Est¨¢n las FIL que solo sirvieron para cazar aut¨®grafos sin imaginar remotamente que llegar¨ªa la tecnolog¨ªa para poderse fotografiar al lado de un Nobel y est¨¢n las FIL en que empezaron a pedir el afortunado honor de presentar libros ajenos
De lejos har¨¦ mi FIL de memoria donde desfilen todos los escritores ya esfumados que llenaron de energ¨ªa ese sagrado espacio, de cuando el Premio FIL llevaba el nombre de Juan Rulfo nom¨¢s por ser el m¨¢s grande novelista que ha dado esa bendita regi¨®n de M¨¦xico
La novela ¡®Pasajero a Frankfurt¡¯ se lee como delirante hip¨®tesis que, en 1970, sirvi¨® para que do?a Agatha intentara explicar los movimientos estudiantiles del ¡®68 y las maquinaciones de un resurgimiento del nazismo
En M¨¦xico se supone que toda acci¨®n por combatir, desmantelar o apresar a cualesquier eslab¨®n del asesino mundo del narcotr¨¢fico deber¨ªa apoyarse y celebrarse. La realidad dicta lo contrario
El Gobierno de M¨¦xico ha heredado un inc¨®modo s¨¢ndwich del caprichoso r¨¦gimen anterior y se asienta ahora en una postura preocupada por el hecho de que al gran capo narco fue capturado por un menjurje enredado en mentiras donde fue enga?ado por los hijos del Chapo Guzm¨¢n
Descansa ya en leyenda Fernando Valenzuela, callado jugador de Sonora que pon¨ªa los ojos en blanco al enroscar su cuerpo para cada lanzamiento desde el mont¨ªculo
Ella camina entre nieblas que oscilan sobre un interminable prado en verde y ?l la espera en el reflejo de un espejo ovalado, vestido como la primera vez. Al abrazarse hay una mezcolanza sorda de adjetivos que elevan a los p¨¢rrafos
Es voluntad ¨ªntima, inalienable e inapelable la posibilidad de que alguien me vea en pa?os menores, desnudo o dormido, y que es absurdo que se me eche a la calle en b¨²squeda de un posible pesebre donde pueda releer a Maupassant
A cinco siglos de distancia lo debido ser¨ªa leer o releer a los protagonistas del doloroso e parto que se conoce como Conquista militar y espiritual de un territorio que no se llam¨® M¨¦xico hasta principios del siglo XIX
En la delirante espiral de su demencia, el demonio anaranjado no tiene fondo y su desesperaci¨®n deambula cada vez m¨¢s hondo en el estercolero de la estupidez
Esta es la hipn¨®tica enfermedad de seguir so?ando Madrid en M¨¦xico: que el pasaje en taxi o autob¨²s tiene precio fijo a Barajas y que el recorrido al Benito Ju¨¢rez debe planearse horas antes
Cuando uno se va normalmente seremos sustituidos por el amoroso recuerdo que nos guardan los nuestros, nuestros cuerpos sustituidos por el amor que sembramos
A partir de la inminente oto?a pr¨®xima, todas las huracanas y chubascas se amainan solas. Cerras y monta?as, r¨ªas y arroyas, prometen cursa sin pantanas; nubes incluyentes favorecen sombra
Quise solidarizarme con los nadadores en el r¨ªo Sena, pero tendr¨ªa que haberme zambullido en el lodazal del r¨ªo Tula y me ven¨ªa mejor ponerme la pinza en las narices, mi gorrito tricolor y templar el agua de la ducha tibia
El rey Lionel con ¡®y¡¯ griega. Messy como resumen o adjetivo y en ingl¨¦s por ser el idioma oficial de la reciente y fallida Copa Am¨¦rica donde supuestamente se hermanan Conmebol y Concacaf
La voz de la escritora Fontananls-Cisneros es rompe amarras al tiempo silenciosa testigo de tribulaciones ajenas o pendencias de la Historia con may¨²scula
Hija del Exilio Espa?ol, Azucena Rodr¨ªguez, reci¨¦n fallecida, bailaba hace unas semanas para honrar la memoria de su padre, que lleg¨® al mismo puerto de Veracruz huyendo de la guerra civil
Que no claudique la expectaci¨®n e incluso, la incertidumbre¡ los invitados al equipo, los incitados al di¨¢logo, los inclinados al escepticismo, pero sobre todo que no claudique Claudia
Ahora que en cualquier circunstancia afloran las ¡°sabias lecciones¡± a partir de puras corazonadas o meros postureos, viene a bien tomar el ejemplo de nuestros sabios bisabuelos
Quien ocupe la silla del ¨¢guila hereda no pocas madejas enrevesadas: la dolorosa n¨®mina de miles de muertos, miles de desaparecidos, cientos de miles de deudas y fastos espectaculares, promesas empe?adas y dem¨¢s da?os colaterales
La cereza en el pastel del olvido es la verdadera guinda que nos resucita ante la ofensa y diminuta perla roja que nos levanta de variados descalabros.
Todos aquellos desertores inexplicables que me encuentro son la confirmaci¨®n de que Madrid es una literatura que se lee andando; un poema en una esquina imprevista y ese ensayo ameno a lo largo de los bulevares
Est¨¢ m¨¢s que demostrado que mover una biblioteca es un doctorado en letras que, as¨ª como puede apuntalar las canas de un escritor, puede propulsar el ego de un trepador
Deseo que la vehemencia con la que salivan los que exigen la prohibici¨®n de la tauromaquia la apliquen para erradicar la pornograf¨ªa infantil o la anquilosada politiquer¨ªa de las mentiras
Lloro el humo de estrech¨ªsimos puritos holandeses que fumaba Auster en una esquina de Brooklyn, su traducci¨®n vital durante los a?os que hambre¨® sobre el paisaje de Par¨ªs y una provincia de Francia
Llover Madrid de vuelta para ¨Cahora s¨ª- irme para siempre. Hacer en el pr¨®ximos d¨ªas la criba de los libros y libretas que ser¨¢n la mudanza definitiva para volver a M¨¦xico y que aqu¨ª se quede lo llovido
Inc¨®lume e intacto, vuelve Don Quijote y todo su universo en tinta, luego de padecer la injuria y la infamia de haber sido secuestrado en una versi¨®n ap¨®crifa
Los libros de mis casas y el milagro de la librer¨ªa donde labor¨¦ los pasados a?os han quedado ya tapiados en mi alma aunque pretendo volver pronto por los ejemplares m¨¢s ¨ªntimos
Llevamos m¨¢s de medio siglo retrasando la seria discusi¨®n y sopesada alternativa de legislar responsablemente sobre el uso de toda sustancia liberadora de la mente
De Juan Jos¨¦ de Giovanini puedo celebrar muchas caras de buen humor, erudici¨®n, serenidad ejemplar y amor por los libros; un querido amigo a quien intento despedir dolorosamente por tantas p¨¢ginas que quedaron pendientes, tanto p¨¢rrafo y parranda de pl¨¢ticas y paisajes
Que le voy al Le¨®n y que no es secreto, deseo que sea el primer equipo profesional del milenio que acuerde con los patrocinadores la posibilidad de anunciarlos de manera invisible
Esta es pues no m¨¢s que una columna para celebrar un cumplea?os y llorar otra vez la d¨¦cada del deceso de Gabriel Jos¨¦ de la Concordia Garc¨ªa M¨¢rquez
Urge que Rodrigo Garc¨ªa nos regale pronto una nueva pel¨ªcula en espa?ol para seguir en la cosecha de su visi¨®n de un M¨¦xico cuyas familias se hablan de la vida y el tiempo