Consejos que habr¨ªa agradecido antes de ¡°ir de cooperaci¨®n¡±
La solidaridad mal entendida puede perjudicar m¨¢s que hacer bien. El autor de este texto lo ha vivido en su piel desde sus inicios como voluntario hasta su posici¨®n como director de un hospital rural en Etiop¨ªa
No pretendo dar una lecci¨®n a nadie, al contrario; la redacci¨®n de este art¨ªculo nace de mis propios errores y prejuicios, as¨ª que me gustar¨ªa compartirlo para que no comet¨¢is los mismos que yo. Hace m¨¢s de siete a?os llegu¨¦ a Etiop¨ªa por primera vez. Lo hice con un coraz¨®n dispuesto a ayudar y salvar el mundo, con una mente llena de desconocimiento, una mochila cargada de prejuicios y verdades a medias. Durante esos a?os viviendo en este pa¨ªs del cuerno de ?frica, y con estancias tambi¨¦n en Honduras, Senegal y Angola, he aprendido lo equivocado que estaba.
Llega el calor, con ello el verano, las vacaciones y el auge del esp¨ªritu de ayudar, cooperar... Est¨¢ de moda la solidaridad y esto es bueno si se hace bien, pero puede perjudicar mucho en caso contrario. Uno de los principales problemas es que demasiadas veces damos la imagen de blanco-bueno-busca-negro-pobre de la que ya hace a?os nos advirti¨® Gustau Ner¨ªn con su libro hom¨®nimo. Debemos evitar el postureo, el volunturismo, y para ello te recomiendo ir sin c¨¢mara de fotos y sin m¨®vil, ser capaz de no tomarte ni una foto. Es la mejor manera de no caer en el vicio de colgarla en las redes.
No es ir a tener una experiencia, es ir a trabajar. Y para ello, no todo vale. Lo mismo que exigimos en cualquier trabajo y voluntariado en Espa?a ¡ªformaci¨®n, compromiso, valores, responsabilidad, ¨¦tica, moral¡¡ª debemos exigirlo en los otros pa¨ªses. No por disponer de menos recursos debemos permitir que todo valga, debemos apostar por la misma excelencia que en cualquier otro lugar.
El voluntariado no es: postureo, influencers, youtubers, volunturismo, ayudar en lo que haga falta, unas vacaciones diferentes o ir a vivir una experiencia.
El voluntariado s¨ª es: trabajo, compromiso, respeto, colaboraci¨®n, empat¨ªa y humildad.
Cuando comenc¨¦, yo hubiera agradecido los siguientes consejos:
- Ir sin c¨¢mara de fotos ni c¨¢mara de m¨®vil o ser capaz de no hacerme fotos.
- Apostar por la excelencia: es necesaria una buena formaci¨®n y profesionalidad. No es suficiente la voluntad de ayudar en lo que haga falta
- No postureo, no volunturismo, no influencers, no youtubers: O lo que es lo mismo, discreci¨®n: que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha.
- No pretender ser unos de los reyes magos, es decir, no ir repartiendo ni ropa ni caramelos ni nada a diestro y siniestro
- No pensar que en un mes vas a cambiar el mundo. Ni en tres...
Todo esto se puede resumir en una sola advertencia: no hagas en otro pa¨ªs lo que nunca har¨ªas en el tuyo.
Frases que dije cuando no deb¨ªa
1. ¡°Este verano me voy a ?frica¡±.
S¨¦ perfectamente que ?frica no es un pa¨ªs, sin embargo, muchas veces seguimos hablando como si as¨ª lo fuese.
2. ¡°?C¨®mo viven en Etiop¨ªa?¡±.
Quien dice Etiop¨ªa, dice tambi¨¦n Senegal, Angola, India, China, Yemen¡ Es una pregunta que lo mejor es no hacerla, pero una vez hecha, lo mejor que podemos hacer es aprender a no responderla. Toda respuesta ser¨¢ parcial. Lo mismo ocurre con otras que vendr¨¢n a continuaci¨®n: ¡°Y en Etiop¨ªa ?Qu¨¦ comen? ?C¨®mo cocinan? ?D¨®nde orinan y defecan?¡±. Cuando pensaba en Etiop¨ªa, lo hac¨ªa como un todo, como si fuese una masa homog¨¦nea, y adem¨¢s pobre. Pensaba que viv¨ªan en poblados con viviendas de adobe y paja, comer¨ªan a base de cereales, cocinando con le?a y orinando en letrinas. Y es cierto, hay personas en Etiop¨ªa para las que la vida es as¨ª. No es una visi¨®n falsa, es una mirada parcial y sesgada porque, del mismo modo, en el mismo pa¨ªs hay otras personas que viven en un noveno piso de un edificio, con agua corriente, cocina de vitrocer¨¢mica de inducci¨®n, lavadora...
As¨ª que debemos preguntarnos tambi¨¦n: "?C¨®mo viven en Espa?a?" Pueden vivir en la calle, ser desahuciado, tener una casa¡ Podemos pensar que la manera de vivir en Espa?a y en Etiop¨ªa es muy diferente; sin embargo, hay personas en Ad¨ªs Abeba (la capital) que viven de manera m¨¢s parecida a personas de clase media en Madrid que a una zona rural de su pa¨ªs. De modo que ya podemos pensar en el poco sentido de la pregunta formulada al inicio.
3. ¡°Ah, esto no parece ?frica¡±.
