Los pueblos m¨¢s bonitos de Espa?a, seg¨²n los arquitectos (I)
Buscamos los lugares con m¨¢s personalidad y riqueza monumental de nuestro pa¨ªs, y comenzamos con la arquitectura popular, aquella que se hizo sin planos y sin estudios pero que aport¨® soluciones ¨²nicas a los retos que plantean la orograf¨ªa, el clima o los materiales locales
Los patios andaluces, los tejados a dos aguas de los caser¨ªos vascos, los pilares sobre los que se erigen los h¨®rreos gallegos, no son rasgos folkl¨®ricos o arbitrarios. Si han inspirado a arquitectos como C¨¦sar Manrique no es solo por su aspecto m¨¢s decorativo. Son respuestas a un ecosistema, a unas condiciones ambientales espec¨ªficas. En estos casos concretos, la necesidad de ventilaci¨®n evitando la exposici¨®n solar, la adecuada evacuaci¨®n del agua de lluvia o la toma de distancia frente a la humedad del terreno.
Forman parte de la arquitectura vern¨¢cula, la propia de cada regi¨®n, que hoy sometemos a examen con nuestro jurado de arquitectos y expertos en patrimonio para determinar, cu¨¢les son las mejores soluciones y, en ¨²ltima instancia, cu¨¢les son los pueblos m¨¢s bonitos de Espa?a, atendiendo a este patrimonio hist¨®rico. La selecci¨®n no responde a un orden concreto, los 20 lugares elegidos son igualmente destacables, por lo que los hemos ordenado por orden alfab¨¦tico.
La orograf¨ªa, la flora y fauna, las temperaturas, el sol, el viento, las lluvias o la disponibilidad de materiales y de agua determinan las necesidades del h¨¢bitat humano, y por tanto condicionan los m¨¦todos constructivos, la disposici¨®n o morfolog¨ªa de las construcciones. Y en un pa¨ªs como Espa?a, la diversidad clim¨¢tica se traduce necesariamente en un amplio repertorio de soluciones arquitect¨®nicas, que dan lugar a paisajes pintorescos.
Cuando el pintoresquismo es destructivo
Tanto, que cuando hablamos de nuestros pueblos y de su arquitectura, existe cierta tendencia a la idealizaci¨®n y el pintoresquismo. En principio no tiene nada de malo apreciar algo que consideramos un modo de expresi¨®n propio. El problema viene cuando ese aprecio, de tan intenso, contribuye a destruir el objeto de nuestra afecci¨®n: "?Cu¨¢ntos pueblos hemos despellejado y arruinado convirti¨¦ndolos en un pasado que no es [en parques tem¨¢ticos de una historia que no fue as¨ª]!", se?ala el profesor de Historia del Arte de la UNED Antonio Perla. "Somos capaces de ir en b¨²squeda de la paz y el sosiego y el encuentro con la naturaleza", contin¨²a: "Y, cuando llegamos, convertimos esos remansos casi olvidados en lugares de turismo masivo, pervirtiendo sus valores y ruralizando sus arquitecturas, como si no fueran ya suficientemente rurales".
Esta idea resulta interesante porque nos lleva de lleno a la aplicaci¨®n en la arquitectura vern¨¢cula del concepto de "falso hist¨®rico", de actualidad con el caso de la incendiada Notre Dame y su reconstrucci¨®n literal para dejarla como fue, pero hecha hoy.
Por otro lado, la idealizaci¨®n deriva en una tendencia igualmente peligrosa. La se?ala la arquitecta Mara S¨¢nchez Llorens: "En ocasiones podr¨ªa parecer que la arquitectura vern¨¢cula es la soluci¨®n a todos los problemas de habitabilidad y de respeto por el medio y no siempre es as¨ª; es verdad que nos da muchas pistas sobre formas de vida que la ciudad contempor¨¢nea ha rechazado en nombre de la modernidad, pero tiene sus limitaciones".
Nuestro jurado experto en arquitectura y patrimonio ha seleccionado los casos m¨¢s aut¨¦nticos e interesantes de la arquitectura vern¨¢cula espa?ola, que definen una ruta con paradas recurrentes como las viviendas encaladas de Andaluc¨ªa, las peculiares casonas de Lanzarote o los molinos de viento manchegos. M¨¢s all¨¢ de que podamos reconocerlas como algunas de las postales m¨¢s caracter¨ªsticas de eso que llamamos "lo espa?ol", poseen un sentido utilitario y una historia que conviene reivindicar.
