El estilo de Boris Johnson: una oda a la excentricidad de la clase alta brit¨¢nica
El primer ministro es el ep¨ªtome de ni?o de familia rica que entr¨® en Eton por la puerta grande y sali¨® como si lo acabaran de centrifugar
Despu¨¦s de casi un siglo en busca de su Winston Churchill, Reino Unido al final ha terminado consiguiendo su Donald Trump. M¨¢s all¨¢ de las enormes similitudes como estadista que se encuentran entre el actual presidente de EE UU y el recientemente nombrado primer ministro brit¨¢nico, hay algo en su estilo, en su forma de vestir, de gesticular, incluso en su educaci¨®n y en su forma de relacionarse con sus amigos y sus enemigos, tanto de su mismo sexo como del femenino, que les empareja. Si fueran dos personajes de Los Simspon ¡ªa¨²n est¨¢ por confirmar que no lo sean¡ª, Trump ser¨ªa Nelson Muntz ¡ªel abus¨®n traumatizado¡ª y Boris Johnson ser¨ªa Homer Simpson, la simple, llana y a veces hasta entra?able inoperancia.
Con un aspecto desastrado, descuidado, histri¨®nico, sobrado de peso y corto de habilidad para peinarse o para hallar trajes de su talla, el estilo del pol¨ªtico fue descrito por el 'Financial Times' como ¡°chic arrastrado¡±
Johnson (Nueva York, 1964) es el ep¨ªtome de ni?o de familia rica que entr¨® en Eton, uno de los colegios m¨¢s prestigiosos del mundo, por la puerta grande y sali¨® como si lo acabaran de centrifugar. Con un aspecto desastrado, descuidado, histri¨®nico, sobrado de peso y corto de habilidad para peinarse o para hallar trajes de su talla, el estilo del pol¨ªtico que fuera alcalde de Londres entre 2008 y 2016 fue una vez descrito por el Financial Times como ¡°chic arrastrado¡±. Por entonces, el nivel de miedo (pol¨ªtico) y de hilaridad (est¨¦tica) que provocaba eran similares. Era habitual hacer mofa de sus formas, sus andares, sus gestos y sus ropajes. Solo los grandes almacenes Harvey Nichols, en un movimiento algo peculiar teniendo en cuenta su pedigr¨ª, parec¨ªan tomarse a este tipo medio en serio y llegaron a crear una secci¨®n en su web llamada como ¨¦l en la que se pod¨ªan comprar prendas inspiradas en las que luc¨ªa en sus apariciones p¨²blicas. Hoy, esa p¨¢gina se reduce a una camisa azul cielo llamada Eton y a un cepillo para el cabello ¡ªo para las crines de un caballo, es complicado diferenciarlo¡ª con la bandera brit¨¢nica en el mango.
El pol¨ªtico conservador cuenta con el cuerpo y la actitud de estar constantemente en una sobremesa de un club privado de la City de Londres. Todo lo que no sea estar semitumbado en un reservado despu¨¦s de dar buena cuenta de un men¨² a base de langosta, entrecot, borgo?a y oporto parece resultarle inc¨®modo. Esta tan brit¨¢nica excentricidad de clase alta esconde mucha m¨¢s intenci¨®n de la que se podr¨ªa creer. Mientras Trump estil¨ªsticamente no es m¨¢s que un vendedor de coches de segunda mano de Arizona, Johnson est¨¢ m¨¢s cerca de alguien como Pete Doherty, por poner un ejemplo igual de contempor¨¢neo y disfuncional. A ambos les emparenta el disfrutar de sentirse y hacerse los diferentes, de enfatizar sus carencias a base de hacer ver que no les importan nada. Pero mientras Doherty utiliza la excentricidad para alejarse del reba?o, Boris lo hace para atraerlo. Y le ha salido tan bien que ha conectado con esa parte del electorado que admira a los poderosos porque son distintos a ellos: hoy es primer ministro.
En los ¨²ltimos meses ha perdido casi 10 kilos. Cuentan que el secreto de su ¨¦xito con la b¨¢scula se debe a que ha dejado el alcohol y, sobre todo, las excursiones nocturnas a la cocina a por queso y chorizo
Pero Boris, el Churchill de aquellos que fueron a Eton solo por las risas y las fresas con champ¨¢n, un tipo que hace que David Cameron parezca Felipe Gonz¨¢lez ¨¦poca "OTAN de entrada no", ha cambiado de imagen en los ¨²ltimos meses. Ha perdido casi 10 kilos. Cuentan que el secreto de su ¨¦xito con la b¨¢scula se debe a que ha dejado el alcohol y, sobre todo, las excursiones nocturnas a la cocina a por queso y chorizo. Se ha cortado el pelo en una peluquer¨ªa de la circunscripci¨®n por la que es diputado. Seg¨²n el Daily Mail, el establecimiento cobra 70 euros por repaso. Han pasado diez a?os desde que recibiera el premio Byrcleem al famoso con el mejor pelo de Reino Unido. Al subir a recogerlo, Johnson casi se ahoga de la risa: ¡°Es imposible de imitar, es fruto del azar y de las fuerzas imparables de la naturaleza¡±, anunci¨®.
Como es normal en estos casos, con estas gentes y con lo que publican sobre elloa los medios afines, al parecer esta sutil reformulaci¨®n de Johnson es m¨¦rito (o dem¨¦rito, depende de qu¨¦ relaci¨®n est¨¦tico emocional mantenga usted con la excentricidad brit¨¢nica etoniana) de su nueva novia. Se llama Carrie Simmons, tiene 30 a?os y es relaciones p¨²blicas. La asignatura pendiente ahora son los trajes. Si antes le iban anchos, ahora la cosa ya se ha desmadrado. Cabe recordar que estamos hablando de un tipo que, en una ocasi¨®n, promocionando la sastrer¨ªa de la londinense calle Savile Row dijo: ¡°Londres es al traje lo que Parma al queso parmesano. Y cuando los grandes quesos del mundo quieren ponerse elegantes, vienen a nuestra gran ciudad¡±.
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