Los colores de los noventa vuelven a la playa

Sin pretenderlo, a finales de los ochenta Mistral encontr¨® la f¨®rmula para trascender del ¨¢mbito n¨¢utico a la moda urbana. Sus prendas de colores vibrantes y tejidos t¨¦cnicos se convirtieron en el estandarte de una generaci¨®n fascinada por la est¨¦tica preppy y la cultura pop. Su ropa pronto lleg¨® a la calle y eran tan gr¨¢fica y reconocible que incluso se empez¨® a utilizar el nombre de la marca para definir un estilo concreto, el estilo Mistral. Porque si algo caracteriza a la firma suiza es su capacidad de romper con lo establecido.

Creada en 1972, Mistral fue sin¨®nimo de windsurf antes que de moda. Su fundador, el dise?ador Ernstfried Prade, vio por primera vez una tabla as¨ª en una revista estadounidense. Fascinado por aquel invento de Newman Darby ¨Cun pintor de carteles de Pensivalnia que tuvo la ocurrencia de ponerle una vela a su tabla surf, frustrado porque las olas del lago que hab¨ªa cerca de su casa no eran lo bastante grandes como para cabalgarlas¨C empez¨® a trabajar sobre ese dise?o.

No solo innov¨® en tecnolog¨ªa y materiales ¨Csuyo es el primer shortboard, una tabla de alto rendimiento y velocidad solo apta para profesionales¨C, Prade tuvo la idea de cubrir de colores el blanco de las velas, coron¨¢ndolas con su famoso logo. Tambi¨¦n los miembros del equipo Mistral World Cup, formado por deportistas tan populares como Robby Naish, se convirtieron en h¨¦roes locales. Todos quer¨ªan sus tablas de windsurf ¨Cen 1980 se llegaron a vender 260.000 unidades¨C y la Mistral, un dise?o realizado en 1989, fue incluso la vela oficial de esta disciplina en tres Juegos Ol¨ªmpicos.

Lo mismo ocurri¨® con las prendas que poco a poco fue incorporando a su cat¨¢logo. Un reflejo m¨¢s de la pasi¨®n por el deporte, la innovaci¨®n y el tipo de vida costera y relajada que defend¨ªa la firma. En un inteligente ejercicio de nostalgia, ante este revival de las firmas deportivas de los noventa, Mango Man rememora esta temporada el esplendor de la casa suiza. El objetivo de la colaboraci¨®n, aseguran los responsables, es explorar nuevas ¨¢reas de trabajo y conquistar tanto el asfalto como la playa. El resultado es una colecci¨®n limitada de treinta piezas veraniegas, que bucea en los archivos de la m¨ªtica marca para recuperar el esp¨ªritu desprejuiciado de aquella ¨¦poca.

A simple vista, las prendas conjugan el auge del streetwear con el ansia de perderse en altamar. Hay cazadoras t¨¦cnicas en rojos y azules brillantes, sudaderas de colores fl¨²or y camisetas que abrazan la logoman¨ªa con el sello de esta colaboraci¨®n en el pecho. Aquellos estampados atrevidos que conquistaron a toda una generaci¨®n se plasman ahora sobre camisas de manga corta y ba?adores tan noventeros que podr¨ªan haber salido de los bastidores de Salvados por la campana o Los rompecorazones. De cerca, detalles como los forros impermeables, las sujeciones t¨¦cnicas o las cintas de neopreno, recuerdan la naturaleza funcional de la ropa Mistral.

Tambi¨¦n los complementos han pasado por el filtro de la memoria. As¨ª, las fundas impermeables de m¨®vil o las cintas para sujetar las gafas de sol, conviven con unas carteras de velcro de dise?o multicolor y gracia adolescente. Por supuesto, no faltan los accesorios clave de la temporada: unas ri?oneras de estilo retro y gorros de pescador reversibles que, esta vez s¨ª, querr¨¢s conservar en el armario por lo que pueda pasar en el futuro.