Albarrac¨ªn (Teruel) - Las casas que se sonrojan
Adem¨¢s de por su enorme belleza paisaj¨ªstica y monumental la catedral, las murallas medievales o el alc¨¢zar¡ª, "la personalidad de Albarrac¨ªn y de los pueblos de su sierra se encuentra en el yeso rojo que sirve de paramento a muchos los edificios", explica Ignacio Vleming, cr¨ªtico de arte y arquitectura, experto en Patrimonio, y autor de Fisura, un libro ensayo sobre los espacios residuales de la ciudad publicado.
"Extra¨ªdo de las canteras de la zona y elaborado artesanalmente, se trata de un material aislante, impermeable y org¨¢nico que cambia de color con el tiempo debido al impacto de la luz", a?ade. Por ese motivo, para Antonio Perla este pueblo de poco m¨¢s de 1.000 habitantes "es uno de los lugares que sigue mereciendo la pena visitar por la persistencia en el empleo tradicional de sus yesos colorados, rojos o sonrosados en las fachadas de sus edificios, a pesar de en muchos casos est¨¢n siendo sacrificados por la mamposter¨ªa vista", detalla este doctor en Historia del Arte, profesor de T¨¦cnicas y medios art¨ªsticos en la UNED, que adem¨¢s trabaja en la conservaci¨®n y restauraci¨®n del patrimonio, interviniendo en un buen n¨²mero de edificios y conjuntos espa?oles.
Adem¨¢s, "las amplias balconadas de madera, la verticalidad de los inmuebles y el uso puntual de algunos elementos decorativos del arte mud¨¦jar", profundiza Vleming, "hacen de esta arquitectura un resumen de buena parte de las formas constructivas populares de Espa?a".
Alcantarilla (Huerta del Segura, Murcia) - La barraca del hortelano
La Huerta del Segura se extiende tambi¨¦n a los municipios de Beniel y Santomera. Seg¨²n cuenta?Mara S¨¢nchez Llorens, arquitecta, comisaria de exposiciones y docente del departamento de Ideaci¨®n Gr¨¢fica de la ETSAM, "este conjunto de arquitecturas ¡ªbarracas o casas del huertano, torres, sistemas de acequias y molinos de agua¡ª refleja un sistema de vida tradicional de la huerta de Murcia, en el que la arquitectura popular era concebida como un instrumento de trabajo".
Este tipo de construcciones son tambi¨¦n comunes en Valencia (en la zona de la Alfubera) y entre los arrozales del Delta del Ebro. Su desarrollo comienza con la presencia isl¨¢mica, que supo extraer las aguas del r¨ªo Segura y distribuirlas por la huerta. "Es bonito recordar que, m¨¢s tarde, los moriscos granadinos introdujeron en el siglo XVI la morera como alimento del gusano de seda, sumando la regi¨®n a la ruta de la seda y aportando una nueva fuente de riqueza, lo que tambi¨¦n se refleja en su arquitectura de estructura de madera". Hoy, se puede visitar el Museo de la Huerta de Alcantarilla (en la imagen).
Arcos de la Frontera (Pueblos blancos, Andaluc¨ªa) - Escondido en un patio
Las construcciones de estos pueblos son "uno de los ejemplos de caser¨ªos populares de la Pen¨ªnsula, de clara influencia ¨¢rabe pero a la vez reflejo del riqu¨ªsimo mestizaje que nos hizo ser lo que somos", se?ala S¨¢nchez Llorens.
Se trata de "viviendas organizadas en torno a patios que regulan la temperatura, y casas encaladas en blanco que se cierran al exterior. Fueron algunas de las casas que se llevaron a Iberoam¨¦rica: de manera particular, el carmen granadino, que cuenta con un jard¨ªn-huerto tapiado hacia el exterior, inspir¨® ciertas arquitecturas modernas de pa¨ªses como M¨¦xico (la obra de Luis Barrag¨¢n es un claro ejemplo de ello)".
Arcos de la Frontera, Ronda o Ubrique son buenos ejemplos. "Es fascinante comprobar c¨®mo se sit¨²an en el territorio", observa S¨¢nchez Llorens, "tanto, que a veces se mimetizan con ¨¦l, control¨¢ndolo estrat¨¦gicamente siempre".
De este tipo de construcciones, Almudena de Benito, arquitecta urbanista por la ETSAM (1999) y doctora arquitecta por la UPM (2018) y fundadora de Chiquitectos, destaca Frigiliana, compuesta por casas blanqu¨ªsimas con puertas y ventanas pintadas de diferentes tonos de azul, calles sinuosas y suelos empedrados con mil y un dibujos, y cuestas que conducen a miradores llenos de macetas con flores.
"Una arquitectura del sur que sigue la tradici¨®n ¨¢rabe y mud¨¦jar de cerrarse al exterior y abrirse al interior; con frescos patios donde encontrar elementos como el agua ¡ªen forma de fuentes o peque?as albercas¡ª y plantas que ayudan a mantener una temperatura agradable cuando el sol aprieta", explica.
