Qu¨¦ duro es ser ¨¢rbol en la Casa Blanca
Los Estados se siguen hablando a trav¨¦s de los ¨¢rboles. El franc¨¦s no resiste un a?o en Washington
Corren malos tiempos para el orden vegetal. Nos informaba en portada la secci¨®n de Sociedad que las plantas se extinguen ¡°a un ritmo nunca visto antes¡±. Son algo m¨¢s de dos especies vegetales al d¨ªa las que desaparecen para siempre. Si ¡ªalarmado¡ª el lector trataba de escapar de un futuro yermo y abrasador huyendo, por ejemplo, a la ¨²ltima p¨¢gina, por esas casualidades que nos brinda el dios de las noticias, se encontraba con que el ¡°¨¢rbol de la amistad¡± de Donald Trump y Emmanuel Macron en los jardines de la Casa Blanca se ha secado. Plantado en abril de 2018, el roble del norte de Francia ha resistido poco m¨¢s de un a?o a orillas del Potomac.
Es verdad que ni una golondrina hace primavera, ni un roble un bosque, pero hay que entender la importancia de los ¨¢rboles en las relaciones entre los humanos. Los pa¨ªses se siguen hablando y haciendo la guerra a trav¨¦s de ellos. Y no se trata de ir dando abrazos a olmos y plataneros como hacen algunos ¡ªtodo muy respetable, conste¡ª pero s¨ª de saber que esas plantas tienen una simbolog¨ªa que trasciende a las personas y se insertan en la historia de estas y de sus comunidades. Ah¨ª est¨¢n, por ejemplo, el aragon¨¦s ¨¢rbol de Sobrarbe o el ¨¢rbol de Gernika, plantas fundacionales de identidades que vinculan al hombre con su tierra. Durante el asedio de Marsella en siglo I antes de Cristo, Julio C¨¦sar orden¨® talar un bosque entero y no solo porque fuera un lugar ideal para ejecutar emboscadas contra sus legionarios sino porque los galos lo consideraban sagrado. Aquello les hundi¨® la moral.
Cuando Macron eligi¨® un roble para ser plantado en Washington opt¨® por el ¨¢rbol de los celtas, el que da la madera para fabricar las mejores barricas donde reposan los vinos por los que Francia es conocida en todo el mundo y los muebles de un estilo igualmente apreciado. Y es curioso, porque el l¨ªder de la Rep¨²blica m¨¢s republicana de todas opt¨® por regalar a otra Rep¨²blica ¡ªa la que ayud¨® a librarse de una monarqu¨ªa¡ª al apodado ¡°rey de los ¨¢rboles¡±.
Un ¨¢rbol representa la voluntad de perdurar. Ya se sabe, igual que tener un hijo o escribir un libro. Pero vivimos tiempos instant¨¢neos donde lo que cuentan son los resultados inmediatos visibles en hojas de Excel. Y lo de ¡°hojas¡± es un decir, porque ni siquiera est¨¢n hechas de papel. Qu¨¦ duro se ha vuelto ser un ¨¢rbol.
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