Una herida incurable
Tiananmen es tab¨². Apenas existe en la vida p¨²blica china
Tiananmen es tab¨². Apenas existe en la vida p¨²blica china. Censura y olvido trabajan incansablemente para garantizar su desaparici¨®n. Pero la memoria de la matanza del 4 de junio de 1989 est¨¢ bien viva, especialmente en Hong Kong y Taiw¨¢n, territorios para los que Deng Xiaoping imagin¨® su lema ¡°un pa¨ªs, dos sistemas¡±, mucho antes de que el Ej¨¦rcito chino disparara sobre los estudiantes.
El tab¨² que obliga al silencio afecta a otro tab¨² que se rompi¨® hace 30 a?os. El Ej¨¦rcito del pueblo no dispara al pueblo. Quien dio la orden fue el propio Deng, al frente de los destinos de China a sus 85 a?os, para preservar al menos dos cosas: el principio de autoridad, la suya, y el monopolio del Partido Comunista.
El tab¨² roto entonces es un cl¨¢sico de los reg¨ªmenes comunistas. Los bolcheviques lo rompieron muy pronto, en 1921, en la base naval de Kronstadt, cuando Trotski, al frente del Ej¨¦rcito Rojo, orden¨® disparar sobre los amotinados y terminar con la revuelta. Berl¨ªn en 1953, Budapest en 1956 o Praga en 1968 prueban que los dirigentes comunistas no dudaban en romper el tab¨² cuando la libertad pol¨ªtica reivindicada por los rebeldes pon¨ªa en peligro su poder.
Solo se conoce a un secretario general comunista que se neg¨® a dar la orden, Mijail Gorbachov. Termin¨® con el sistema, antes de que el sistema terminara con ¨¦l, justo cuando sus camaradas chinos tomaron el camino contrario. China tuvo tambi¨¦n su Gorbachov, pero perdi¨® la partida. Zhao Ziyang, el secretario general del Partido Comunista de China en mayo de 1989, cay¨® en desgracia y sufri¨® arresto domiciliario hasta su muerte, tras oponerse a la orden de disparar en Tiananmen frente al primer ministro Li Peng y al todopoderoso Deng.
El Ej¨¦rcito fue la clave. El anciano Deng hab¨ªa abandonado todos sus cargos, pero conservaba uno y crucial, el de presidente de la Comisi¨®n Militar del Partido. Mao ya dijo que el poder nace en la boca del fusil. El ministro de Defensa chino, Wei Fenghe, rompi¨® el pasado s¨¢bado el tab¨² del silencio, en una reuni¨®n internacional en Singapur, en la que defendi¨® la represi¨®n de Tiananmen de hace 30 a?os y esgrimi¨® los conocidos argumentos sobre el enemigo exterior que quiere dividir a los chinos.
Los caminos de China y de Rusia se bifurcaron en 1989, pero ahora se encuentran de nuevo en una similar combinaci¨®n de capitalismo y autoritarismo a la que han llegado por caminos bien distintos. En la nueva atm¨®sfera autoritaria, el modelo chino ya no aparece como la combinaci¨®n de lo peor sino de lo mejor de los dos sistemas, los beneficios del mercado con la eficacia de un poder que decide al margen de la democracia y de las libertades p¨²blicas. Gorbachov est¨¢ mal visto ahora en la Rusia de Putin por las mismas razones que condujeron a Zhao Ziyang, el Gorbachov chino, a la reclusi¨®n hasta su muerte. La memoria de Tiananmen es una herida que solo la democracia podr¨¢ curar alg¨²n d¨ªa.
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