La entrada de la ultraderecha en Ayuntamientos y Parlamentos augura un retroceso en las pol¨ªticas educativas sexuales y un aumento de presi¨®n hacia el colectivo LGTBI. Las urnas expanden el odio hacia la diversidad sexual.
Utah es un Estado de EE UU en el que, hasta esta primavera, ser infiel se tipificaba como delito con penas de hasta seis meses de prisi¨®n y multas de 1.000 d¨®lares (890 euros). Que esa ley no se aplicara, suaviza la cosa. Pero que la ley se mantuviera, nos sit¨²a bien en el tipo de educaci¨®n que se promulga por esos lares. Imaginen criarse en un entorno en el que constantemente repriman que sientan lo que sienten. Que traten de quitarle el mariconeo con el mejor repertorio de charlas, campamentos y encuentros que suelen denominar "reconstructivos". Consejos y gu¨ªas que, dicen, ir¨¢n domando las taras que pudieran tener para reconstruir sus sentimientos y su forma de amar. La religi¨®n, por supuesto, est¨¢ m¨¢s que presente en estas vidas. Es el pilar existencial en el que se construye la familia y en el que se tejen las amistades. As¨ª fue la infancia y juventud de Christopher Dean, traductor y escritor, criado en una familia mormona.
Ahora imag¨ªnense m¨¢s cerca. Que vivan en un barrio humilde junto al instituto, pero a la distancia suficiente como para que tu padre haya visto a tus compa?eros acompa?arte hasta la puerta de tu casa al grito de "Manolito, maric¨®n". En cuanto abre la puerta, lo primero que te caen son un par de hostias. Y te las da en el portal. Para que lo vean los que est¨¢n en la terraza del bar de enfrente de tu casa. Tu padre act¨²a contigo como actuar¨ªa con un delincuente. En aquel barrio humilde de una ciudad obrera, a finales de los ochenta, no pod¨ªan andarse con gilipolleces. Librarse de un hijo toxic¨®mano ya era un triunfo, como para aguantar mariconadas.
Tanto Christopher como Manuel tuvieron que reconstruirse completamente despu¨¦s de a?os de maltrato por ser homosexuales. Vejaciones recibidas de personas cercanas y por el entorno. Ese es el trabajo de Gabriel J. Mart¨ªn, especialista en psicolog¨ªa afirmativa gay. Autor de Qui¨¦rete mucho, maric¨®n, quien utiliza la asertividad como base de su trabajo. "Una persona atacada por ser homosexual u obligada a que deje de serlo interioriza que es una persona tarada y que tiene un problema. Admite que es una elecci¨®n o incluso una maldici¨®n demon¨ªaca, que la religi¨®n tambi¨¦n hace mucho. Esto afecta directamente a la autoestima. Si sientes que vales una mierda, dif¨ªcilmente podr¨¢s hacerte valer ante los dem¨¢s." A Gabriel le indigna que se llame terapia a lo que hicieron en el Obispado de Alcal¨¢ o a lo que propugna la ultraderecha. "Son t¨¦cnicas aversivas que no funcionan. Como mucho, lo que consiguen es reprimir la sexualidad: sienten verg¨¹enza de sus sentimientos, temen cualquier tema relacionado con contactos sexuales con personas de su mismo sexo. Lo que para cualquiera ser¨ªa inocente, para estas personas puede ser un conflicto que incluso le impida masturbarse pensando en lo que desea. Llegan destruidos". Gabriel reconstruye por completo su sexualidad, oblig¨¢ndoles a cuestionar todos los prejuicios que han interiorizado a trav¨¦s de la reconstrucci¨®n cognitiva. "Vamos a romper esa idea, vamos a resquebrajarla y deconstruirla para sustituirla por unos principios que sean constructivos y les hagan entender que lo suyo no se elige, que no es una enfermedad y que no deben pagar por ello. Estas personas est¨¢n profundamente deprimidas, tienen problemas de ansiedad, casi neur¨®ticos, con estr¨¦s post traum¨¢tico. Desarrollan la sintomatolog¨ªa t¨ªpica de alguien que ha sido torturado".
Manuel sali¨® del armario en su casa el D¨ªa del Orgullo de 2005, el primero con el matrimonio gay. Solo ve¨ªa a su madre de vez en cuando, quien hab¨ªa asumido lo que le hab¨ªa tocado. De su hermano y de su padre no sabe absolutamente nada. De su hermana, s¨ª. Est¨¢ orgullosa de su hermano mediano, el que llegaba a casa con el pelo lleno de migas de los mendrugos de pan que le lanzaban a la salida de las clases y ahora regenta su propia peluquer¨ªa. Hace un a?o que Christopher Dean sali¨® del armario. Ha tardado veintis¨¦is en no sentirse raro, mal, tarado. Est¨¢ guap¨ªsimo. Dedica parte de su tiempo libre a contar por toda Espa?a lo que supuso para ¨¦l pasar por las t¨¦cnicas de comida de coco para mitigar su homosexualidad, la ¨²ltima en Ja¨¦n. Cuenta que con sus padres utiliz¨® una artima?a que incluy¨® el visionado de Identidad borrada de Joel Edgerton."Mis padres no propusieron el tema de las terapias, pero en cuanto quise hacerlas tampoco se opusieron. Les pareci¨® que era lo correcto. Despu¨¦s de ver la pel¨ªcula entendieron lo que me hab¨ªan hecho".
Por supuesto, los Dean cre¨ªan hacer lo mejor para su hijo. De eso se valen los que no quieren que se proh¨ªban las t¨¦cnicas aversivas para dejar el mariconeo. Si no de qu¨¦ iban a haber entrado en nuestros Parlamentos.
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