El rapto de Barcelona
Ernest Maragall gan¨® no con un programa de izquierdas, sino sobre todo al servicio del renqueante bloque secesionista
La Operaci¨®n Tete tiene peligro. El tete es Ernest Maragall, conocido por ese sobrenombre, con el que se suele apodar a los hermanos peque?os en Catalu?a (y m¨¢s, en Valencia) y tiene una connotaci¨®n cari?osa, juguetona, entra?able.
Pero no es entra?able elevarle a la alcald¨ªa de Barcelona, pues encarna una opci¨®n aritm¨¦tica y pol¨ªticamente perdedora. Supondr¨ªa el rapto de la capital catalana por la minor¨ªa indepe.
Esto requiere explicaci¨®n, porque el candidato de Esquerra ha encabezado la primera lista municipal, empatada en esca?os con los comunes de Ada Colau, aunque les aventaja en menos de 5.000 votos. Y as¨ª todo el mundo lo ha reconocido.
Pero de ser la primera lista a tener derecho autom¨¢tico a gobernar hay una distancia: es la capacidad de formar alianzas mayoritarias. Esa era la doctrina de Ernest cuando era socialista y Pasqual no ganaba en votos, pero s¨ª (con alianzas) en esca?os al nacionalismo, al que el tete finalmente se ha convertido.
Si Ernest Maragall hubiera hecho una campa?a municipalista ¡ªsin renunciar a su nueva fe¡ª ser¨ªa distinto. Pero prioriz¨® que ¡°es bueno que Barcelona represente esta unidad¡± (con la c¨¦lula de Waterloo); y convertirla en ¡°la capital republicana¡± indepe; para lo que prometi¨® una carta de derechos y deberes ¡°como embri¨®n de la Constituci¨®n¡± del nuevo Estado.
Quiere decirse que Ernest gan¨® no con un programa de izquierdas, sino sobre todo al servicio del renqueante bloque secesionista. Y por tanto, los c¨®mputos honestos son los que derivan de la l¨ªnea divisoria, o fractura, en la cuesti¨®n nacional. Esquerra y los neoconvergentes absorbieron 239.947 votos (el 31,82%) y 15 esca?os (tres menos que la ¨²ltima vez); los no independentistas, casi el doble: 432.144 votos (el 57,3%) y 26 esca?os.
La pretensi¨®n de Ada Colau de contraponer ese c¨®mputo con un bloque de ¡°las tres izquierdas¡± ¡ªsimilar en n¨²meros¡ª es confusa e in¨²til. Pues las separa precisamente el separatismo. Y porque hoy por hoy es dudoso que Esquerra act¨²e verdaderamente como un partido de izquierdas.
Pese a sus signos de distanciamiento de la derecha nacionalista corrupta, sigue uncida a su yugo en el Govern del ultra Quim Torra. Y suele apostar a opciones reaccionarias en las grandes ocasiones: fue quien el 26-O de 2017 impidi¨® convocar elecciones, propiciando el art¨ªculo 155; y quien rompi¨® la legislatura anterior al boicotear el presupuesto. Y es socia de Bildu, esa ant¨ªtesis del progresismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.