Alyssa Milano: as¨ª dio la espalda la industria a la actriz que destap¨® el acoso en Hollywood
La int¨¦rprete neoyorquina, conocida por su papel en la serie ¡®Embrujadas¡¯ e impulsora del movimiento #MeToo, atraviesa una significativa sequ¨ªa profesional
Su cuenta de Twitter es un arma de atenci¨®n masiva. Las cabeceras digitales aguardan impacientes cada nueva publicaci¨®n, conocedoras del ansia de los lectores por aplaudir o censurar el contenido. Su capacidad para irrumpir en la opini¨®n p¨²blica ser¨ªa digna de un pol¨ªtico de primer nivel o de un tertuliano sensacionalista y pluriempleado; por supuesto, mucho mayor que la de cualquier int¨¦rprete m¨¢s o menos c¨¦lebre de Hollywood. Pero Alyssa Milano (Nueva York, 1972) hace tiempo que dej¨® de ser solo una actriz. Quien conquistara la televisi¨®n internacional de finales de los noventa gracias a la serie Embrujadas, ha hecho del activismo hiperactivo su forma de vida. Con un tuit consigui¨® prender la mecha para que el movimiento #MeToo originara uno de los mayores incendios jam¨¢s conocidos dentro y fuera de la industria de Hollywood. Ella ha sido tambi¨¦n la que ha puesto al servicio de la causa tres d¨¦cadas de carrera que hoy no parecen contar con el suficiente m¨²sculo como para contrarrestar una sobreexposici¨®n medi¨¢tica de dif¨ªcil conciliaci¨®n.
¡°Si mantenerme fiel a mis creencias significa que no voy a poder trabajar en esta industria, al menos podr¨¦ irme a dormir cada noche sabiendo que he luchado la batalla correcta¡±. La franqueza con la que Milano abordaba en la revista People las secuelas de un activismo casi temerario delata la convicci¨®n de su compromiso social. El t¨ªtulo de su podcast ¡ªs¨ª, tambi¨¦n ella tiene uno¡ª Sorry Not Sorry (Lo siento por no sentirlo) y el vehemente objetivo del mismo, ¡°tender puentes ideol¨®gicos en una naci¨®n dividida¡±, as¨ª lo corroboran.
Consecuencia directa o no de su acci¨®n pol¨ªtica, lo cierto es que la int¨¦rprete pasa por uno de los peores momentos profesionales desde que se pusiera por primera vez delante del p¨²blico. Lo hizo siendo una ni?a, a espaldas de sus padres ¡ªuna dise?adora de moda y un editor de sonido¡ª, y con la ayuda de una ni?era que la acompa?¨® al c¨¢sting para una gira continental del musical Annie. Con apenas doce a?os, su participaci¨®n en el filme Comando junto a Arnold Schwarzenegger inici¨® un recorrido profesional que abarca m¨¢s de setenta papeles.
Hay que remontarse hasta 2014 para encontrar su ¨²ltimo rol protagonista en una ficci¨®n de ¨¦xito, la dramedia Infieles. Su curr¨ªculo se limita desde entonces a un pu?ado de papeles secundarios en telefilmes con aspiraci¨®n a cat¨¢logo de sobremesa y series de escaso atractivo. Su pr¨®ximo estreno ser¨¢ la segunda temporada de la que ya es considerada por la cr¨ªtica como ¡°la peor serie original de Netflix¡±.?Insaciable, que narra la historia de una chica que sufr¨ªa acoso escolar debido a su peso y decide vengarse tras adelgazar, fue acusada de promover los trastornos alimenticios y la gordofobia. M¨¢s de 230.000 personas firmaron en Change.org pidiendo su cancelaci¨®n.
M¨¢s lejos quedan sus a?os dorados, erigida en un sexsymbol gracias a su trabajo en series como Melrose Place y, sobre todo, Embrujadas. En la serie que hizo invocar a los espectadores espa?oles ¡°el poder de tres¡± cada domingo por la tarde durante ocho temporadas, dio vida a Phoebe, la m¨¢s extrovertida de las hermanas Halliwell. Tras el final de la serie, Milano se cas¨® con su actual marido, Dave Bugliari, representante de la poderosa agencia CAA y padre de sus dos hijos. Este es el segundo matrimonio de la actriz, que en 1999 hab¨ªa pasado por el altar con el cantante de rock Cinjun Tate y cuya uni¨®n no super¨® el a?o de vida.
Milano ha hecho gala de su solidaridad desde que tuvo un nombre en Hollywood, colaborando con organizaciones como Unicef y Peta, pero ha sido su tenaz defensa de los derechos de las mujeres la que la ha convertido en un icono feminista. Enemiga ac¨¦rrima de Donald Trump, fue la primera celebridad en difundir la etiqueta #MeToo para acompa?ar las confesiones sobre acoso sexual que inundaron Internet en el oto?o de 2017. Su ¨²ltimo gran titular lo protagoniz¨® el pasado mes de mayo, al impulsar una huelga de sexo para protestar contra las leyes que restringen el aborto en diferentes estados de Estados Unidos. Pese a la repercusi¨®n internacional, ella misma le rest¨® importancia durante una entrevista con The Times: ¡°La huelga sexual no era verdadera, la promov¨ª para lograr m¨¢s concienciaci¨®n¡±.
En una industria que cada d¨ªa se muestra m¨¢s al¨¦rgica a cualquier factor inestable que pueda polarizar a la audiencia y poner en riesgo la inversi¨®n realizada, por muy leg¨ªtimo que sea, se antoja dif¨ªcil que Milano pueda recuperar los galones de estrella televisiva que ostentaba a principios de siglo. Quiz¨¢ ni ella misma comparta dicho anhelo a estas alturas. En una conferencia celebrada recientemente en Los ?ngeles, la neoyorquina confes¨® que se estaba planteando entrar en la pol¨ªtica activa. ¡°?2028? Quiz¨¢. Es algo en lo que pienso, por supuesto¡±. Falta comprobar si ¡°el poder de tres¡± es suficiente para llevarla hasta la Casa Blanca.?
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