Apuntes sobre un juicio
La violencia es decisiva para la acusaci¨®n de rebeli¨®n, una de las cuestiones m¨¢s controvertidas y dif¨ªciles
El juicio a los l¨ªderes secesionistas ha tenido un valor pedag¨®gico y ha sido una manera de revisitar lo que se vivi¨® en Catalu?a en el proc¨¦s. Hemos visto en directo pruebas, testimonios y explicaciones. An¨¢lisis y cr¨®nicas han proporcionado interpretaci¨®n y contexto, con visiones period¨ªsticas, jur¨ªdicas y pol¨ªticas. Estos son algunos apuntes:
Categor¨ªas. Una dificultad era encajar en un tipo penal unos hechos in¨¦ditos que todos vimos: un asalto al orden constitucional que esperaba que la violencia la cometiera el adversario, que empleaba las instituciones del Estado contra el Estado, y que era siempre anfibio y negable.
Violencia. La violencia es decisiva para la acusaci¨®n de rebeli¨®n, una de las cuestiones m¨¢s controvertidas y dif¨ªciles. Hemos visto que hubo m¨¢s violencia de lo que se dec¨ªa; tambi¨¦n que algunos partidarios de una interpretaci¨®n laxa para la idea de violencia en otros ¨¢mbitos defienden una interpretaci¨®n restrictiva en este caso.
Realidad y propaganda. Las observaciones de Simon Kuper sobre los l¨ªderes del Partido Conservador brit¨¢nico son trasladables a los dirigentes independentistas: algunos fingen; saben que entender la realidad no te ofrece una ventaja pol¨ªtica si tus electores no lo hacen; son incapaces de admitir errores pasados; al negar la realidad demuestran su fanatismo a otros fan¨¢ticos.
Objetivos. La independencia ya no parece una meta a corto plazo; se trata de reforzar un imaginario victimista. No se habla tanto de secesi¨®n; se habla de los presos. El mecanismo es aprovechar las garant¨ªas de la democracia espa?ola para desgastarla. Ese juego es molesto, pero las garant¨ªas son imprescindibles. Otros prefieren olvidar e intentan reconstruir la situaci¨®n anterior, en la que el nacionalismo era hegem¨®nico, aunque no siempre mayoritario, y donde la defensa de la cultura o la identidad se instrumentaliz¨® en un proyecto excluyente y desleal.
Judicializaci¨®n. Quien judicializ¨® la situaci¨®n fueron los l¨ªderes que optaron por una v¨ªa ilegal. No lograron doblegar al Estado, y es preferible que la respuesta haya sido del Estado y no de un Gobierno. Nadie piensa que la soluci¨®n al problema sea exclusivamente judicial, pero pretender que los acusados no merecen escrutinio y quiz¨¢ reproche penal solo se explica si pensamos que pertenecen a una clase de personas que est¨¢ por encima de la ley, o que las instituciones que atacaron no son leg¨ªtimas y no tienen derecho a defenderse.
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