Campo de Criptana (Castilla-La Mancha) - Un lugar con gigantes
S¨ª, los de Don Quijote; visionarios los molinos y visionario el caballero. "La ruta de los molinos nos puede servir para visitar paisajes en los que, como en el desierto, en la costa u otros entornos homog¨¦neos, ciertas arquitecturas nos permiten tener referencias de geolocalizaci¨®n y a la vez participar del imaginario colectivo de fiestas como la de la Rosa del Azafr¨¢n", cuenta Mara S¨¢nchez Llorens. "Destaca la sierra de los molinos de Campo de Criptana, que en su conjunto es una suerte de land-art del siglo XVI vern¨¢culo".
Fornalutx (Mallorca) - Tejados con historias
Un peque?o pueblo incrustado en la sierra de la Tramontana, en un fant¨¢stico entorno donde, explica? Antonio Perla, conviven armoniosamente esas terminaciones de las arquitecturas tradicionales con las nuevas m¨¢s o menos inspiradas en ellas". Lo primero que llama la atenci¨®n y que ocupa gran parte de los ¨¢lbumes fotogr¨¢ficos de los visitantes, es la combinaci¨®n del color tierra y el vergel que domina la poblaci¨®n: calles empedradas, continuaci¨®n de las casas tambi¨¦n de piedra dorada, y decoradas con macetas llenas de plantas verdes que hacen un pintoresco contraste y combinan con la madera tambi¨¦n verde de las contraventanas m¨¢s extentidas en Fornalutx.
Pero es al levantar la mirada cuando, cuenta Perla, "encontraremos un buen n¨²mero de ejemplos de una manifestaci¨®n singular (aunque no exclusiva), como es la de los aleros de tejas pintadas con escenas, im¨¢genes, s¨ªmbolos, invocaciones, fechas y dem¨¢s".
El Gasco (Las Hurdes, Extremadura) - Casas que son cuevas
En el extremo contrario al de los pueblos blancos de Andaluc¨ªa, encontramos unas bell¨ªsimas construcciones que buscan protegerse del fr¨ªo. "Utilizan la pizarra en todas sus tonalidades", explica S¨¢nchez Llorens, "todas ellas oscuras, de tal manera que cada pedacito de piedra extra¨ªda de la tierra es reutilizada". Hay rutas por Guadalajara, Segovia, Madrid o C¨¢ceres.
"Por quedarnos con un ejemplo concreto, tomar¨ªa el de Las Hurdes, Extremadura", en la que El Gasco representa el n¨²cleo de arquitectura popular m¨¢s extenso y alberga el Centro de Interpretaci¨®n de la casa hurdana. "Resulta interesante valorar c¨®mo estas arquitecturas populares necesitan tambi¨¦n de cierta t¨¦cnica para que sean habitables".
Garganta de la Olla (C¨¢ceres, Extremadura) - La uni¨®n hace la supervivencia
Al sur de la Sierra de Gredos, protegida por las monta?as y con abundante agua, la comarca de la Vera de C¨¢ceres es conocida por su buen clima. "Su arquitectura popular se caracteriza por el uso de entramados de madera que quedan a la vista, al igual que se hace en tantos lugares del centro de Europa, y que luego se rellenan de adobe, ladrillo o mamposter¨ªa", explica Vleming. "Al ser un sistema constructivo tan fr¨¢gil, los edificios se organizan en grandes manzanas, con lo que unos tienden a apoyarse en otros".
En Garganta de la Olla sorprende la llamada Casa de la Pe?a, que "sostiene buena parte de su peso en un solo pilar, apoyado a su vez en una roca. Con la intenci¨®n de aprovechar el calor de los animales, las cuadras sol¨ªan ocupar la planta baja y las viviendas el primer piso".
Javier Pe?a Ib¨¢?ez, arquitecto y responsable de Conc¨¦ntrico, festival de arquitectura ef¨ªmera de Logro?o, destaca en la comarca Valverde de La Vera: "Es conjunto hist¨®rico-art¨ªstico con una arquitectura tradicional realizada en piedra, adobe y madera, con calles de trazados sinuosos por las que circulan regueras de agua. Es la localidad de la comarca extreme?a de La Vera que mejor refleja las caracter¨ªsticas constructivas tradicionales de la zona".
Esta singularidad, a?ade Pe?a, "se refuerza con el proyecto colectivo Tejiendo la Calle, que dispone parasoles gigantes tejidos en ganchillo con pl¨¢stico de bolsas recicladas. Es una oportunidad para revitalizar un contexto hist¨®rico a trav¨¦s de una mirada contempor¨¢nea que dialoga con la tradici¨®n".
