¡°Sangre, esfuerzo, l¨¢grimas y sudor¡±
Hay algo peor que el triste y desmochado oportunismo de May. La falsedad compulsiva de quienes buscan sucederla
Tras el desastre May, al Reino Unido de los valores, la solidaridad, la decencia y la querencia por una Europa unida ¡ªque lo hay¡ª le convendr¨ªa un Winston Churchill. Y a nosotros. Pero ser¨¢ dif¨ªcil que lo encuentre.
Quiz¨¢ deba conformarse con uno de sus bi¨®grafos, el demagogo ultra Boris Johnson. Y si es as¨ª, este igual logra otro imposible: hacernos olvidar a la dama del ¡°Brexit is Brexit¡±. Imposible, porque ya est¨¢ casi olvidada. Nadie la recordar¨¢ por nada distinto a su tes¨®n en el fiasco del separatismo antieuropeo.
El mandato de casi tres a?os ejercido por Theresa May ha sido seguramente el segundo peor de la reciente historia brit¨¢nica. Solo la empeora Neville Chamberlain (tambi¨¦n conservador, tambi¨¦n tres a?os) que encabez¨® otro gran fracaso: la pol¨ªtica de apaciguamiento con Adolf Hitler y Benito Mussolini. Flanqueado por el franc¨¦s ?douard Daladier, engord¨® el expansionismo de los fascistas. Bendijo las anexiones de Abisinia, de Austria y de la regi¨®n checoslovaca de habla alemana (los Sudetes) en la vergonzosa Conferencia de M¨²nich de 1938.
Pretendi¨® apaciguar a la bestia. La incentiv¨® con un pacifismo repugnante e in¨²til, que elud¨ªa ¡°una guerra motivada por un pueblo lejano y por gentes de las que nada sabemos¡±. Ese tic ultra: nada quer¨ªan saber del Otro, lejano e ignorado, como nada quieren saber hoy del electricista polaco o del alba?il rumano.
El golpe final a ese aislacionismo lo propin¨® Winston Churchill prometiendo a los brit¨¢nicos el 13 de mayo de 1940 ¡ªtras suceder a Chamberlain¡ª ¡°sangre, esfuerzo, l¨¢grimas y sudor¡± en su apoyo a los europeos perseguidos y en defensa de su pa¨ªs.
Ahora es ocasi¨®n oportuna para retomar un ¨¢gil relato de ese momento: ¡°Cinco d¨ªas en Londres, mayo de 1940¡±, de John Lukacs. Y admirar a los brit¨¢nicos que tanto han hecho por los dem¨¢s. Para compensar, siquiera sea con el recuerdo, la bazofia ideol¨®gica que nos env¨ªan al Parlamento de Estrasburgo.
Esos hip¨®critas herederos del nefasto Brexit, como Nigel Farage, que odia al electricista polaco, pero estuvo casado decenios con Kirsten, una se?ora alemana. O los amigos de ese Johnson de la upper-upper class, que sabe hablar lat¨ªn... y despotrica contra el despotismo de ¡°las ¨¦lites¡±. Mintiendo, de paso, sobre la aportaci¨®n de su pa¨ªs a las arcas de la UE: 350 millones de libras semanales, dijo, el doble largo de los 156 millones reales.
Hay algo peor que el triste y desmochado oportunismo de May. La falsedad compulsiva de quienes buscan sucederla.
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