Hay que salir del bucle de la inestabilidad
Nuestra Constituci¨®n goza de buena salud, pero necesita los cambios l¨®gicos que el paso del tiempo aconseja. El Parlamento deber¨ªa discutir una reforma tanto desde el ¨¢ngulo europeo como del nacional
En la fachada del Ministerio alem¨¢n de Finanzas, un panel digital muestra c¨®mo se va reduciendo la deuda. El vertiginoso titileo rojo es la ¨²nica excepci¨®n en el imponente edificio gris, iniciado en el Berl¨ªn nacionalsocialista de 1935. Impresiona su sobriedad, pero mucho m¨¢s el r¨¦cord de conseguir cinco a?os consecutivos de super¨¢vit. En el pa¨ªs m¨¢s importante de la UE, el sudoku poselectoral que vivimos en Espa?a ser¨ªa impensable. Su Ley Fundamental persigue la estabilidad. Los mecanismos constitucionales para formar Gobierno con mayor¨ªa parlamentaria suficiente benefician al inter¨¦s general. La Rep¨²blica Federal de Alemania es predecible. Es fiable para inversores y empresarios, atrae a t¨¦cnicos e investigadores de todo el mundo, y el paro se sit¨²a en torno al 5%, la mejor tasa desde 1990, inicio de la dif¨ªcil reunificaci¨®n.
Otros art¨ªculos de la autora
Cuando los pol¨ªticos espa?oles dejen a un lado la calculadora, y el Rey inaugure solemnemente la XIII legislatura, sus se?or¨ªas deber¨ªan iniciar las reformas que necesita nuestra Carta Magna. La primera, evitar que situaciones como la actual impidan la formaci¨®n diligente de un Gobierno estable. Ante las dificultades del presidente en funciones para superar la sesi¨®n de investidura, no se descartan nuevas elecciones, como ocurri¨® tras las generales de diciembre de 2015, que hubo que repetir seis meses despu¨¦s.
Con motivo del 40? aniversario de la Constituci¨®n de 1978, el catedr¨¢tico de Derecho Constitucional Miguel Mart¨ªnez Cuadrado impuls¨® un debate en la Universidad Complutense entre pol¨ªticos, profesores, soci¨®logos y periodistas para reflexionar sobre los art¨ªculos que, por mayor¨ªa cualificada, deber¨ªan ser modificados. En total, 25 autores firman el libro editado por Marcial Pons Reforma constitucional en la Uni¨®n Europea y en Espa?a. Los expertos coinciden en que nuestra ley de leyes goza de buena salud, pero necesita los cambios l¨®gicos que el paso del tiempo aconseja. Es un acierto el enfoque desde el ¨¢ngulo europeo y el nacional. De hecho, las dos ¨²nicas reformas han estado motivadas por nuestra pertenencia a la UE. La primera consisti¨® en a?adir al art¨ªculo 13 el derecho de voto de los residentes comunitarios en comicios locales. Hab¨ªa que adaptarlo a la disposici¨®n del Tratado de Maastricht, que establece que todo ciudadano de la Uni¨®n ¡°tendr¨¢ derecho a ser elector y elegible en las elecciones municipales del Estado miembro en el que resida¡±.
En 2011, en medio de la crisis, fue necesario reformar el art¨ªculo 135 para cumplir con el Pacto de Estabilidad
En 2011, en medio de la profunda crisis econ¨®mica, fue necesario reformar el art¨ªculo 135 para cumplir con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Eurozona. B¨¢sicamente establece que ¡°el Estado y las comunidades aut¨®nomas no podr¨¢n incurrir en un d¨¦ficit estructural que supere los m¨¢rgenes establecidos, en su caso, por la Uni¨®n Europea para sus Estados miembros¡±. En los centros de decisi¨®n de la UE estamos perdiendo peso por la inestabilidad pol¨ªtica. Altos cargos comunitarios y gubernamentales de Alemania y Francia albergaban la esperanza de poder contar con Espa?a en el n¨²cleo s¨®lido para impulsar reformas que tambi¨¦n necesita la Uni¨®n. La incertidumbre sobre el Brexit y la actitud desconcertante del Gobierno populista italiano podr¨ªan colocar a Espa?a, como tercera econom¨ªa, junto a los grandes. Pero ser¨¢ dif¨ªcil si no modificamos el art¨ªculo 99, referido al nombramiento del presidente del Gobierno, y el 113, sobre la moci¨®n de censura. El economista Ram¨®n Tamames, que fue diputado constituyente por el PCE, defiende estas reformas en la obra citada. Propone que, transcurridos dos meses desde la primera votaci¨®n de investidura, ¡°el Rey designar¨¢ al candidato que en las previas elecciones generales fuere el primero de la lista que hubiere obtenido m¨¢s esca?os, quien, en la fecha se?alada por el Rey, ser¨¢ investido con sus votos propios y, en su caso, los que en ese momento se le sumen¡±. Y a?ade: ¡°Contra el presidente del Gobierno no podr¨¢ ejercitarse la moci¨®n de censura del art¨ªculo 113 en los pr¨®ximos 36 meses¡±.
