Ama?os

Las negociaciones para pactar los gobiernos locales han coincidido con el caso Oikos: esa trama corrupta de jugadores de f¨²tbol, amparada y encubierta por la directiva de sus clubes, que ama?aba los resultados de los partidos para obtener premios fraudulentos en apuestas globales. Desde su invenci¨®n brit¨¢nica, el f¨²tbol siempre ha sido met¨¢fora de la lucha por el poder, como competici¨®n electoral an¨¢loga a las deportivas presidida por reglas de juego limpio. Pues bien, los actuales pactos pol¨ªticos se han contra¨ªdo con clara infracci¨®n de esas reglas de fair play,y de ah¨ª que se perciba el aroma de los ama?os futbol¨ªsticos.

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Es verdad que los pol¨ªticos no se han dejado ganar por dinero, como los futbolistas corruptos del caso Oikos. Pero s¨ª han pactado con rivales anticonstitucionales, lo que para un dem¨®crata es una verg¨¹enza todav¨ªa peor, y de ah¨ª que nadie lo haga en pa¨ªses como Francia o Alema-nia. Y adem¨¢s se ha hecho obscenamente y con ostentaci¨®n. Es cierto que Ciudadanos ha aparentado algunos remilgos, como esos ad¨²lteros cogidos in fraganti que dicen a sus parejas: ¡°No es lo que parece¡±. Pero a la hora de votar con Vox no ha sabido resistirse.

?C¨®mo entender la decisi¨®n de Rivera, que prefiere pactar con la extrema derecha antidemocr¨¢tica en lugar de hacerlo con la socialdemocracia? Se dice que su objetivo es liderar el centro derecha desbancando al PP, y para eso cualquier medio sirve pues Par¨ªs bien vale una misa. Es el modelo de negocio impuesto por Salvini al frente de la Lega, que para competir con Forza Italia y con el M5S no ha dudado en dejar de ser un secesionista padano para reconvertirse en xen¨®fobo antiinmigraci¨®n, alcanzando pleno ¨¦xito con ping¨¹es beneficios electorales. Y es posible que Rivera quisiera ser el Salvini espa?ol, para lo que ha abandonado el centro liberal emprendiendo un giro hacia la extrema derecha antisistema. Pero, si esa era su opci¨®n, ha fracasado por partida doble, pues de su a?agaza solo se han beneficiado Pablo Casado y el PP, sin que el PSOE se haya visto apenas perjudicado.

Y como ese refuerzo del bipartidismo era previsible en una confrontaci¨®n de bloques polarizados, hay que seguir pregunt¨¢ndose por qu¨¦ lo hizo. ?Qu¨¦ aconsej¨® a Rivera dejar de ser un centrista para pasar a confluir y congregarse con los ultras y los herederos del franquismo? Sospecho que lo hizo por puro arribismo clasista. Albert es una especie de Pijoaparte desclasado, o de Bel Ami hispano catal¨¢n, que aspira a huir de sus or¨ªgenes y sus ra¨ªces populares, como esos antih¨¦roes de Mars¨¦ o Maupassant, para medrar escalando hacia las espl¨¦ndidas alturas donde habitan las ¨¦lites inaccesibles. Que le responden aceptando sus servicios con displicente cortes¨ªa pero sin reconocerle a cambio como uno de los suyos. A¨²n hay clases, Albert.