Esta es una expresi¨®n que dije cuando me encontr¨¦ ante una autopista bien asfaltada, o un edificio de m¨¢s de 20 pisos. Es porque me imaginaba Etiop¨ªa como un desierto de polvo y sequ¨ªa con casas de adobe y paja. Error. Los rascacielos y autopistas son tan de Etiop¨ªa como las chozas. En general, todo lo que asociamos al mundo desarrollado no lo asociamos a ?frica.
4. ¡°Ah, pues est¨¢ buena la comida¡±.
Esta frase que aparentemente nos puede parecer inocente y positiva, en realidad de inocente no tiene nada y es negativa. Estoy ya juzgando y pensando que por estar en Etiop¨ªa la comida no puede estar buena.
5. ¡°Voy a ayudar en lo que haga falta¡±.
?Cu¨¢ntas veces he dicho esta frase! Sin embargo, ahora me doy cuenta de que nunca se me ocurrir¨ªa presentarme en un hospital de Suecia, decir que soy m¨¦dico y que voy a trabajar en lo que haga falta sin acreditarlo con ning¨²n t¨ªtulo y adem¨¢s presentarme con una caja de medicamentos caducados que acabo de traer de mi pa¨ªs escondido entre el equipaje.
6. ¡°Ya que voy a un pa¨ªs pobre, voy a hacer una recogida de medicamentos¡±.
S¨ª, tambi¨¦n lo hice. Y adem¨¢s hice c¨®mplices de mi buena voluntad a otros compa?eros y amigos a quienes agradezco su colaboraci¨®n. Es cierto que iba a un hospital rural con escasez de medicamentos, pero la capital del pa¨ªs dispone de farmacias y distribuidores locales donde comprar todas las medicinas y material sanitario. No es necesario ni justificado el contrabando ilegal de f¨¢rmacos escondido entre la ropa con buena intenci¨®n. ?O acaso en los hospitales de Espa?a permitimos que nos llegue un sueco a enviarnos medicamentos de Suecia que no entendemos, ni hemos solicitado y quiz¨¢ no es ni lo que m¨¢s necesitamos?
7. ¡°Ya que no tienen medicamentos, podemos usar los caducados¡±.
No puedo caer en la trampa de que al ser pobres tienen que aceptar cualquier trato y cualquier circunstancia con una sonrisa en la boca. Ser pobre no significa tener que aceptar tomar medicamentos caducados o que te guste la comida fr¨ªa y en mal estado, o que sus im¨¢genes e historia personal se difundan sin su consentimiento. Son pobres econ¨®micamente hablando, pero no en dignidad ni derechos. Tienen el mismo derecho a la intimidad, y por ello, merecen ser visitados con discreci¨®n y acogerse al secreto profesional. Ni ellos son menos ni nosotros somos m¨¢s. Es una relaci¨®n de igualdad, horizontal.
Son personas con la misma dignidad, los mismos derechos y que merecen el mismo trato que cualquier otra. No todo vale. Debo trabajar buscando la m¨¢xima excelencia y dignidad. No todo vale. No son el vertedero de nuestro exceso ni tampoco el t¨²nel de lavado de nuestra conciencia. Y no debe serlo. No puedo hacer en otro pa¨ªs no lo har¨ªa en el m¨ªo.
8. ¡°Voy a repartir caramelos y ropa¡±.
No somos los Reyes Magos. Si en Espa?a no voy por las calles repartiendo ropa sin criterio alguno, en otro pa¨ªs tampoco. Hay organizaciones e instituciones que canalizan esta ayuda sabiendo las necesidades y priorizando con criterio.
9. ¡°Siempre est¨¢n sonriendo, est¨¢n siempre felices cuando no tienen nada¡±.
La primera impresi¨®n as¨ª era. Acababa de llegar y los ve¨ªa con sus sonrisas de oreja a oreja; luego aprend¨ª que en muchas ocasiones es una sonrisa social y cultural de acogida y agradecimiento hacia nosotros. Si realmente estuviesen tan felices y sonrientes como me pensaba no se jugar¨ªan la vida cruzando el desierto y el mar en patera. Estaba idealizando la pobreza.
10. ¡°S¨¦ lo que sienten, me pongo en su piel. He estado un d¨ªa sin comer y durmiendo en el suelo¡±.
Por mucho esfuerzo de empat¨ªa que haga, por muchos a?os que lleve con ellos, debo tener la humildad de reconocer que no tengo ni idea de lo que es tener hambre de verdad, comer cada dos d¨ªas, cargar con 10 kilos de agua a las espaldas durante dos kil¨®metros cada d¨ªa, dormir en el suelo noche s¨ª y noche tambi¨¦n.
Yo, en cualquier momento puedo coger el avi¨®n y regresar. He escogido libremente ir, puedo volver cuando quiera. Ellos no pueden elegir. Vivimos en un ¨²nico mundo, debemos ayudarnos y colaborar mutuamente. Con estas palabras no quiero desanimar a nadie a hacerlo, al contrario, animaros, pero siempre con el m¨¢ximo respeto, dignidad y profesionalidad. Parafraseando a Chinua Achebe, debemos ¡°ayudar a la sociedad de ?frica a recuperar la fe en s¨ª misma y superar los complejos de a?os de denigraci¨®n y autodesprecio¡±. A veces, la cooperaci¨®n hace todo lo contrario, as¨ª que quiz¨¢ sea el momento de replantearla o bien limitarnos a ser los ¨²ltimos cooperantes.
I?aki Alegr¨ªa es pediatra, fundador de la ONGD Alegr¨ªa Sin Fronteras y director m¨¦dico del Hospital General Rural de Gambo, Etiop¨ªa. Es autor del blog Cooperaci¨®n amb alegr¨ªa.
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