Pegarse un tiro en el pie
El bloqueo de la UE a la adhesi¨®n de Macedonia del Norte y Albania puede afectar a la estabilidad de los Balcanes
La temporada literaria ya est¨¢ en marcha. Al menos por lo que toca a la Uni¨®n Europea. La pasada semana, uno tras otro, los europeos dieron a luz dos textos. Si bien no alcanzan el rango de c¨¢nones literarios, esos escritos son el reflejo del preocupante estado del mundo, en el que (?a¨²n?) la UE no ha renunciado definitivamente a imprimir su marca. En todo caso, a salvar su incomparable way of life.
En su reuni¨®n en la cumbre, el jueves, los l¨ªderes de los Veintiocho adoptaron un plan quinquenal que traza la ¡°nueva agenda estrat¨¦gica¡± de la UE. Y, al comenzar la semana, el paquebote diplom¨¢tico que es la Alta Representaci¨®n de Pol¨ªtica Exterior, dirigida por Federica Mogherini, somet¨ªa a aprobaci¨®n otro tocho: una reforzada puesta al d¨ªa de la Estrategia global de la UE, adoptada tres a?os antes¡ 48 horas despu¨¦s del refer¨¦ndum sobre el Brexit.
Esos documentos ponen de manifiesto hasta qu¨¦ punto el mundo unipolar posterior a la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, dominado por Occidente y la hegemon¨ªa norteamericana, se ha hecho complejo y multipolar. M¨¢s disputado. Imprevisible. Fragmentado.
Esta evoluci¨®n, en lugar de conducir a una mayor cooperaci¨®n multilateral basada en reglas ha llevado a una confrontaci¨®n, a una rivalidad entre los actores primordiales. Incluso la ¡°conectividad¡± hecha posible por los desarrollos tecnol¨®gicos concomitantes a la globalizaci¨®n presenta una cara oscura: se ha convertido en un poderoso vector de desestabilizaci¨®n, tensiones y represi¨®n.
Nada nos dice que los Estados que se oponen, liderados por Francia y los Pa¨ªses Bajos, levantar¨¢n su barrera cuando se decida en octubre
Europa se encuentra aprisionada, en esta nueva gran competici¨®n, entre un aliado americano egoc¨¦ntrico, el ¡°desaf¨ªo estrat¨¦gico¡± de Rusia y la ¡°rivalidad sist¨¦mica¡± de China, por citar a los tres m¨¢s grandes. En ese contexto malsano, la UE no quiere capitular. La agenda estrat¨¦gica reafirma la determinaci¨®n de Europa de ¡°acrecentar su capacidad de actuar de manera aut¨®noma para preservar sus intereses, defender sus valores y su modo de vida¡±. De ¡°contribuir a trabajar por el futuro del planeta¡±, a la vez que seguir siendo una fuente de ¡°inspiraci¨®n para los dem¨¢s¡±, como parang¨®n ¡°de la paz, de la estabilidad, la democracia y los derechos humanos¡±. ?Nada menos!
Pero qu¨¦ gran contraste entre la ambici¨®n de esas palabras y la debilidad de la acci¨®n desplegada la pasada semana en nuestra regi¨®n: los Balcanes occidentales. Los Estados miembros, paralizados por la regla de la unanimidad, un tab¨² que (casi) nadie quiere ya discutir, no han cumplido con las promesas contenidas en los textos. La del ¡°potencial positivo, inmenso y ¨²nico, de nuestro compromiso¡± en los Balcanes. La del poder de atracci¨®n de la ¡°perspectiva europea para los Estados europeos que deseen y puedan unirse a la UE¡±. Un sex appeal que ¡°no puede ser subestimado¡±, se?al¨® un d¨ªa la jefa de la diplomacia de la UE, ¡°ni¡ dado por descontado¡±.
Sin embargo, los Estados miembros han fracasado a la hora de ponerse de acuerdo sobre la recomendaci¨®n n¨ªtida de la Comisi¨®n de abrir las severas y muy largas negociaciones de adhesi¨®n con Macedonia del Norte y Albania ¡ªcinco millones de almas en total¡ª, y nadie duda de que ese desaire no calmar¨¢ la inclinaci¨®n al exilio de sus ciudadanos.
Una ¡°minor¨ªa¡± de Estados miembros, seg¨²n el comisario Hahn, encargado de la negociaci¨®n, bloque¨® la luz verde en Skopje y Tirana. El Consejo de Ministros solamente decidi¨®¡ decidir en octubre. Pero nada nos dice que los que se oponen, liderados por Francia y los Pa¨ªses Bajos, levantar¨¢n entonces su barrera.
Los macedonios, sin embargo, acaban de conseguir la proeza de resolver una tremenda pelea de un cuarto de siglo con Grecia a prop¨®sito del nombre del pa¨ªs. Y Albania ha emprendido una operaci¨®n Mani Pulite sin precedentes de todo su sistema judicial.
Era el momento de celebrar ese compromiso europeo. No ha sido as¨ª. ?Qui¨¦nes somos nosotros para cerrarles el paso? ?Tendr¨ªamos que alejarnos de esos malditos, corro¨ªdos por la corrupci¨®n y el crimen organizado? La UE es (tambi¨¦n) nacionalismo, extremismo, populismo, racismo, neofascismo y Brexit.
La decepci¨®n, in situ, puede transformarse en que salga el tiro por la culata. ?El viento adverso de este rev¨¦s empeorar¨¢ a¨²n m¨¢s la matriz de todas las tensiones de la regi¨®n, como lo hace el conflicto palestino-israel¨ª con Oriente Pr¨®ximo: el enfrentamiento entre el Kosovo alban¨®fono y Serbia, su exmadre patria? ?Va a saltar por los aires el acuerdo greco-macedonio de Prespa? ?Ser¨¢n un pugilato las elecciones del 30 de junio en Albania? ?Incrementar¨¢n los rivales ¡ªRusia, China, Turqu¨ªa o Arabia Saud¨ª¡ª su influencia en la zona, como recuerda el proeuropeo presidente macedonio Pendarovski?
Al renunciar al estabilizador instrumento de la negociaci¨®n de adhesi¨®n, los europeos se pegan un tiro en el pie. Como observa Hahn, ello no sucede en nuestro ¡°jard¨ªn¡±, sino en nuestro ¡°patio interior¡±. Basta con mirar un mapa.
Philippe Regnier es redactor de la secci¨®n de Internacional de Le Soir.
Traducci¨®n de Juan Ram¨®n Azaola.
? Lena (Leading European Newspaper Alliance)
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