vais a comer? ?Sus ruedas?". Era agricultor y por tanto fil¨®sofo y visionario.
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