La voz libre
El ataque a Greenwald ata?e a toda tinta libre y es preciso recordar que el palmar¨¦s de este periodista es por dem¨¢s ejemplar e intachable
El tufo rancio de la intolerancia ha vuelto a rodear la panza del globo terr¨¢queo, all¨ª como list¨®n azul, donde reza Orden y Progreso. Verde y amarillo, Brasil opt¨® por bandera el orden como principio b¨¢sico y el progreso como fin ¨²ltimo, aunque la frase que le daba origen la pronunci¨® August Comte con el a?adido del Amor. Esa entra?able bandera de Bossa Nova y de todos los Mundiales de Futbol, esos colores tan cercanos a la saudade y bamboleantes atardeceres fueron un ayer el estandarte negro de las dictaduras militares y ahora, la amnesia que se filtra en la saliva de los ignorantes parece querer obviar aquellos a?os de verde olivo y amarillo bilis.
Peor a¨²n, la sinraz¨®n de la raz¨®n irracional ha puesto en duda el da?o irreversible que le hemos hecho a la Amazon¨ªa y amenaza al Amazonas con una tala industrial que ha de mancillar a¨²n m¨¢s el mal estado del globo terr¨¢queo, O Globo da?ado por las puyas de la insolencia y el desparpajo autoritario y senil de un r¨¦gimen que no danza a ritmo do samba, sino a paso de ganso: vituperando la dignidad de las mujeres violadas, insinuando la uniformidad hasta en los uniformes escolares y dictando por decreto demencias semanales en contra de casi todas las libertades. En una reciente bravata, se ha querido pisotear el prestigio del periodista Glenn Greenwald, burl¨¢ndose incluso de su manera de ser, de su feliz uni¨®n en pareja y de la adopci¨®n de sus hijos; lo han se?alado con el dedo flam¨ªgero de la condena, cuando el poder se pone a pontificar y denosta a quienes no le son afines; cuantim¨¢s, cuando Greenwald ha encabezado una investigaci¨®n precisa, minuciosa y concisa de la telara?a del poder omn¨ªmodo y omnipresente hasta revelar su abierta colusi¨®n en corruptelas y cochupos.
El ataque a Greenwald ata?e a toda tinta libre y es preciso recordar que el palmar¨¦s de este periodista es por dem¨¢s ejemplar e intachable. Para quienes quedaron hipnotizados por el caso de Edward Snowden hay que a?adir que fue precisamente Glenn Greenwald el periodista que viaj¨® de un d¨ªa para otro a las sombras de un hotel en Hong Kong para informar a trav¨¦s del peri¨®dico The Guardian la triste confirmaci¨®n de una corazonada que ya se filtraba en sobremesas de toda tertulia: hay un abusivo af¨¢n intrusivo por vigilar absolutamente todo lo que hablamos por tel¨¦fono, lo que escribimos por correos electr¨®nicos y lo que tuiteamos o fesbuqueamos a lo tanto y tonto¡ en el marasmo, se han aprovechado los se?ores siniestros del Poder con may¨²suclas y es responsabilidad de Todos defender la libertad de palabra, la abundancia de palabras, la transparencia de toda conciencia ante la ley en tinta para que precisamente logremos volver a contener el veneno siniestro que en un ayer llamaron Triunfo de la Voluntad o bien, amarraron en la panza del mundo como un axioma imbatible para Futuro y Conicerto, sin imaginar que el Mal tambi¨¦n tiene su definici¨®n de Progreso y Orden a trav¨¦s de la Mentira y el Desorden.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.