Dificultades
Imaginemos que las autoridades se volvieran locas (tampoco es tan dif¨ªcil) y que de un d¨ªa para otro decretaran que dos m¨¢s dos son cinco
Imaginemos que las autoridades se volvieran locas (tampoco es tan dif¨ªcil) y que de un d¨ªa para otro decretaran que dos m¨¢s dos son cinco. Supongamos ahora que, para restituir el orden matem¨¢tico anterior, los afectados tuvi¨¦ramos que acudir a la justicia, que archivar¨ªa la causa, la desarchivar¨ªa, le dar¨ªa curso, se lo volver¨ªa a quitar, nos cambiar¨ªa de jurisdicci¨®n, de instancia, nos pedir¨ªa siete p¨®lizas¡, lo caracter¨ªstico, en fin, de un proceso judicial, que se resume en la maldici¨®n: ¡°Juicios tengas y los ganes¡±. Ser¨ªa tan de locos tratar de demostrar que dos y dos son cuatro como de hacer ver a quien correspondiera que la venta de casi dos mil viviendas de protecci¨®n social a un fondo buitre constituye un fraude. M¨¢s a¨²n si se las vende por debajo de su valor, que es lo que sucedi¨® en Madrid siendo alcaldesa Ana Botella.
Las viviendas de protecci¨®n social tienen como objeto, se?or juez, proporcionar una soluci¨®n habitacional a las familias cuyos ingresos no alcanzan para comprar o alquilar un piso a precio de mercado. De ah¨ª el sintagma ¡°protecci¨®n social¡±. No se construyen, pues, para hacer ricos a los amigos de los pol¨ªticos, sino para cumplir, siquiera parcialmente, el art¨ªculo 47 de la Constituci¨®n espa?ola, seg¨²n el cual los poderes p¨²blicos promover¨¢n las condiciones necesarias para hacer efectivo el derecho de todos los espa?oles a disfrutar de una vivienda digna y adecuada.
Claro como el agua. Sin embargo, han transcurrido varios a?os desde que se perpetrara el atropello y el asunto contin¨²a a¨²n en los juzgados. Entretanto, numerosos inquilinos han sido expulsados de sus hogares y a otros se les ha duplicado el alquiler. Todo por la dificultad de demostrar lo obvio: que dos y dos son cuatro.
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