Socios de honor
El PP no tuvo que rectificar su pol¨ªtica para ganar. Otros le hicieron el trabajo
Hay un t¨®pico seg¨²n el cual los programas pol¨ªticos no se cumplen. Pero una cosa es el incumplimiento y otra que un partido pol¨ªtico destruya con su actuaci¨®n los supuestos que determinaron su propia existencia.
Es lo que acaba de suceder con Podemos, que de modo mucho m¨¢s alambicado repite la jugada que en 2016 hizo posible la continuidad de Rajoy y del PP en el Gobierno. Entonces como ahora, echarles constitu¨ªa el proclamado objetivo de Podemos desde la izquierda. A pesar de ello, limit¨¢ndose a denunciar el pacto PSOE-Ciudadanos, puso el poder en la bandeja de Rajoy. Ahora la maniobra se ha repetido en el Ayuntamiento de Madrid, y no vale decir que ni con los votos de Madrid en Pie hubiese sido elegida Manuela Carmena, ya que la denuncia artera en El Salto contra la honestidad de su equipo, respaldada por Iglesias el s¨¢bado, ya sin posibilidad de r¨¦plica, busc¨® todo lo contrario. Su efecto no era solo cuantitativo, al sembrar la desconfianza en un electorado com¨²n. M¨¢s grave aun, el argumento televisado de Iglesias, de que Carmena ten¨ªa votos de sobra para ganar y hab¨ªa que votar entonces a una izquierda de verdad, merece figurar en una antolog¨ªa del cinismo pol¨ªtico. No se atrevi¨® a medirse con Carmena y prefiri¨® socavar a M¨¢s Madrid, midiendo tiempos, mediante una candidatura sin posibilidades de llegar al 5%. El PP y la prioridad de cerrar el camino a la derecha, olvidados. Todo un autorretrato pol¨ªtico.
Pablo Iglesias se ha hecho as¨ª merecedor del nombramiento de socio de honor por los populares. Algo parecido le ocurre a Albert Rivera. Nacido casi como socialdem¨®crata, Ciudadanos ha iniciado un periplo incomprensible, que desde el pacto de gobierno con el PSOE le ha llevado a aceptar vergonzantemente alianzas con participaci¨®n de Vox, y eso sin cumplir ninguno de sus objetivos. En Madrid, gracias a Ciudadanos, tendremos Administraciones de derecha pura y dura, dependientes de un grupo posfranquista que sabe lo que quiere. Desde la campa?a electoral de Andaluc¨ªa, resulta penoso el esfuerzo de los dirigentes de Ciudadanos por cargar contra ¡°el sanchismo¡±, mirando hacia otro lado si les mencionan a Vox.
La actitud del PP es comprensible, por ser Vox una excrecencia suya, pero no la de este Ciudadanos, que, contra lo que afirma Rivera, no va a gobernar de veras casi nada, que actuar¨¢ como asistente de Gobiernos populares, sin sorpasso alguno, y que ver¨¢ su ejecutoria manchada por la presencia de Vox. En esa l¨ªnea carecen de expectativas a medio y largo plazo, salvo recibir tambi¨¦n el galard¨®n de un PP que no tuvo que rectificar su pol¨ªtica para ganar. Otros le hicieron el trabajo.
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