En Alemania existe la moci¨®n de censura constructiva. El adjetivo se a?adi¨® en 1949 para evitar la inestabilidad de la Rep¨²blica de Weimar de 1919. Seg¨²n la Ley Fundamental vigente, el canciller federal podr¨¢ ser destituido con el voto mayoritario del Bundestag y si el candidato a sucederle cuenta ya con una mayor¨ªa parlamentaria. Hace un a?o, cuando Mariano Rajoy perdi¨® la moci¨®n de censura, Pedro S¨¢nchez lleg¨® a La Moncloa con solo 84 diputados. A los ocho meses y medio, tuvo que convocar elecciones.
El presidente alem¨¢n puede disolver el Bundestag si ha fracasado la elecci¨®n del canciller, incluso en la ¨²ltima votaci¨®n, por mayor¨ªa simple. Esto pude ocurrir en el plazo de 14 d¨ªas o siete m¨¢s, si se llega a la disoluci¨®n, seg¨²n el art¨ªculo 63. Hace casi dos a?os, Angela Merkel tard¨® cinco meses en ser elegida canciller por la primera negativa del SPD a formar coalici¨®n. Finalmente acept¨®, tras fallar la negociaci¨®n con verdes y liberales. Fue una situaci¨®n excepcional que caus¨® gran malestar en Alemania y en sus socios europeos.
El Brexit y la actitud del Gobierno populista italiano podr¨ªan colocar a Espa?a junto a los grandes
La Rep¨²blica Federal tiene tradici¨®n de Gobiernos de coalici¨®n. La primera entre los dos grandes partidos, la Democracia Cristiana y la Socialdemocracia, fue en 1966. Die Grosse Koalition naci¨® en plena Guerra Fr¨ªa tras la tr¨¢gica divisi¨®n de Alemania. Y hasta ahora ha habido tres m¨¢s entre la CDU y su aliada b¨¢vara la CSU, y el SPD. Excepto el socialdem¨®crata Gerhard Schr?der que gobern¨® con Los Verdes (1998-2005), tanto los democristianos como los socialistas se han apoyado, en otras ocasiones, en los liberales del FDP, partido bisagra.
El catedr¨¢tico em¨¦rito de Derecho Constitucional ?scar Alzaga, diputado de UCD en el proceso constituyente, escribe que, entonces, ya se?al¨® los defectos del T¨ªtulo VIIII. Y lamenta que no se hubiera abierto pronto un debate sobre la cuesti¨®n territorial: ¡°Si se hubiese abordado la federalizaci¨®n de nuestro sistema auton¨®mico, cuya apertura en materia de competencias estatales ha permitido a los partidos nacionalistas una din¨¢mica de reivindicaci¨®n permanente de transferencias necesarias para potenciar un nacionalismo secesionista, como el que preside la cuesti¨®n catalana, no estar¨ªamos inmersos en tan grave conflicto¡±.
El que fuera vicepresidente del Gobierno y diputado constituyente por el PSOE, Alfonso Guerra, muestra tambi¨¦n gran preocupaci¨®n en el cap¨ªtulo que cierra el libro. Menciona como posible reforma ¡°la inclusi¨®n de una cl¨¢usula de intangibilidad de la integraci¨®n territorial¡±, seg¨²n las Constituciones de Francia, Alemania o Italia. En el caso de Francia, ¡°ning¨²n procedimiento de revisi¨®n puede ser iniciado o llevado adelante cuando se refiera a la integridad del territorio¡±. En el de Alemania, ¡°es inadmisible¡±. Para Guerra ¡°resulta m¨¢s incomprensible la actitud de los jueces alemanes que han objetado dificultades para atender la extradici¨®n de un representante pol¨ªtico que ha propiciado la ruptura del Estado¡±.
Quien suscribe este art¨ªculo se permite a?adir que ?ojal¨¢ los partidos constitucionalistas, ante el desaf¨ªo independentista catal¨¢n, unieran sus fuerzas! Y como dice el juramento del presidente y del canciller en la Ley Fundamental, consagren sus fuerzas ¡°al bien del pueblo alem¨¢n, a acrecentar su bienestar y evitarle da?os¡±.
Asunci¨®n Vald¨¦s fue corresponsal en Bonn y en Bruselas, directora del Parlamento Europeo en Espa?a y directora de Comunicaci¨®n de la Casa de S.M el Rey.
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