Gobierno para qu¨¦
Ocupados por el ruido de las negociaciones sobre el c¨®mo y el cu¨¢ndo deber¨ªamos formar Gobierno, hemos dejado de hablar de para qu¨¦ queremos tenerlo
El pasado mes de junio, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) publicaba un exhaustivo an¨¢lisis sobre los programas de rentas m¨ªnimas en Espa?a, con motivo de su evaluaci¨®n de la Iniciativa Legislativa Popular promovida por los sindicatos para establecer una prestaci¨®n de ingresos m¨ªnimos. Entre otras muchas cosas, la Airef calculaba en qu¨¦ medida esta iniciativa reducir¨ªa la desigualdad y la pobreza, y cu¨¢l ser¨ªa su coste fiscal para las arcas del Estado.
El informe conclu¨ªa que la propuesta de los sindicatos lograr¨ªa reducir la pobreza en un 12% (1,2 millones de personas pasar¨ªan a tener ingresos por encima del 60% del ingreso mediano), y en un 28% la pobreza severa. El ¨ªndice de Gini, que mide el grado de desigualdad de ingresos (Espa?a tiene el tercer valor m¨¢s alto en el conjunto de pa¨ªses de la eurozona, solo por detr¨¢s de Lituania y Letonia) caer¨ªa en un 4,2%. Respecto a su coste, la Airef calculaba que la propuesta de los sindicatos oscilar¨ªa entre los 7.000 y 9.600 millones de euros, y suger¨ªa que algunos de sus objetivos podr¨ªan ser alcanzados por menos dinero. En concreto, un programa de prestaciones orientado a los hogares m¨¢s vulnerables con un coste neto de 3.500 millones de euros ser¨ªa capaz, siempre seg¨²n la Airef, de reducir la desigualdad en la misma medida que la propuesta original, y de ser incluso m¨¢s efectiva contra la pobreza severa.
Para poner estas cifras en perspectiva, las exenciones y tipos reducidos del IVA nos cuestan 22.500 millones de euros cada a?o. Si tanto nos preocupan la pobreza y la igualdad de oportunidades, dado el fort¨ªsimo impacto de estas propuestas, deber¨ªamos de ser capaces de encontrar la forma de costearlas.
Pero reorientar las pol¨ªticas de gasto es una tarea muy compleja. Incluso cuando son fiscalmente razonables y gozan de apoyo social, estas reformas siempre se enfrentan a m¨²ltiples obst¨¢culos, por lo que su ¨¦xito depende en buena medida de cu¨¢nto capital pol¨ªtico est¨¦ el Gobierno dispuesto a invertir en ellas.
Ocupados por el ruido de las negociaciones sobre el c¨®mo y el cu¨¢ndo deber¨ªamos formar Gobierno, hemos dejado de hablar de para qu¨¦ queremos tenerlo. ?Es mucho pedir que los partidos hablen de estas cosas cuando negocien sobre la investidura del nuevo presidente?
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