?Qu¨¦ han hecho los romanos por nosotros? Una serie

Proca, rex Albanorum, duos filios, Numitorem et Amulium habuit. Reconocer, o no, esta frase marca una l¨ªnea divisoria entre los lectores; aquellos que han tenido que lidiar con las declinaciones y los que no. Todos son iguales en derecho y dignidad, pero mientras para los segundos la idea de Roma es la de una ciudad fant¨¢stica, o no, para visitar, los primeros se miran entre ellos como quienes han compartido trinchera en la oscura y lluviosa Britannia, mientras alrededor volaban la pasiva de los tiempos compuestos, el genitivo de la segunda declinaci¨®n y los verbos regulares en voz pasiva.

Con el lat¨ªn pasa un poco como con los documentales, que reciben alabanzas, pero luego los ven muy pocos. S¨ª, ha sido una lengua muy importante, nadie lo duda, pero otra cosa es que en esta sociedad de la inmediatez y la utilidad se encuentre a quien decida emplear su tiempo en traducir a unos t¨ªos con nombres como Catulo, Virgilio o Cicer¨®n cuando pueden dedicarse provechosamente, por ejemplo, a sacar fotos del caf¨¦ con leche que se est¨¢n tomando y subirlas a Instagram.

Menos mal que vivimos en tiempos de ¡°la letra con series entra¡± y, seg¨²n nos cuenta la secci¨®n Televisi¨®n, se est¨¢ preparando una serie de 10 cap¨ªtulos que explicar¨¢ la historia de R¨®mulo y Remo y cuya lengua ser¨¢ una versi¨®n antigua del lat¨ªn. Su director, Matteo Rovere, lo explica con entusiasmo: ¡°Ser¨¢ un viaje a un mundo arcaico, aterrador, donde todo es sagrado y la gente siente la presencia, hostil y misteriosa, de los dioses en cada esquina¡±. Cualquiera dir¨ªa que para los romanos los dioses eran como Hacienda para nosotros.

Es una gran noticia que una serie hable de uno de los or¨ªgenes de nuestra civilizaci¨®n. Y m¨¢s en una ¨¦poca de descreimiento y desarraigo. Porque sucede que la gente que desconoce de d¨®nde viene busca esa explicaci¨®n en cualquier sitio o, simplemente, se la inventa. Somos romanos, por ejemplo, cuando alquilamos una casa, nos inscribimos en el censo o nos casamos. Somos romanos cuando hablamos de los d¨ªas de la semana o de los meses. De hecho, somos romanos cuando hablamos sobre cualquier cosa en espa?ol, catal¨¢n, gallego, portugu¨¦s, franc¨¦s, italiano o rumano. Dec¨ªa Indro Montanelli, autor de una Historia de Roma que ¡°jam¨¢s ciudad del mundo tuvo una aventura m¨¢s maravillosa¡±. Est¨¢ bien saber c¨®mo empez¨® todo. Y en lat¨ªn.