Guadix (Granada) - El primer aire acondicionado
En este pueblo de Granada hay unas 2.000 viviendas subterr¨¢neas. "Las casas-cueva de Guadix, que tienen su origen a finales del siglo XV", cuenta Almudena de Benito, "han sido excavadas en la monta?a arcillosa, un aislante natural que hace que la temperatura dentro oscile entre los 18?C y los 20?C durante todo el a?o. El silencio y la tranquilidad que se respiran en su interior, tambi¨¦n encalado para suplir la falta de luz natural en las estancias m¨¢s profundas, hacen que todav¨ªa hoy sigan construy¨¦ndose estas tipolog¨ªas de viviendas".
Medina de Rioseco y Ampudia (Castilla y Le¨®n) - La riqueza de la pobreza
Extendida en una ancha planicie entre las provincias de Valladolid, Palencia, Zamora y Le¨®n, la Tierra de Campos ofrece numerosos ejemplos de la arquitectura vern¨¢cula castellana. "De las m¨¢s humildes casas de tapial y adobe a las viviendas se?oriales de ladrillo y piedra, que a partir del siglo XIX empiezan a incorporar amplias galer¨ªas acristaladas con vistas al patio o corral", cuenta Vleming.
"Las calles empedradas y porticadas, como La R¨²a en Medina de Rioseco (Valladolid) o la calle Corredera en Ampudia (Palencia), conservan muchos de los pilares y zapatas originales de madera. Mientras en las plazas de algunas localidades es frecuente encontrar los llamados rollos, que indicaban el reconocimiento de jurisdicci¨®n propia, en los alrededores abunda una tipolog¨ªa muy espec¨ªfica de palomar, que deja una fuerte impronta".
Teguise (Lanzarote) - Blanco que te quiero verde
En Lanzarote encontramos una arquitectura vern¨¢cula reivindicada como identidad de un territorio. C¨¦sar Manrique, art¨ªfice que ello, dispuso las bases en su libro Lanzarote. Arquitectura in¨¦dita, que junto a otros autores como el arquitecto Fernando Higueras o el fot¨®grafo Francisco Rojas Fari?a, hace un recorrido por la arquitectura popular de Lanzarote.
"Este hecho", explica Pe?a Ib¨¢?ez, "contribuye a la conservaci¨®n del patrimonio y marca unas pautas constructivas que se consolidan en la isla".
En Villa Teguise, uno de los centros hist¨®ricos mejor conservados de Canarias, contin¨²a, "podemos revivir esta arquitectura de fachadas blancas y carpinter¨ªas verdes, de una o dos alturas, que mantiene gran homogeneidad tambi¨¦n en las variedades de cubiertas y chimeneas dotando al conjunto de unidad urban¨ªstica. Esta arquitectura se replica en otros municipios recientes como Pueblo Marinero, construido a finales de los a?os 70 siguiendo las indicaciones de la asociaci¨®n ecologista para la conservaci¨®n y defensa del paisaje que fund¨® Manrique".
Vejer de la Frontera (C¨¢diz) - El patio de mi casa es comunal
Como Frigiliana, se?ala De Benito, "Vejer es otro pueblo blanco donde la mezcla de cal, agua y arena aplicada anualmente a los muros de sus casas es una medida popular contra el calor. Los muros de este color reflejan la radiaci¨®n solar provocando una absorci¨®n t¨¦rmica menor y, en consecuencia, interiores m¨¢s frescos".
Peque?os huecos hacia la calle entre rejas y buganvillas impiden tambi¨¦n la entrada de la flama a unas viviendas que se abren hacia los mini-oasis que suponen los patios andaluces. El de Vejer, un paisaje completamente blanco de intrincadas callejuelas con suelos de piedra y muros encalados, balcones y patios escondidos listos para ser descubiertos". Pero en su caso, adem¨¢s, el pueblo entero sirve de muralla al exterior y mira a un gran patio hacia el que desciende en escalera en 360?, formando un hueco en el interior.
Viniegra de Arriba (La Rioja) - Desandar los pasos del pasado
Perteneciente a la comarca riojana de Las siete villas, este municipio destaca, seg¨²n Pe?a Ib¨¢?ez, "por la conservaci¨®n y mantenimiento de su arquitectura popular. Una de las caracter¨ªsticas m¨¢s singulares es que sus calles conservan el antiguo empedrado. Este hecho urbano armoniza el conjunto de la localidad, que cuenta con abundantes casas de piedra de estilo serrano, las m¨¢s antiguas del siglo XVII. Entre la arquitectura civil, destaca en el Ayuntamiento, construido en sillarejo, que preside la plaza principal junto con la torre del reloj".
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